Durante este primer semestre el sector energético aportó un ingreso de USD 3.547 millones más que el año previo debido a menores importaciones y al crecimiento que tuvo la producción de Vaca Muerta. Las estimaciones privadas y del Gobierno arrojan que la balanza energética podría pasar de un déficit de USD 600 millones en 2023 a un superávit de al menos USD 3.000 millones en 2024.
La Argentina acumuló en el primer semestre un saldo positivo de USD 2.758 millones por la diferencia entre la energía importada y la exportada, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec). El mayor consumo invernal y el retraso en algunas obras de infraestructura claves implicaron mayor gasto para abastecer la demanda local, aunque el balance continuará en verde.
Un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) destacó que el principal aporte de dólares del sector vino por el lado de menores importaciones. En ese proceso fue clave la construcción del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) que lleva el gas de Vaca Muerta a Buenos Aires. Se estima que la puesta en marcha de las plantas compresoras permitirá duplicar su capacidad.
“Por el menor precio de la energía importada se ahorraron USD 435 millones y por la menor cantidad adquirida el ahorro fue de USD 2.092 millones. La suma da la cifra de USD 2.527 millones”, detalló el Iaraf.
En materia de exportaciones, agregó el trabajo privado, las mayores cantidades compensaron el menor precio, siendo positivo el efecto sobre la balanza de dólares en USD 1.019 millones. La suma total implica un aporte de divisas por USD 3.547 millones en lo que va de 2024 respecto al 2023.
La Argentina tiene en Vaca Muerta la segunda reserva no convencional de gas natural y la cuarta de petróleo, por lo que el país cuenta con la oportunidad de aprovechar sus recursos durante la ventana que otorgue la transición energética.
Inversiones privadas
PAE anunció un proyecto para instalar un buque de licuefacción que meterá al país entre el selecto club de países exportadores de GNL. Mientras que YPF con Petronas avanzarán en una inversión de al menos USD 30.000 millones para construir en el país una planta de licuefacción.
Sin embargo, el sector ya comenzó a recoger los frutos de las inversiones realizadas en los últimos años. “La producción de petróleo y gas no convencional en Vaca Muerta registró en junio un récord. En ese mes se obtuvieron, por día, 372 miles de barriles de petróleo y 78 millones de m3 de gas”, destacó el último viernes el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo.
Desde junio el país incrementó el gasto en importaciones de energía debido al comienzo del invierno y a la demora en la finalización de las plantas compresoras del GPNK.
El vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning, hizo semanas atrás ante inversores internacionales en Nueva York una presentación en la que describió la situación actual del país y la fase 3 del plan económico de Milei, y mostró un gráfico con el aumento de los pagos por importación de energía casi al doble en junio con respecto a abril y mayo, al pasar de USD 400 millones mensuales a USD 700 millones, por efecto del escenario climático.
Aun así, según G&G Energy Consultants, que encabeza Daniel Gerold, este año el sector aportaría un superávit comercial del sector energético de unos USD 3.800 millones y podría casi duplicar ese saldo favorable en 2025, a cerca de USD 7.500 millones.
Se trata de un fortísimo contraste con los casi USD 4.500 millones de déficit de la balanza comercial energética de 2022, año en el que estalló la guerra en Ucrania y saltaron los precios internacionales.
La proyección que realizó el Gobierno con el FMI es de un saldo positivo de unos USD 3.300 millones, la cual a esta altura del año luce conservadora para los expertos de la industria.
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