Los vaivenes de los "Tesoros de Notre Dame"

París, 18 oct (EFE).- “Los Tesoros de Notre Dame” han pasado por tantos sobresaltos como la historia de París. El último, el incendio en abril de 2019 del techo de la icónica catedral. Una exposición que se estrena hoy en el museo del Louvre recrea ese azaroso recorrido.

Más de 120 obras, entre libros manuscritos, cuadros, objetos litúrgicos y hasta la corona que uso Napoléon I en su entronización, figuran en esta muestra que estará abierta hasta el 24 de enero de 2024.

La exposición, no obstante, revisita un Tesoro que en su mayoría ya no existe, puesto que fue fundido durante la Revolución Francesa (1792) tanto por razones ideológicas como por económicas.

Los periodos fuertemente anticlericales que vivió París, como los de la propia Revolución Francesa, la de los tres años gloriosos de 1830 o la Comuna de París en 1871, diezmaron el patrimonio de Notre Dame. Hasta tal punto, que hubo piezas que fueron literalmente arrojadas por la ventana.

Entre ellas, la estatua de “la Virgen y el Niño” (1826), de plata, que terminó en 1831 estampada en una acera a manos de los revolucionarios.

“Lógicamente se quedó muy dañada, se perdió la dedicatoria inscrita, que era un regalo de Luis XVIII a Carlos X. Se pensó en fundirla para usarla en otra virgen, pero finalmente se conservó, restaurándola, para el bautismo en 1856 del príncipe imperial, el hijo de Napoleón III”, contó a EFE la comisaria Anne Dion Tenenbaum.

En el recorrido de la exposición, titulada “Los Tesoros de Notre Dame de París, de los orígenes a Viollet-Le-Duc”, se recrean los orígenes de este templo, que remontan al siglo IX cuando se trasladaron allí las reliquias de Saint-Marcel.

A falta de la gran parte de objetos de valor de aquella época, se muestran obras manuscritas, que versan sobre sermones y cantos clericales de la Edad Media, y cuadros que ilustran los tesoros.

A medida que fue creciendo la catedral, construida en el siglo XI, su Tesoro se expandió. Los correspondientes al siglo XVIII y XIX conforman la base de la muestra.

El pillaje del Ejército Napoleónico en países invadidos como España, Italia y Alemania también sirvieron para nutrir la reconstrucción del Tesoro de Notre Dame.

Un cáliz de plata procedente de la iglesia de San Pedro Apóstol de Valladolid, fabricado en el siglo XVI, forma parte de ese acerbo incautado por los franceses en 1808 y que está ahora expuesto en el Louvre.

“En un principio, quisieron fundirlo, pero se dieron cuenta que la calidad del objeto era superior a la del propio material”, señaló la comisaria, quien explicó que fue identificado como perteneciente a la familia Zúñiga.

Ya en lo referente al siglo XIX, la exposición destaca el papel del arquitecto Eugène Viollet-Le-Duc (1814-1879), encargado por reconstruir una maltratada Notre Dame y de escoger el mobiliario litúrgico y las reliquias.


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