Luis Ovsejevich: “Quiero reconocer a las figuras más importantes de la Argentina para que sirvan de ejemplo a los jóvenes”

Cada año, desde 1980, Luis Ovsejevich llama personalmente, uno por uno, a los elegidos de los Premios Konex de esa edición. “42 años y todavía existo, la cabeza me funciona”, dice el creador de los galardones y presidente de la Fundación.

En 2021 y en plena pandemia, los Konex se adaptan. Toca el turno de las condecoraciones del mundo del espectáculo. Para cuando se entreguen los diplomas y estatuillas de este año, en octubre y diciembre, Ovsejevich ya va a haber cortado la torta de su cumpleaños número 80.

Son más de 4 décadas dedicadas a la cultura, pero antes, también hay una historia que contar. Joven prodigio se recibió de abogado a los 19 años, fue profesor de Elena Highton de Nolasco y Fernando de la Rúa a los 20, dejó su profesión para dedicarse a la empresa que fundó representando a Canon en Argentina y, cuando empezó a extrañar la docencia, canalizó el vacío dando vida a los premios a la excelencia local. Como si no fuera suficiente, tiempo más tarde, se involucraría en la gestión pública como director del Teatro Colón.

En ciclos de 10 años, cada entrega de los Konex está dedicada a una rama diferente del quehacer nacional: Deportes, Artes Visuales, Ciencia y Tecnología, Letras, Música Popular, Humanidades, Comunicación y Periodismo, Instituciones, Música Clásica y Espectáculos, quizás la categoría más popular. “Es, en teoría, la que más trasciende al gran público”, reflexiona. Pero no por popular es la que más lo conmueve en lo personal: “Quiero reconocer a las figuras más importantes de la Argentina para sembrar el porvenir y que sirvan de ejemplo a la juventud”

“Los que más satisfacción me dan son los premios de Ciencia y Tecnología y de Humanidades. ¿Por qué motivo? Porque el público no sabe quiénes son”, confiesa a Infobae. Sin embargo, también se jacta, dentro de las figuras que forman parte de la historia de los Konex, de tener la última foto de Jorge Luis Borges en el país antes de su fallecimiento.

—Es un premio que iguala el conocimiento público con el prestigio.

—¿Cómo se llega a los 100 homenajeados con el Diploma al mérito?

—Desde que creé los Premios, la idea fue tener veinte jurados. ¿Por qué veinte? Si pongo tres o cinco, se van a poner de acuerdo en quién poner y en quién sacar. Amigos, enemigos. Pero uno no puede influenciar sobre veinte.

—Un jurado integrado por veinte miembros que definen a los destacados del año.

—Cada uno presenta candidatos para cada disciplina de la categoría del año, este es Espectáculos. Siempre les pedimos la mayor cantidad posible para que nadie diga: “A mí no me tuvieron en consideración”. Tenemos aproximadamente alrededor de mil elegidos. Por ejemplo, en Actriz de Teatro había 110 este año, y en Iluminador probablemente eran 40, 45. Entonces, se les mandan las listas a todos los jurados y cada uno de ellos tiene que elegir cinco.

—Ahí entonces se desprenden los 100.

Quedan elegidas 5 personas en cada disciplina. Si cada jurado votan por 5, tenemos 100 votos acumulados en total. Alguna vez nos pasa que no votan los cinco, votan cuatro, otras ponen seis o siete. Lo dejamos pasar (risas). Pasa de todo, pero globalmente son 100 votos que están distribuidos. La más fácil sería poner a los cinco más votados, pero así puede ocurrir que los tipos más conocidos sean los más votados y no los de mayores cualidades. Entonces, viene la reunión, la más importante de todas. Ahí cambian los nombres: Al más votado pueden bajarlo por cuestiones éticas, un punto fundamental que pido a todos los jurados.

—O sea que pueden haber movimientos.

—No es que puede, hay movimiento. Nunca quedan los 100 más votados. Quedarán 75, 80, como máximo. 15 o 20 son de los que estaban menos votados. A lo mejor tenían dos o tres votos y el jurado específico dice: “Se están olvidando de tal cosa” y empieza a crecer y los demás jurados pueden cambiar todos sus votos.

