Hace mucho tiempo, a los dinosaurios carnívoros le crecían dentaduras en la parte posterior de sus dientes (los dentículos), lo que les beneficiaba a la hora de comer. Mientras los dinosaurios mordían, su comida se raspaba en esos dentículos.
A partir de estas pequeñas abrasiones –conocidas también como microwear– y la forma de la dentición de dinosaurio, los paleontólogos dicen que pueden afirmar no solo qué comieron estos depredadores sino cómo lo hicieron, según un informe publicado en la revista Current Biology. Un equipo de investigadores de España y Canadá ha examinado los dentículos gastados en 57 fósiles de tres grupos diferentes de dinosaurios de tamaño similar, el Troodon, el Dromaeosaurus y el Saurornitholestes, que eran del tamaño de un cisne grande, así como también de un tamaño mucho mayor, como un tiranosaurio de casi tres metros llamado Gorgosaurus.
“Hemos podido comprobar que aunque estos dinosaurios tenían diferentes tipos de dentículos en los dientes, mordían de la misma manera a través de un sistema de ‘punción y tirón’“, dijo Angélica Torices, paleontóloga de la Universidad de la Rioja en España.
La maniobra de pinchar y tirar, como su nombre lo indica, es un movimiento de dos pasos. Primero una represión con los dientes, luego un tirón hacia atrás con la cabeza. Según Torices, esta es una forma muy eficiente de obtener alimentos.
“A medida que el diente entra en la presa y es atraído hacia atrás, el diente perforará y cortará a través del tejido blando”, explicó Domenic D’Amore, biólogo del Daemen College en Nueva York, que estudió la dentición de los dinosaurios carnívoros pero que no estuvo involucrado con esa investigación. “El resultado es que la carne se puede seccionar de manera efectiva en un cadáver, lo que es excelente para romper grandes presas vertebradas“, relató.
Este método de comer no se ha extinguido con los dinosaurios. Los dragones de Komodo, los lagartos vivos más grandes, hacen lo mismo. A diferencia de los carnívoros más delicados, el dragón de Komodo requiere “una mínima aportación de los músculos de la mandíbula cuando mata presas”, según un estudio de 2018 sobre los hábitos alimenticios de los lagartos.
Los dinosaurios estudiados en el nuevo informe son una imagen clásica del carnívoro prehistórico, con dos patas, colas largas y antebrazos delgados. Todos los tipos de dinosaurios estudiados pertenecen a un grupo de dinosaurios conocidos como terópodos. Vivieron en el período Cretácico superior, hace entre 100 millones y 66 millones de años. Los descendientes de los dinosaurios terópodos están vivos hoy en día: los pájaros.
Torices y sus colegas también utilizaron una técnica de ingeniería llamada análisis de elementos finitos, que les permitió estimar cómo se comportó la estructura dental en varios escenarios. Los investigadores modelaron, por ejemplo, los ángulos de corte y las fuerzas de mordida que los colmillos podían soportar.
“La mayoría de los estudios que usan dientes terópodos para comprender mejor la dieta han analizado la anatomía de los dientes o las huellas en los huesos de las presas”, dijo D’Amore. “Esto es novedoso ya que usa tanto la anatomía como el microwear como una medida indirecta de comportamiento. Me parece convincente“.
Aunque la mayoría de los dinosaurios en el estudio eran aproximadamente del mismo tamaño, Torices dijo que era probable que los animales comieran diferentes alimentos a pesar del mismo método de mordida. “Posibles fuentes de alimento podrían haber sido animales pequeños o invertebrados o incluso carroña“, agregó.
Los dientes de Dromaeosaurus y de Saurornitholestes, sin embargo, podrían resistir a mayores tensiones. Estos dinosaurios probablemente atacaron presas más grandes y pudieron hundir sus bocas en huesos, según concluyeron los científicos.
El gigante Gorgosaurus tenía una estructura similar a la del Dromaeosaurus, excepto que sus colmillos eran mucho más grandes. La evidencia fósil en el estiércol de tiranosaurio indica que estos grandes depredadores masticaban huesos. Sus dientes no tienen desgaste, a diferencia de las hienas y otros modernos desmenuzadores de huesos, pero Torices insistió en que eso se puede explicar por el hecho de que los dinosaurios reemplazaron continuamente sus dientes.
“Todos estos dinosaurios vivían al mismo tiempo y en el mismo lugar, por lo que es importante saber si competían por los recursos alimenticios o si apuntaban a diferentes presas”, aclaró Torices. “A través de este trabajo comenzamos a entender un poco mejor las interacciones entre estos dinosaurios depredadores y el papel de los troodóntidos en el ecosistema“.
FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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