Los talibanes que llevan a cabo una ofensiva similar a una guerra relámpago en Afganistán parecen tener la capital, Kabul, en la mira, avanzando hacia la ciudad.
Los talibanes tomaron el control de Asadabad, capital de la provincia oriental de Kunar, el sábado por la tarde, lo que eleva a 20 el número de capitales provinciales que han caído en manos de los insurgentes durante la semana pasada, confirmaron los talibanes y los residentes de la zona.
Los talibanes se adjudicaron la victoria el viernes en cinco importantes capitales provinciales, incluidas la segunda y tercera ciudades más grandes del país, Kandahar en el sur y Herat en el oeste.
Un día antes, el grupo capturó Ghazni, una ciudad clave en la carretera de Kandahar a Kabul y a solo 150 kilómetros de la capital afgana, lo que desató una nueva ronda de preocupación en Washington por el rápido deterioro de la situación de seguridad.
“Se puede ver que están tratando de aislar a Kabul”, advirtió el viernes el secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, a los periodistas, advirtiendo que la ciudad “no se encuentra en este momento en un entorno de amenaza inminente”.
Aún así, calificó la velocidad del avance de los talibanes como “profundamente preocupante”.
“Lo que quieren hacer si logran ese aislamiento, creo que solo ellos (los talibanes) pueden hablar”, agregó. “No es diferente a la forma en que han operado en otros lugares del país, aislando las capitales de provincia y, a veces, siendo capaces de forzar una rendición sin necesariamente mucho derramamiento de sangre”.
Otros parecían resignados a aceptar que Kabul pudiera caer, salvo cambios significativos.
“Obviamente no en una gran trayectoria”, dijo un funcionario que habló con la VOA bajo condición de anonimato debido a la naturaleza sensible de la inteligencia.
“Los avances que han logrado los talibanes han aumentado su capacidad de combate y creo que ciertamente ha desafiado la moral y la capacidad de las fuerzas afganas”, agregó el funcionario.
Pero hay dudas sobre cuán dispuestos estarán los talibanes a trasladarse a la capital y arriesgarse a toparse con algunos de los 3.000 soldados estadounidenses encargados de brindar seguridad al personal estadounidense y al cercano Aeropuerto Internacional Hamid Karzai.
El Pentágono dijo que la primera de esas fuerzas, de un batallón de infantería de marina, llegó el viernes y que se esperaba que el resto de las tropas estuvieran en su lugar a fines del domingo.
Su tarea será ayudar a evacuar a todo el personal no esencial de la embajada de Estados Unidos, así como a miles de afganos y sus familias elegibles para visas especiales de inmigrante, una misión que los comandantes militares esperan que pueda poner en peligro a las tropas.
“Tendrán derecho a la autodefensa. Estarán armados”, dijo Kirby a los periodistas.
“Cualquier ataque a nuestras fuerzas en Afganistán se enfrentará rápidamente con una respuesta contundente y apropiada”, dijo.
Los funcionarios estadounidenses adem´sa advirtieron que cualquier intento de ataque a las fuerzas estadounidenses tendría que enfrentarse a ataques aéreos estadounidenses, no solo de bombarderos y drones que vuelan desde bases estadounidenses en Qatar o portaaviones en el Golfo Pérsico, sino también desde helicópteros estacionados en el aeropuerto.
Los funcionarios también han expresado su apoyo a las fuerzas de seguridad afganas restantes: las que continúan brindando seguridad en la mayor parte de Kabul y el perímetro exterior del aeropuerto y las que aún luchan contra los combatientes talibanes en otras partes del país.
Kirby dijo el viernes que todavía existe la posibilidad de que puedan “cambiar el rumbo” contra la ofensiva de los talibanes.
“Los afganos tienen la capacidad para hacer eso”, dijo. “Todavía creemos que podrían marcar la diferencia sobre el terreno”.
El portavoz talibán Zabihullah Mujahid advirtió que los talibanes están decididos a seguir adelante con sus ofensivas para tomar el control de todas las provincias, e instó a las fuerzas de seguridad afganas en las áreas restantes a “poner fin a la resistencia y no arriesgar sus vidas”.
A pesar de la retirada de las tropas estadounidenses y occidentales, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo el viernes que la alianza “mantendrá nuestra presencia diplomática en Kabul y continuará ajustándose según sea necesario”.
“Nuestro objetivo sigue siendo apoyar al gobierno y las fuerzas de seguridad afganos tanto como sea posible”, agregó Stoltenberg.
[Ayaz Gul contribuyó a este informe desde Islamabad]
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