(Desde Montevideo, Uruguay) – Los indicadores que suelen medir la actividad agropecuaria en Uruguay rompieron récords a fines de 2022. Por primera vez en la historia, las exportaciones superaron los USD 10.000 millones, el volumen de la faena y la producción de leche eran altos y hubo buenas cosechas en los cultivos de inverno y verano. Pero ya hacia la segunda parte del año los números mostrarían una caída de la actividad, que en 2023 recibiría el impacto de una de las peores sequías de la historia.
Después de un año récord, el agro ahora atraviesa uno de los “años más complejos de los últimos meses”, según dijo el presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), Patricio Cortabarría, en el discurso de cierre de la Expo Prado 2023, la principal exposición ganadera y agroindustrial del país. “La sequía que sufrimos es considerada por muchos como una de las peores de la historia”, lamentó ante varios jerarcas del gobierno que lo escuchaban, en una delegación que encabezó el presidente Luis Lacalle Pou.
Cortabarría criticó que Uruguay atraviesa el nivel más bajo en el tipo de cambio real de los últimos 40 años y mencionó un informe del Banco Central del Uruguay (BCU), que muestra que hay una desalineamiento de la cotización del dólar respecto a los “fundamentos” (a lo que debería ser el precio) de un 15%. “Eso nos preocupa, pero también nos ocupa”, dijo el gremialista en el discurso que consignó La Diaria.
El dólar en Uruguay cotiza en torno a los 38 pesos uruguayos. Durante el año, su valor se ha depreciado un 5% y si se consideran los últimos 12 meses la caída es del 7%.
La ARU mantiene desde hace más de un año reuniones con el equipo económico de Lacalle Pou, que transmite que les “inquieta” el problema pero que no tienen “herramientas para solucionarlo”.
Cuando empezó la Expo Prado 2023, los empresarios rurales también habían expresado su preocupación en una reunión con el presidente y parte de su gabinete. La baja cotización del dólar genera problemas de “competitividad” al sector, aseguran. Tras ese encuentro, Lacalle Pou admitió que el gobierno comparte la “preocupación” del agro.
El mandatario explicó que esta baja cotización del dólar se da por el nivel de exportaciones que hubo durante 2022 y por el aumento en un 150% de la inversión extranjera directa. Su intención, admitió, es que la divisa estadounidense se valorice y que cotice en torno a los 40 pesos, lo que sería “un precio razonable”.
Respecto a la inserción internacional de Uruguay, Cortabarría dijo que hay “reformas pendientes” y negociaciones que “demoran más de la cuenta”. “Es un debe. El acuerdo con la Unión Europea lleva más de 20 años y las negociaciones entre el Mercosur y Corea han encontrado dificultades para avanzar”, afirmó el empresario.
El presidente de ARU reconoció la apertura que hubo en algunos productos, como el ingreso del arroz a Ecuador y del sorgo a China y apoyó la decisión de acelerar las negociaciones para ingresar al Acuerdo Transpacífico. “Buena parte de nuestro futuro se juega en esos mercados”, señaló Cortabarría.
Otro reclamo del sector rural uruguayo es sobre el precio de los combustibles, que termina “erosionando la rentabilidad del sector”.
Los precios de los combustibles en Uruguay son los más altos de América Latina. El valor del gasoil promedio en el mundo es de USD 1,24 por litro, al tiempo que en América Latina la media es de USD 1,02. El litro en Uruguay, en tanto, cuesta USD 1,48, según datos de la consultora Seg Ingeniería.
El precio de la nafta en el país también es la más cara de la región y está en el puesto 14 de las más caras del mundo. Cuesta USD 1,94 por litro, cuando en América Latina lo hace a USD 1,15.
“(Esto es un) llamado de atención a todo el sistema político, que no permitió que se llevaran adelante los cambios necesarios en el mercado de combustibles que permitieran tener un gasoil más competitivo”, dijo Cortabarría.
Sobre el impacto de la sequía en el agro, la ARU estima que en primavera nacerán 455.000 terneros menos, lo que representa una faena completa de dos meses y medio. El sector perderá unos USD 2.000 millones como consecuencia del déficit hídrico.
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