Luis Ovsejevich en la entrega de los Premios Konex 2019
Luis Ovsejevich en la entrega de los Premios Konex 2019
(Premios Konex a la Musica Clasica 2019/)

—¿Y cómo eligen a uno para los Konex de Platino y el Konex de Brillante?

—El sistema original era que fuera sorpresa decir quiénes eran los Konex de Platino y el de Brillante. Entonces, se votaban el día anterior. En el 83, antes de empezar, ya sabíamos quién iba a ser el Konex de Brillante: Luis Federico Leloir. Al otro año, en Letras, también sabíamos quién iba a ser: Jorge Luis Borges. ¿Voy a tener a Leloir y a Borges esperando que el jurado vote? Ahí cambié el sistema y decidí que se conozca quiénes son. Vienen al evento sabiendo que van a recibir su premio. En el 85, fue Atahualpa Yupanqui de sorpresa. En el 91, María Rosa Gallo y en el 95 Mercedes Sosa, también sorpresa. En el 97, Mariano Grondona y en 2001, Norma Aleandro. Todos los demás años, siempre se sabe quiénes son los ganadores.

—¿Hay alguna personalidad que te haya dado felicidad que sea premiada?

Tener a Borges, que a los pocos meses se fue a Ginebra y falleció. Butler cuando fue premiado en el Colón en Artes Visuales. Vino en silla de ruedas, estaba en un pésimo estado y dos o tres meses después falleció. Tenemos varios casos así de gente que está reconocida. Sabat hace tres años fue premiado en Comunicación y Periodismo y sobrevivió menos de un año después.

—Fangio ganó el de Brillante, también.

—Fue el lanzamiento con una cena de 1.800 personas en el Luna Park transmitida por Canal 11. Estaban en el escenario, se iba anunciando el golfista más grande de la historia, Roberto De Vicenzo; el tenista, Vilas; el ajedrecista, Najdorf; el basquetbolista, Furlong; y el más grande automovilista, Fangio. Estando los veinte en el escenario, los jurados tenían que elegir quién era la figura máxima y de los veinte, dieciocho votaron por Fangio. Quedó como el Konex de Brillante. Cuando habló dijo que lo emocionaba porque era la primera vez que lo premiaban en la Argentina y que esperaba que no le fallase el de la zurda, por el corazón.

Luis Ovsejevich en Infobae
Luis Ovsejevich en Infobae

EL PASO POR LA GESTIÓN PÚBLICA

“De la Rúa fue un Premio Konex en el año 88 y lo conocía superficialmente de la Facultad, en los años que estuve en la docencia. Y venía cada tres meses a consultarme”, recuerda Ovsejevich sobre el vínculo con el ex presidente.

“Cuando asumió el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, me pidió un consejo: qué hacer con el Colón. Le dije: ‘En tu lugar, lo dejo a Sergio Renán, no lo toques, pero si tenés que cambiar por estas cuestiones políticas ponelo a Miguel Ángel Veltri’, el director de orquesta más famoso de la Argentina. Termina poniendo de director general a Kive Staiff y de director artístico a Veltri. Se llevan a las patadas. Veltri termina falleciendo de un ataque al corazón y me pide si me quiero hacer cargo. Puse como condición trabajar ad honorem. Si no no aceptaba”

—¿Cómo recordás tu paso por el Colón? ¿Lo disfrutaste?

Quería dar el ejemplo de que se terminaban los negocios. Traté de imponer un tema de honestidad absoluta. Conseguí durante mi gestión 3 millones de dólares de auspicios. Tengo la anécdota del aire acondicionado. Apenas asumo, pido que me digan cuáles son todos los servicios que tiene el teatro. Se pagaba en el correo, si no me equivoco, mínimo 10.000 dólares por mes. Hablé con Oscar Andreani, le ofrezco ser sponsor, todo gratis. Llamé a Telefónica, me vino a ver un señor García. Pagábamos 11.000 dólares por mes de teléfono. Le dije: Esto lo pagan desde Tesorería, pero ustedes me los devuelven a la Fundación del Teatro Colón”. Lo pensó y me mandó una nota en la que se comprometía a devolver el importe que se pagaba en teléfonos en aportes a la Fundación. En marzo del 99, cuando hacemos la primera función, se pincha el aire acondicionado, un día de 47 grados. Salí al escenario a pedir perdón. La mitad del teatro me aplaudió, la otra mitad me silbó. Tenía un presupuesto de un millón y medio para el aire acondicionado. Mando a un gerente y me trae un presupuesto de 800.000 dólares. Entonces, hablé yo con los de Carrier y le dije: “Necesito ta, ta, ta”. Conclusión: 180.000 dólares. Del millón y medio a 180.000.

