Las tratativas de Guzmán con el FMI: cuando los argumentos y los números se vuelven en contra

Guzmán-Gobernadores-FMI
Guzmán y el presidente Alberto Fernández, con fondo de vencimientos

La confesión del ministro de Economía, Martín Guzmán, de que el Gobierno está aún conceptualmente lejos de alcanzar un acuerdo con el FMI produjo al principio un fuerte aumento del riesgo país, una caída del precio de las acciones argentina y un aumento de los dólares alternativos.

A eso siguió, ayer, un tímido retroceso de la divisa y una compra de USD 80 millones por parte del Banco Central, debido en parte al aumento en dos puntos de las tasas de interés (la de Leliqs, de 38 a 40%; la de depósitos, de 37 a 39%), señal de que, pese a las diferencias, el Gobierno está empeñado en un acuerdo y en disipar el temor a un default que dejaría a la economía en un limbo económico y financiero.

La exposición de Guzmán ante los gobernadores, sin embargo, fue poco más que una reiteración de los pasos básicos que implica una negociación con el Fondo. Proceso que en el caso de la Argentina ya lleva casi 26 meses desde el inicio del gobierno, 23 meses desde la primera visita a Buenos Aires de Julie Kozack y Luis Cubeddu, los técnicos del organismo a los que su directora, Kristalina Georgieva, asignó el caso, y casi un año y medio desde la restructuración de la deuda con los acreedores privados, a la que Guzmán dedicó sus primeros nueve meses de gestión.

De algunos de los gráficos que Guzmán exhibió a los mandatarios provinciales se desprende también que el ministro considera que la deuda en pesos, tanto en cabeza del Tesoro como del Banco Central, no tiene importancia alguna.

Julie Kozack y Luis Cubeddu, en su primera visita a la Argentina, en febrero de 2020, hace casi dos años.
Julie Kozack y Luis Cubeddu, en su primera visita a la Argentina, en febrero de 2020, hace casi dos años.

(Argentina’s Economic Ministry pr/)

En su presentación el ministro subrayó que el gobierno intenta evitar un “ajuste” fiscal que descarrile el crecimiento logrado en 2021, saltando que buena parte del ajuste ya ocurrió por obra y gracia de la inflación. Y que ese ajuste invisible probablemente sea aún mayor en 2022 si, como apunta el relevamiento de expectativas de mercado del BCRA, los precios viajan al 55% anual. O más, si es que no hay acuerdo.

Guzmán sigue subrayando la persistente presión sobre el dólar que ponen los fondos de inversión extranjeros que durante el gobierno de Mauricio Macri hicieron “carry trade” hasta quedar atrapados por el “reperfilamiento” de la deuda en pesos que tuvo lugar sobre el final de la gestión macrista. Pero nada dice del aumento de la deuda en pesos atada a la inflación (CER) o al valor del dólar (dollar linked) bajo su gestión.

La deuda en pesos ajustable por CER o por dólar aumentó del equivalente a USD 23.791 millones en noviembre de 2019 a USD 61.149 millones 24 meses después, un 157%, ritmo que proyectado a un período presidencial arrojaría un aumento del 560 por ciento

Como ya señaló Infobae, el último informe de la secretaría de Finanzas precisa que la deuda en moneda local aumentó un 55% en dólares, del equivalente a USD 63.408 millones el 30 de noviembre de 2019 a 98.547 millones el 30 de noviembre pasado. Y la parte ajustable por CER o por dólar aumentó de USD 23.791 millones en noviembre de 2019 a USD 61.149 millones 24 meses después, un 157%, ritmo que proyectado a un período presidencial arrojaría un aumento del 560 por ciento.

Condicionante clave

La deuda con el Fondo es, ciertamente, un condicionante clave la economía y a la política económica. El acuerdo y el crédito de 2018 fueron claramente un fracaso, en especial si se considera que el grueso de las metas fiscales y monetarias fueron cumplidas, lo que denuncia la mala calidad del programa. El propio FMI reconoció, en su evaluación expost, que el acuerdo tal vez debió incluir una restructuración de deuda y medidas de control de capitales, aunque varios directores agregaron en la discusión en el directorio que esas medidas hubieran ido en sentido contrario a lo que se buscaba: restablecer la confianza y el acceso al crédito privado a tasas razonables.

