Carmen Rodríguez
Bilbao (España) 16 jun. El francés Jean-Francois Le Gall ha dedicado su carrera a las matemáticas teóricas, una disciplina que debe apasionar para dedicarse a ella y en la que el valor de la estética es importante. “Trabajo -dijo- buscando responder a las preguntas planteadas de la manera mas elegante posible”.
Le Gall (1959) es, junto al también matemático estadounidense Charles Fefferman, ganador en la categoría de Ciencias Básicas del Premio BBVA Fronteras del Conocimiento, que se entregan este jueves en Bilbao (norte de España).
El estudioso francés ha realizado, según el jurado, “contribuciones fundamentales a la teoría de la probabilidad” y las nuevas perspectivas que ha abierto en este campo han tenido “una enorme influencia” en toda una generación de matemáticos.
Las matemáticas teóricas son una disciplina por la que hay que sentir “pasión”, aseguró Le Gall a Efe. “He tenido alumnos que eran muy buenos, pero no tenían esa pasión” y han acabado en otros campos con “mucho éxito”.
De hecho, situó la pasión por encima de otra condición necesaria: la creatividad, que define como “el deseo de entender las cosas”, y requiere de “muchísimo trabajo”, porque “no es algo que te caiga del cielo”.
Ser un teórico no quiere decir que lo que hace esté “completamente desvinculado de las otras ciencias”, en su caso lo está con la física, y esta motivación que viene de fuera es importante. “Tengo la esperanza de que lo que hago sea útil en el futuro”.
En el siglo XIX -recordó- se pensaba que las geometrías euclidianas eran algo abstracto, pero tuvieron un papel “muy importante” para que Albert Einstein desarrollara la Teoría de la Relatividad, gracias a la cual funciona hoy el GPS.
Sin embargo, haría igual su trabajo aunque no tuviera conexión con otros campos, porque este se ve “más influenciado por la estética”, señaló Le Gall, quien en 2019 recibió el Premio Wolf, entre los más importantes en matemáticas, y el jurado hizo referencia a la elegancia de sus métodos.
Le Gall consideró que es difícil definir la belleza o la elegancia, referida a las matemáticas o a una obra de arte, aunque en su materia tiene que ver, “con frecuencia, con la simplicidad de los enunciados, de las fórmulas. La sensación de que hemos encontrado las buenas herramientas para resolver una cuestión que nos hemos planteado”.
En las matemáticas teóricas “apreciamos el valor de un resultado, con frecuencia, a través de la estética”, señaló Le Gall, quien intenta responder a las preguntas planteadas en sus investigaciones “de la manera más elegante posible”.
Las matemáticas “no son aburridas” y si lo resultan es “porque están mal explicadas”. Una clase puede “ser divertida e interesante para los alumnos”, pero si se hace de forma demasiado abstracta esta asignatura “puede ser complicada para los más jóvenes”.
Su especialidad es la teoría de las probabilidades, con la que se construyen modelos matemáticos para calcular las probabilidades de un acontecimiento “en los casos en que le azar tiene mucho que ver”.
Como ejemplo, habla de un cohete para colocar un satélite en órbita. Su desplazamiento se ve sometido a fuerzas aleatorias como el viento o un problema con un motor. Son unas perturbaciones aleatorias que se pueden interpretar con conceptos matemáticos y estudiar la mejor trayectoria, señaló.
Los modelos matemáticos están hoy presentes en múltiples ramas de la investigación, como también lo están en nuestra vida diaria los algoritmos. Le Gall estima que “pueden ser muy útiles”, en medicina se puede usar la inteligencia artificial para ayudar a los médicos a diagnosticar una enfermedad.
Pero a la vez una compañía de seguros se puede servir de ellos para decir que una persona tiene un riesgo grave de enfermedad y que pague su prima más cara, reflexionó.
“No hay que dejar que controlen nuestra vida”, porque un algoritmo “no posee la verdad, es una ayuda”, de ahí la necesidad en algunos campos de “gestionarlos y controlarlos”.
El jurado de los Premios Fronteras del Conocimiento ha destacado la influencia de Le Gall en toda una generación de matemáticos, pero él lamenta que ha habido pocas mujeres.
Recordó que ha apoyado una veintena de tesis doctorales, pero que solo tres eran de mujeres, que era “muy buenas, más dotadas que el resto”, pero ese número es “muy poco”.
Aunque desconoce la situación en España, dijo que en Francia, “por desgracia”, recientemente hubo una reestructuración en los institutos de Secundaria que ha provocado que “menos chicas opten por las matemáticas y eso es muy grave”.
Le Gall es un apasionado de las matemáticas, pero estas no sirven para explicar todo el mundo, “no hay que exagerar” -dijo-. “En física, han sido muy eficaces para entender el mundo que nos rodea, aunque aún quedan muchas preguntas sin respuesta, quizás lo ha sido un poco menos en biología”, depende del campo.
En todo caso, “no creo que el arte o los sentimientos se puedan entender con las matemáticas”, concluyó. EFE
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