La lucha por lo derechos de las mujeres no sólo se llevan a cabo en las calles y tribunales de justicia. También en las salas de concierto, galerías y escuelas de música, se realiza una búsqueda porque las artistas formen parte de las representaciones culturales en México.
Leticia Armijo, fundadora de la Coordinadora Internacional de Mujeres en el Arte (Comaurte), ha mantenido una incansable pelea por la igualdad de condiciones en este sector. Ella ha intentado por todos los medios posibles recuperar espacios que se le han negado a las compositoras, escritoras y bailarinas.
Una de sus principales herramientas ha sido su preparación profesional. Es investigadora y profesora de tiempo completo de la Universidad de Querétaro, cuenta con un doctorado en historia de ciencia de la música, dos posdoctorados en composición. También tiene una maestría en gestión y promoción de la música en la sociedad, es especialista de música y mujeres en México, además de ser una de las compositoras más reconocidas del país.
A ella le parece importante dar a conocer la preparación académica que posee, para que los espectadores de su lucha se den cuenta de que “no somos ningunas improvisadas”, dice a Infobae México.
Pero sus esfuerzos también han salido de las aulas para buscar la manera de llamar la atención de la sociedad, para que se den cuenta de que el problema de la violencia contra las mujeres es cada vez más fuerte.
En la década de los noventa realizó marchas en la Ciudad de México ada 25 de noviembre, “Salimos con antorchas en la noche al paseo de la Reforma, gritando que las calles también son nuestras, repudio a la violación. Eran muchas patrullas y 50 locas con antorchas”, contó Armijo.
Por lo que en la actualidad, apoya las manifestaciones que se han realizado a través del país y que han sido criticadas por las acciones que se han ejercido en contra de muros y monumentos.
“Yo no me puedo imaginar una revolución sin monumentos pintados, sin la toma de la Bastilla. Es decir, no sólo las feministas hemos pintado las calles. Es una desgracia que el énfasis se ponga en ver esto, en lugar de ver el cuerpo de una mujer muerto. El cuerpo de la mujer es un monumento que ha sido desaparecido, descuartizado y les importa más la pinta que es la manifestación del coraje de las actuales mujeres que dicen ‘ya no más’”, explicó Armijo.
Para la especialista en música y feminismo, estas protestas son el resultado de ya no tener otras vías a través de las cuáles se pueda hacer un cambio. Una de las que están restringidas es la del arte.
“La cultura es un discurso sutil a través del cual puedes penetrar este nivel emocional y otros niveles de la conciencia para transformar el pensamiento social. Si quieren que se terminen los monumentos importantes, también se debe dejar a las artistas exponer de manera profesional para que podamos transformar la realidad a través de la educación. Cuando no hay una vía abierta porque te cortan los recursos, nos queda ir y destrozar a ver si así nos oyen. ¿Qué tiene que pasar? Ya estamos muertas, ya estamos desaparecidas…”, comentó la experta Leticia Armijo a Infobae México.
Reescribir la historia del arte
Para Leticia Armijo, la historia que se cuenta del arte ha excluido a mujeres ejemplares en la música porque ésta ha sido escrita por hombres. Así que cree que se debe buscar regresarle el papel protagónico a quienes han sido precursoras en este sector y en muchos otros.
Es por eso que desde 1994, Comuarte ha buscado conquistar espacios que se le han negado a las artistas. Armijo, su fundadora, cuenta que ella ha vivido rechazo desde que se encontraba en la universidad. Explica que hay una censura sistemática con la que no se le permite a las mujeres componer cierto tipo de obras, sus trabajos no son tocados o llevados a las principales salas de conciertos del país, y sus labores no son reconocidas.
Según sus investigaciones, durante los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, sólo se tocó en las principales orquestas del país como la Sinfónica Nacional, 0,3% de obras de compositoras. Y en los programas, únicamente se presentó 6% de producciones de compositores mexicanos.
Ahora las artistas sufren otro problema: el recorte presupuestal al área de cultura en esta administración las ha dejado sin recursos para realizar eventos con mujeres como protagonistas.
“Han sido luchas burocráticas muchas veces. Hemos tenido que dar periodicazos a través de nuestra obra. Por ejemplo, para conquistar que nosotras podamos realizar una exposición de artes visuales en Bellas Artes, tuvimos que demostrar a través de la curaduría del Centro Nacional de Artes Plásticas, que los especialistas y grandes investigadores digan que el trabajo es de calidad. El trabajo de las mujeres siempre se pone en tela de juicio, no se valora de la misma manera que el de un hombre”, explicó Armijo a Infobae México.
La compositora intenta expresar su ideología y hacer una transformación a través de su trabajo. Se caracteriza por incluir a mujeres en la interpretación de sus obras de manera vocal e instrumental, además de incorporar elementos de música mexicana y latinoamericana como reconocimiento a lo que se crea en esta región.
Reconocimiento al trabajo de las mujeres
Comuarte creó el premio Coatlicue, primer reconocimiento mexicano a las mujeres de las artes. Leticia Armijo dijo que su decisión de realizar esta entrega se debió a que antes las premiaciones no reconocían el trabajo femenino.
“En 1995 existía el Premio Nacional de las Ciencias y Artes que otorga el gobierno federal, pero para entonces no se había reconocido a una sola mujer, ni compositora ni artista”, dijo. Por lo que buscó visibilizar las obras de las artistas en el mundo.
Algunas de sus acreedoras han sido Elena Poniatowska, Isabel Mayagoitia, Patricia Mayorga y Coral Bracho; quienes en muchas ocasiones, a pesar de ser figuras destacadas en todo el mundo, nunca antes de la invención de este galardón habían recibido un reconocimiento.
“Le hemos dado (el premio), por ejemplo, a Mariana Yampolski. Cuando yo iba caminando en el palacio de Bellas Artes con ella del brazo porque no podía caminar bien, me dijo: ‘Esta es la primera vez que me dan un reconocimiento en mi vida”… Y ahora ya hasta existe la fundación Mariana Yampolski’”. Fue una fotógrafa mexicana reconocida a nivel mundial, fundadora del Salón de la Plástica Mexicana con su obra distribuido en 15 libros y más de 150 exposiciones.
Sin embargo, no saben si podrá continuar entregándose porque no tienen presupuesto. “Eso no puede seguir funcionando así, es un suicidio. Porque para nosotras las actividades artísticas que hacemos son una forma de enaltecer la imagen de la mujer ante la sociedad y de crear parámetros para que las niñas se den cuenta que también pueden ser compositoras, directoras de orquesta o músicos”, explicó Armijo.
Por lo que Leticia Armijo continuará su lucha por abrir espacios para las mujeres y conseguir mayor presupuesto para la cultura y las artes.
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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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