—Una maravilla.

—Entonces le pido la entrevista al presidente de Telefónica, que era uno nuevo, y le digo: “Tengo un tema que es el aire acondicionado del teatro, ustedes se comprometieron a hacerme una donación”. “Imposible, la situación no nos da, el país no funciona”. Entonces, agarro la carta: los 180.000 dólares los pagó Telefónica.

—Les hiciste ahorrar un millón y medio de dólares.

—Otra anécdota: cuando llego a mi despacho, aparecieron todos los ñoquis para ver qué pasaba. Ese fin de mes conseguí bajar entre 20 y 25 personas. El asesor de esto, el asesor de esto otro. Todos asesores, ninguno venía, cobraban sueldos. Pasan dos meses y seguían quedándome cuatro secretarias. Quise sacar a dos y me paralizaron el teatro. Pasan cuatro meses y me cuentan por qué no pude prescindir de esas dos personas. Una de ellas era la amante de uno de los delegados sindicales.

UN PAÍS DE INMIGRACIÓN

­—¿Cómo se hace para dejar la grieta y las peleas a la hora de elegir y premiar a los talentosos?

—Ese es otro de los factores que yo juego con el jurado. Si mirás las listas desde los jurados que yo convoco te vas a dar cuenta que hay de los dos lados de la grieta.. Diálogo de adultos, bien. Cada uno tendrá su pensamiento. Y cuando se eligen, se elige de todo. No hay un freno. Esta no es una Fundación que va a premiar a los de derecha o es una Fundación que va a premiar a los de izquierda. Acá se premia a los mejores.

—Es como debería ser en todos los sentidos. Y sin embargo nos está costando un montón. Hoy discutimos todo: vacunas, educación, conflicto en Medio Oriente. Todo entra de un lado o del otro de la grieta.

—Es muy difícil. Por eso cada vez la sociedad está peor. El grado de pobreza que va subiendo año a año en Argentina es consecuencia de esa grieta. En vez de trabajar en común, sumar los esfuerzos, las distintas posiciones, se enfrentan. Si hay un montón de cosa en las cuales se coincide ¿por qué no trabajar juntos?

—Parecía en el comienzo de la pandemia que los argentinos nos uníamos, pero esa idea ha quedado muy atrás.

—Es un país que está quedado hace 70, 80 años. Era un país de inmigración. Hoy hablás con la gente y pretenden que sus hijos o nietos se vayan, que estudien y vivan en el exterior. Es tremendo. Vas formando gente y la gente más capaz se te va yendo. Los empresarios más capaces que tiene el país… Mercado Libre es el caso más típico: un hombre brillante, en el mejor nivel del mundo y lo perdemos. En vez de decir ¿qué necesitás para ayudarte, para seguir creciendo?, lo expulsamos.

—Se están viviendo horas tremendas en Medio Oriente, ¿qué mirada tenés?

—Es un fenómeno de terrorismo y frente al terrorismo no queda otra alternativa. El hecho de que tenga que haber dos Estados, Palestina e Israel, es muchísimo más complejo pero no puede llevar al hecho de que están bombardeando con misiles y cohetes a una población civil.

—¿Cómo sentiste el comunicado que sacó Cancillería?

—Una vergüenza. Argentina no tendría que haber dicho nada. El presidente viaja a reunirse con Macron, con Italia, con España, con Portugal, con todos estos países y, en medio de eso, cuando va a pedir que nos ayuden con el tema del Fondo Monetario, está tomando una posición totalmente contraria a lo que piensan. Me parece vergonzoso y creo que ni debe haber salido de Felipe Solá. Se lo deben haber impuesto. No creo que Solá piense eso ni creo que Fernández lo piense. Viene por el lado de La Cámpora. Tienen un problema ideológico equivocado totalmente.

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