Los hermanos Nola mantienen a sus padres en movimiento

Especial para Infobae de The New York Times.

SAN DIEGO— El juego había terminado y ya era hora de tomar otro vuelo. Este era a primera hora de la madrugada, por lo que tal vez se iba a poder dormir un poco tras otra tarde emocionante de béisbol competitivo, con constantes cambios en el marcador y rachas alternantes.

No, no me refiero a Aaron Nola de los Phillies de Philadelphia.

Tampoco me refiero a Austin Nola de los Padres de San Diego.

Son sus padres los que han estado abrumados por la logística, mientras pierden horas de sueño y registran una cantidad impresionante de kilómetros de viajero frecuente este mes. Mientras se dirigían a otro aeropuerto el miércoles por la noche, en esta oportunidad para regresar a Philadelphia tras la victoria de San Diego, con marcador de 8 a 5, que tuvo la firma de “Nola” por todas partes, A.J. y Stacie Nola ya se estaban familiarizando tanto con las aeromozas y las cintas transportadoras de equipaje como ya lo están con los palcos y el conteo de bolas y strikes.

“Un torbellino”, afirmó A.J. Nola. “Estos días han sido un torbellino. He viajado más que en toda mi vida”.

En lo que va de mes, su itinerario los ha llevado desde su casa en Baton Rouge, Luisiana, a la ciudad de Nueva York para ver a los Padres de Austin en una serie de comodín contra los Mets. Luego despegaron hacia San Luis para ver a Aaron abrir un juego en la serie por el comodín entre los Phillies y los Cardenales antes de regresar a casa por un par de días. Regresaron a Philadelphia para la serie divisional de los Phillies contra Atlanta, luego regresaron a casa y después viajaron a San Diego para la Serie de Campeonato de la Liga Nacional. Y siguen moviéndose.

“Ha sido una experiencia fantástica”, afirmó A.J. Nola. “Podría seguir y seguir, pero es increíble. Es una sensación increíble. Los chicos han trabajado muy duro para este momento, y estoy muy orgulloso. Las palabras ni siquiera pueden comenzar a describir lo orgulloso que estoy”.

El miércoles, A.J. Nola vestía una camiseta marrón de los Padres con una camiseta blanca a rayas de los Phillies sobre ella. La camiseta de los Phillies estaba abierta para que pudiera verse la de San Diego. Stacie simplemente vestía una blusa azul con pantalones cortos azules.

“Soy neutral”, afirmó Stacie.

Neutral, tal vez, pero nerviosa. Ambos padres estuvieron de acuerdo en que mientras A.J mantiene la calma y está siempre concentrado en el juego, Stacie es el padre que se angustia.

“Siempre he dicho que si ella fuera fumadora, se fumaría dos cajas de cigarrillos por partido viendo a sus hijos”, afirmó A.J. “Gracias a Dios que no lo es”.

Solo cinco veces previas en la historia de la postemporada ha tenido hermanos en equipos rivales. La vez más reciente fue cuando Sandy Alomar Jr. (Cleveland) y el miembro del Salón de la Fama Roberto Alomar (Baltimore) se enfrentaron en una Serie Divisional de la Liga Americana en 1996 y luego nuevamente en la Serie de Campeonato de la Liga Americana de 1997.

El segundo juego de la serie aquí en San Diego fue la primera vez en la historia de la postemporada en la que unos hermanos se enfrentaron como bateador y lanzador.

Aaron, 3 años y medio más joven, despachó a Austin al forzarlo a dar un roletazo a tercera base en la segunda entrada. Pero Austin obtuvo su venganza y más, cuando conectó un lanzamiento de recta descendente en cuenta de 0 bolas y 2 strikes hacia el jardín derecho, en una hermosa jugada de “hit and run” en la que Ha-Seong Kim salió disparado desde la primera base hasta llegar quieto al home. Fue un momento clave en la erupción de 5 carreras de San Diego en la quinta entrada que cambió el juego. Los Padres enviaron a 11 bateadores al plato durante esa reacción y mandaron a Aaron a las duchas.

Luego, Austin insinuó que quizás ya tenía un regalo navideño para su hermano gracias a este día, pero afirmó que primero tenía que ver cómo terminaría el resto de la serie. Antes del miércoles, Austin tenía marca de 1 de 6 contra su hermano. Aaron lo ponchó la primera vez que se enfrentaron y luego procedió a guardar y envolver esa pelota, la cual le regaló a Austin en Navidad.

“Austin empezó a reírse”, contó Stacie. “Dijo: ‘yo sabía que ibas a hacer eso’”.

“Creo que se la di a mi perro”, bromeó Austin sobre la pelota en una rueda de prensa reciente.

Ambos jugaron béisbol universitario en la Universidad Estatal de Luisiana (LSU, por su sigla en inglés). Austin jugó allí cuatro temporadas y Aaron tres. Los Tigres ganaron la Serie Mundial Universitaria en 2009, durante la temporada del primer año de Austin.

A.J. entrenó a ambos cuando eran niños durante su noveno grado del bachillerato. Desde el principio quedó claro que ambos tenían talento. Sus carreras “realmente despegaron en la LSU”, afirmó.

“Cuando estaba en el bachillerato, solía ver sus juegos de las Pequeñas Ligas”, contó Austin sobre su hermano. “Siempre dominaba, pero yo pensaba: ‘es porque son las Pequeñas Ligas, ¿verdad?’ No hay manera de que pueda hacer esto a nivel colegial”.

“Pero entonces luego vino y lanzó contra nosotros, rompió mi bate y ponchó a los siguientes dos bateadores. Ahí me dije: ‘Este tipo es bueno. Es realmente bueno’”.

Austin es el más extrovertido de los dos, según su madre.

“Austin es el gran bromista. Es muy expresivo”, dijo Stacie. “Aaron es más callado, a menos de que le hables sobre su camioneta Mercedes-Benz Sprinter. Modificó todo el interior, y él, su prometida y sus dos perros viajan allí. Puede hablar horas sobre eso”.

Los padres de los chicos pasaron el sábado celebrando el pase de los Phillies a la Serie de Campeonato de la Liga Nacional en Philadelphia, luego regresaron a su hotel para ver a los Padres jugar contra los Dodgers. A.J. Nola contó que eran alrededor de las dos de la mañana hora del este, cuando se dio cuenta de la importancia de la victoria de los Padres.

“Miré a mi esposa y le dije: ‘Uno de nuestros chicos va a estar en la Serie Mundial’”, contó.

Afortunadamente, A.J. es dueño de su propio negocio de remodelación y construcción y Stacie no trabaja, por lo que los Nola han tenido la flexibilidad de seguir ese desarrollo de sus hijos que se ha convertido en un sueño familiar.

“Creo que A.J. solo ha trabajado unos tres días en las últimas tres semanas”, afirmó Stacie.

Y ni hablar de dormir.

“Terrible”, afirmó A.J. “Estoy apostando a un par de escenarios: si los Padres ganan, quiero que los Astros obtengan el campeonato de la Liga Americana porque vivimos a solo unas cuatro horas en automóvil de Houston”.

“Si ganan los Phillies quiero que ganen los Yankees porque entonces la Serie Mundial sería solo un viaje en tren”.


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