La autora, una escritora, traductora literaria e investigadora del lenguaje y el cuerpo colombiana, ha publicado cuentos, ensayos, ha participado en revistas y antologías, ha presentado performances dentro y fuera de su país, también es profesora de la Maestría en Literatura de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia en Tunja. Su trabajo editorial ha tenido numerosos reconocimientos, entre ellos la Residencia de traducción literaria en el Banff Literary Translation Center (2008), el primer puesto en el concurso de cuento El Brasil de los Sueños IBRACO (2012). la Residencia Can Serrat en El Bruc, Cataluña (2019), ‘Las Extraterrestres’ (2021) se hizo realidad gracias a la Beca para proyectos editoriales independientes, emergentes y comunitarios, entregado por el Programa Distrital de Estímulos (PDE) del Instituto Distrital de las Artes, Idartes, en 2021; se trata de una producción literaria cuya propuesta lleva al libro a mutar en un performance y en otras formas expandidas. lo que refleja el alcance de su mensaje.
Recuerdo haber visto a Juliana Borrero Echeverry en uno de los conversatorios de ‘La Vuelta’, la feria de editoriales independientes de la Red de Bibliotecas Públicas de Bogotá, se trataba sobre su libro y más allá de lo que dijo en su diálogo con la moderadora, la filósofa Laura Quintana, un diálogo interesante, sin duda, pero lo que pudo comunicarme más de ese libro fue la lectura de un fragmento de ‘Las Extraterrestres’ en voz alta por parte de Juliana. ¿Será la voz el componente fundamental de esta lectura? Los seis cantos (en vez de capítulos) de este texto son conducidos por un hilo conductor que más parece el hilo de la mecha de una bomba, podría ser un canon, una voz que se replica como un eco detrás de la otra, un canto tras otro como una canción ancestral repetida por las voces de mujeres de otros siglos “En la oscuridad todas somos iguales, y es mejor que te lo creas, estamos en la oscuridad, cariño.” un verso de ‘Adiós a todo eso’ de la poeta, escritora y activista feminista Robin Morgan, que Borrero usa para abrir su libro como preámbulo al primer canto.
La sincronía de la prosa y los versos reunidos de la autora arrasa con las ideas que permanecían en el extremo del iceberg que no sobresale del agua, es incorrecto, los subtextos extendidos para disponerse en forma de un manifiesto que sobrepasa la literatura feminista para conformar un compendio emocionante de verdades ocultas.
¿Qué nos espera sino el cumplimiento de una amenaza de reivindicación? “(…) y es mejor que te lo creas”, en esa lectura en voz alta, Juliana se entregó al auditorio, comenzó leyendo sentada y terminó el texto de pie, al doble del volumen y con la certeza de haber dicho lo que debía. Si es posible replicar ese espíritu tras una lectura, sé que muchas (y muchos) salieron con esa ambición, la de dejarse ir en una voz que transmuta las palabras impresas en el papel hasta convertirlas en energía, miedo, fuego y presencia. Invita a crear y a destruir, a mirar con desdén y a comprender la dinámica desde la perspectiva de un narrador que guía al lector por una expedición llena de simbología agresiva y eficaz para comprender el rol femenino en su activismo, en el estererotipo de su elección, en la huída y en la defensa.
Estos cantos llevan inmersos algunos parentesis, una carta a una sirena, un anuncio de “se busca”, una suerte de cuadros comparativos para aterrizar la pasión al paralelo de los límites del género contado en clave de ciencia y en clave de anécdora, pero sobre todo, de propuesta artística, de mapa de navegación, con bitácora, con notas de diarios de viajes por otros estados de conciencia sobre esos animales sociales que inevitablemente somos, que se relacionan y que cargan con siglos de espíritu animal, violencia, silencio, pasión y despojo.
La portada de ‘Las Extraterrestres’, a cargo de la artista colombiana Raquel Sofía Moreno, da cuenta del espíritu de este panfleto dotado de un uso sencillo del lenguaje sin dejar de lado su pertinencia y poderío en cada argumento: llamas, mujeres entre las llamas, mujeres de otro mundo, mujeres performando, hablando con el enojo de la mirada, una mujer en calzones, una guerrera, un cuervo, un alienígena, una nave espacial, una guerra de los mundos a cargo de las mujeres , quizás, una mujer con gafas de lentes rojos (imagino que para verlo todo rojo entre el fuego) con un lobo rabioso a los pies, una daga, serpientes que reptan entre el fuego, destellos y más fuego.
“EN EL FIN DEL MUNDO toda escritura es:
Una promesa de compraventa que no se cumplió.
Una citación de carácter inmediato que tampoco se cumple.
En el fin del mundo la escritura se hace de pie, en una estación de policía.
Con la letra horrible de la mano babeante de un idiota.
En el esfero más barato sobre media hoja de papel casi transparente y granuloso.
En el fin del mundo hasta el oxígeno es violento.
En el fin del mundo la violencia es ley.
En el fin del mundo escribir es enumerar indolencias.
En el fin del mundo todos los días perdemos la dignidad.
En el fin del mundo descubrimos que somos víctimas.
En el fin del mundo ni siquiera eso importa.
Rasgarse la camisa es una forma de arte.
En el fin del mundo hemos perdido el ritmo, el tacto, el beneplácito de los dioses.
En el fin del mundo degollamos la paz y bebemos su sangre caliente para mejorar la potencia sexual.”
Ficha
Título: Las Extraterrestres
Autora: Juliana Borrero
Editorial: Cajón de Sastre
Sé el primero en comentar en"‘Las Extraterrestres’: panfleto, canción, manifiesto, hechizo en forma de libro y performance"