Algunas de las obras más importantes de arte argentino de los últimos 50 años, como “La civilización occidental y cristiana” de León Ferrari, “El Partenón de libros prohibidos” de Marta Minujín o “Maresca se entrega todo destino” de Liliana Maresca -trabajos ligados en todos los casos a diversas formas de violencia- se verán en la exposición titulada “Argentina. Lo que la noche le cuenta al día”, que se inaugura el 21 de noviembre en el museo PAC (Padiglione d’Arte Contemporanea) de la ciudad italiana de Milán.
Se trata de una mega exposición que reunirá importantes obras de distintos períodos, de más de veinte artistas argentinos -entre ellos Leandro Erlich, Lucio Fontana, Ana Gallardo, Alberto Greco o Graciela Sacco– en uno de los más destacados espacios de Milán: el Padiglione d’Arte Contemporanea (PAC) que ha sido -en 1954- la primera arquitectura en Italia concebida expresamente para presentar arte contemporáneo.
Curada por el argentino Andrés Duprat y el italiano Diego Sileo -director artístico del PAC-, la muestra toma su título de la novela homónima de Héctor Bianciotti (1930-2012), Lo que la noche le cuenta al día, que narra la historia de una familia de piamonteses radicados en un lugar perdido de la pampa argentina, donde intenta superar la atávica pobreza que les arrancó de su Italia natal, en un ambiente de áspera dureza por sobrevivir.
“No es una muestra histórica pero sí es una muy buena representación del arte argentino contemporáneo. Nuestra idea fue poner el foco en producciones que de alguna manera abordan la idea de la violencia, en distintas aproximaciones, en algunos casos de manera más sutil y en otros, mucho más subrayada. El eje entonces es la violencia, en una muestra re potente”, detalla el curador Andrés Duprat, quien había sido convocado para curar esta muestra hace varios años -”antes de la pandemia”, precisa-, pero que recién ahora se pudo concretar.
A través de esculturas, instalaciones, fotografías, videos y performances, el proyecto curatorial se desarrolla en torno a tres ejes -la ironía, la literalidad y la cita- que presentan “diferentes aproximaciones a la representación de una cultura a menudo caracterizada, tanto en el pasado como en la actualidad, por formas de violencia”, según un comunicado del PAC.
“Situaciones y actitudes que van más allá de la coyuntura y se instalan en una pregunta sobre el futuro y qué batallas sociales librar, en Argentina y en el resto del mundo. Un proyecto heterogéneo que también intenta narrar y poner de manifiesto los múltiples matices y formas de expresión de un país que durante años fue el principal destino de las grandes migraciones europeas”, detalla el comunicado.
Las obras
El recorrido -un conjunto de 22 artistas argentinos de distintas generaciones- abarca obras realizadas a lo largo de los últimos 50 años, donde destaca por ejemplo la impactante escultura “La civilización occidental y cristiana” (1965) del maestro León Ferrari (1920-2013), una pieza monumental y siempre actual que muestra un avión de la Fuerza aérea estadounidense con una imagen de Cristo crucificado sobre él. Un rasgo indeleble en la producción de este artista -exiliado en San Pablo durante la dictadura cívico militar- fue su permanente defensa de los derechos humanos.
Ferrari cosechó el reconocimiento local e internacional que alcanzó su punto máximo en 2007, cuando fue elegido mejor artista en la Bienal de Arte de Venecia donde se le otorgó el “León de Oro”, el mayor galardón de una de las bienales más prestigiosas del mundo.
De la reconocida artista Marta Minujín, quien se prepara para inaugurar en noviembre una escultura inflable monumental en el Times Square de Nueva York, se exhibirán los registros en fotografía y video de su famoso “Partenón de libros prohibidos”, obra participativa de 1983 que realizó en los días previos al regreso de la democracia, un homenaje a la acrópolis de Grecia, recubierto por 20 mil libros que habían sido prohibidos durante la última dictadura cívico-militar.
La obra fue recreada en 2017 para la prestigiosa exposición alemana documenta de Kassel; una construcción de 70 metros de ancho por 30 de alto, con cien mil libros prohibidos de todas partes del mundo, que al finalizar la acción fueron donados por la artista pionera.
También el público italiano se encontrará con la serie de fotografías “Maresca se entrega todo destino” que Liliana Maresca realizó en 1993 y publicó en la revista El libertino, una performance con la que no solo puso el cuerpo en primer plano como un producto más para ser consumido, como una mercancía, sino que además cuestionó los formatos y nociones tradicionales de circulación de la obra. Allí se verá además la icónica pieza “Bocanada” de la santafesina Graciela Sacco (1956-2017), una serie de afiches pensados como interferencias en el espacio público que muestran en primerísimo plano bocas abiertas, de grito, de bronca, de hambre.
El despliegue de un recorte potente, variado y representativo del arte argentino se dará en la totalidad del edificio que alberga este museo italiano dependiente de la Comuna de Milán, con algunas piezas emblemáticas y otras site specifics -realizadas especialmente para el sitio- en la muestra presentada bajo el título “Lo que la noche le cuenta al día”.
“Elegimos el título por esa novela de Bianciotti, donde el protagonista es un homosexual que se mete a un seminario de curas para ‘salvarse’ de una aplastante vida pueblerina. Y si bien no hay una literalidad con la trama nos gustó esa idea de la dicotomía, ese mundo binario de la noche y el día que plantea el narrador. De lo ominoso y lo luminoso, que el protagonista aplica al horror que vive en ese período. Y nos pareció pertinente si pensamos por ejemplo acá el Mundial 78 con la gente festejando a metros de los centros clandestinos de detención. Nos interesó esa metáfora que usa Bianciotti, sobre una historia que el día no conoce y la noche se la tiene que referir”, detalla el curador, guionista y arquitecto.
En este sentido, una de las obras destacadas de la muestra será “Ceremonia nacional”, (2016) de Adriana Bustos, una videoinstalación que se compone de dos proyecciones yuxtapuestas comparadas: de un lado, un fragmento del documental Olympia, de 1938, en el que se repasan los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, inaugurados por Hitler; y del otro, un fragmento de la ceremonia inaugural del mundial de fútbol del año 1978, en plena dictadura cívico-militar, con Jorge Rafael Videla. Impresiona la similitud de sus estructuras formales y estéticas.
En las distintas obras, insiste Duprat, “la violencia no es literal” y menciona por ejemplo la famosa pintura “Concepto espacial” (Concetto spaziale) de Lucio Fontana, quien en los años 60 tajea sus lienzos para representar la búsqueda de la tercera dimensión en la pintura. “Esos cortes, esa acción de rasgar la tela, es también un acto de violencia”, ejemplifica el curador sobre la obra incluida en la exhibición que abrirá su recorrido ya desde la fachada del histórico edificio, donde Leandro Erlich colocará -tal como hizo en el Malba- un cartel inmobiliario “En Venta” (en italiano) que, al igual que aquí, promete generar polémica.
Hasta el 11 de febrero de 2024 permanecerá abierta la exposición “Argentina”, con apoyo de Fundación Proa, que reunirá también trabajos de los artistas Eduardo Basualdo, Mariana Bellotto, Matías Duville, Ana Gallardo, Jorge Macchi, Liliana Porter, Miguel Rothschild, Alessandra Sanguinetti, Mariela Scafati, Cristina Piffer, Adrián Villar Rojas, Juan Sorrentino, Tomás Saraceno, Alberto Greco (1931-1965) y Nicolás Robbio.
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