El 5 de febrero de 2020 en el Vaticano, Francisco promovió el primer diálogo directo entre Guzmán y Georgieva, la directora del FMI. El jueves se cumplieron 23 meses
El 5 de febrero de 2020 en el Vaticano, Francisco promovió el primer diálogo directo entre Guzmán y Georgieva, la directora del FMI. El jueves se cumplieron 23 meses
(REMO CASILLI/)

Hay otro aspecto de la evaluación expost del FMI que a Guzmán se le vuelve en contra: si aquel programa fue, como se dijo, “demasiado frágil”, ¿por qué el Fondo estaría ahora dispuesto a un programa laxo y, a su juicio, de baja probabilidad de éxito?

Cuestión de volumen

Otra cuestión concierne al volumen de aquel crédito, por el que el Gobierno de Alberto Fernández promovió incluso una denuncia penal. Guzmán se empeña en decir que fue “el más grande de la historia” del FMI, lo que es cierto en términos nominales, como también lo es que el actual déficit fiscal es, nominalmente, “el más grande de la historia”, que los actuales precios de la Argentina son “los más altos de la historia” y que incluso las actuales jubilaciones y salarios son, a pesar de su bajo poder adquisitivo, nominalmente “los más altos de la historia”.

James Bougthon, hasta 2001 historiador oficial del FMI, precisó en un paper que las crisis que involucraron a Inglaterra a principios y a mediados de los 60s generaron los mayores paquetes de asistencia financiera del FMI, en el segundo caso hasta el equivalente a 1,3% del valor del comercio mundial, proxy del PBI y los flujos financieros. Esa relación equivaldría actualmente a entre USD 250.000 y 260.000 millones, aunque Boughton señaló a Infobae que, a diferencia del crédito a la Argentina, en el caso inglés “no había temor a la posibilidad de default”.

Los mayores desembolsos del FMI entre 1944 y 1999, en relación al volumen del comercio mundial
Los mayores desembolsos del FMI entre 1944 y 1999, en relación al volumen del comercio mundial

El propio Boughton destacó, sin embargo, que desde ese punto de vista los desembolsos de 1998 a Rusia fueron más significativos. Aunque como proporción de la cartera del FMI fueron inferiores a los realizados a la Argentina, fue una exposición “peligrosamente alta en ese momento, porque las perspectivas económicas y políticas de Rusia eran muy inciertas; la situación se salvó porque la economía rusa rebotó fuertemente luego de la crisis, gracias principalmente al aumento de los precios petroleros”. La misma causa de la bonanza venezolana en los primeros años de la gestión de Hugo Chávez en Venezuela.

Eduardo Borensztein, un economista argentino que trabajó en el Fondo, dijo que es difícil comparar distintos momentos en el tiempo. “El programa con Brasil cuando asumió Lula da Silva fue de USD 30.000 millones, en esos momentos el más grande en términos de dólares (o DEGs) corrientes. “¿Como comparar con Argentina 15 años después? Considerando que las cuotas del FMI se duplicaron en ese periodo, los dos programas son parecidos en tamaño si se usan las respectivas cuotas como escala”.

Borensztein recordó además el Flexible Credit Line otorgado por el Fondo a México: nada menos que USD 88.000 millones, luego reducidos a 61.000 millones, aunque con la salvedad de que México no tuvo finalmente la necesidad de recurrir a él. Comparar con los años ‘70 es más difícil todavía, dijo Borensztein. El mercado internacional de capitales creció exponencialmente desde entonces e incluso en los últimos diez o veinte años.

Otra guía son las propias Evaluaciones ExPost del Fondo de los créditos de “acceso excepcional” a países en crisis financiera.

Guzmán y Georgieva, en uno de sus tantos saludos para la foto. Pero todavía no hay acuerdo
Guzmán y Georgieva, en uno de sus tantos saludos para la foto. Pero todavía no hay acuerdo (MINISTERIO DE ECONOMIA/)

Desde 2008, cuando hizo la primera de esas evaluaciones, el FMI publicó 22 informes de ese tipo, para un total de 16 países. El primero de ellos fue a Uruguay, al que le otorgó crédito por el equivalente a 23% de su PBI (como si a la Argentina le hubiera otorgado unos USD 100.000 millones).

De un repaso a esos documentos surge por caso que mientras el FMI concedió a la Argentina un crédito de USD 57.000 millones, equivalente a 1.123% de su cuota en el organismo (del que la Argentina accedió a USD 44.000 millones (equivalentes al 867% de su cuota) las evaluaciones expost precisan, por caso, que el Fondo apoyó a Grecia, Irlanda y Portugal con créditos por 3.200%, 2.321% y 2.306% de sus respectivas cuotas.

La impugnación de Guzmán al crédito de 2018, en definitiva, se le termina volviendo en contra de su propia, prolongada y hasta ahora infructuosa negociación.

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