Durante el largo debate en torno al aborto legal, la educación sexual fue tema recurrente. Mejor dicho, un alegado déficit de educación sexual y acusaciones cruzadas por el incumplimiento o cumplimiento parcial de la Ley que la vuelve obligatoria en todas las escuelas del país, tanto de gestión pública como privada.
A la hora de buscar responsabilidades, en el banquillo hay una sola acusada: la Iglesia. La realidad es muy distinta, aseguran las autoridades de escuelas confesionales
La Ley fue promulgada a fines de 2006, hace más de diez años, y se aplica de modo dispar. Pero, a la hora de buscar responsabilidades, en el banquillo hay una sola acusada, la Iglesia; en particular la católica. De hecho, este argumento fue un arma más del combate por la legalización del aborto: se dijo que los sectores que están en contra son “los mismos” que se resisten a la implementación de la educación sexual en los colegios, ponen obstáculos a la aplicación de esa ley, cuestionan los contenidos y el material didáctico, etcétera.
Se escudan en una supuesta oposición religiosa para justificar la no aplicación de la Ley de Educación Sexual Integral
Habría un doble discurso o un discurso que lleva a un callejón sin salida. Se rechaza el aborto pero al mismo tiempo se rechaza educar para evitar embarazos no deseados.
Incluso cuando se trata de explicar por qué no se dictan estos contenidos, o no se lo hace con el rigor y continuidad establecidos en la ley, en las escuelas públicas, es decir no confesionales, nuevamente se señala a la Iglesia, en este caso, por influencia o presión; en concreto, se escudan en una supuesta oposición religiosa para justificar la no aplicación de la Ley de Educación Sexual Integral.
Sin embargo, responsables educativos de iglesias católicas y evangélicas desmienten esta visión. Más aun, aseguran que tuvieron gran protagonismo en la elaboración de la Ley y que su aplicación con frecuencia fue más problemática en las escuelas de gestión pública que en las confesionales.
“Yo puedo hablar de lo que vivimos en aquellos años desde la Arquidiócesis de Buenos Aires, cuando yo era secretario de Educación y Jorge Bergoglio era arzobispo”, respondió José María del Corral, hoy al frente de Scholas Occurrentes, la red patrocinada por el Vaticano para unir a las escuelas del mundo, ante la consulta de Infobae.
Del Corral, que en los tiempos en que se debatía la ley era también director del Instituto San Martín de Tours, recuerda que el primer intento de legislar sobre el tema en la Ciudad “terminó con dos posturas muy encontradas, al punto que el jefe de gobierno de entonces, Aníbal Ibarra, habló de un Boca-River”.
Al año siguiente se retomó la discusión y fue entonces que Jorge Bergoglio lo instruyó para que participara junto con los demás sectores en el debate de la ley que se aprobaría bajo la gestión de Jorge Telerman.
Bergoglio no solo recibió a Santiago de Estrada, a Michetti y a Marcos Peña, sino que también dialogamos con la otra parte: Delia Bisutti, Florencia Polimeni, Diego Kravetz (del Corral)
“Fue muy interesante porque no solamente los colegios católicos, evangélicos y de otras confesiones nos reunimos sino que se comenzó a trabajar desde los propios colegios y los equipos de rectores en una propuesta que realmente fuese de abajo para arriba, que fuese realista -recuerda Del Corral-. Bergoglio no solo recibió a Santiago de Estrada, a Gabriela Michetti, a Marcos Peña y otros legisladores porteños, sino que también tuvimos un diálogo muy directo con la otra parte de los legisladores, de un punto de vista totalmente distinto, como Delia Bisutti, Florencia Polimeni o Diego Kravetz, y eso fue muy rico porque así se logró un proyecto de consenso”.
Del Corral recuerda que trabajó mucho con el pastor Rafael Sáenz, que era al presidente del Consejo de Educación Cristiano Evangélico (CECE): “Coordinamos permanentemente en toda esta propuesta”.
La ley que se votó era “muy de avanzada”, sostiene Del Corral, porque “con Bergoglio planteamos que fuese desde el nivel inicial y no como una materia, sino como un espacio transversal que pudiera ser trabajado con los propios alumnos y los padres a través de los Consejos de Convivencia o de los UPF (Unión de Padres de Familia), etcétera”.
Asegura que eso fue “muy bueno”, porque así los padres “se empezaron a hacer cargo” de esta temática y no optaron por decir “que se ocupen los docentes”, sobre todo porque se trata de “un aspecto muy importante de la vida de los chicos que había que poner sobre la mesa y charlarlo”. “Junto con eso -agrega- salía también el tema del consumo de alcohol temprano; muchas relaciones se dan producto de eso, del alcohol a los 12 ó 13 años, de los pre-boliches”.
Un consenso importante fue que las escuelas confesionales dieran educación sexual de acuerdo a su ideario (Del Corral)
También recuerda que en aquella ocasión el hoy papa Francisco convocó a un congreso de padres, para instarlos a “no tirar la pelota afuera”, a asumir esta problemática y acompañar a los hijos, no dejando solos a colegios y docentes.
Del Corral destaca muy especialmente “otro consenso importante que se logró en la Ciudad” y que fue “que los colegios dieran educación sexual, de acuerdo a su ideario; es decir que sus valores como colegios confesionales fueran el marco del tema”.
La visión de las iglesias evangélicas
Daniel Ochoa, actual presidente del CECE -el citado consejo evangélico- coincide en destacar ese logro: “Fruto de aquellas discusiones, la ley reconoció algo fundamental para nosotros: el respeto a los idearios de cada institución. Reivindicamos el derecho a enfocar esta enseñanza desde nuestro ideario, como parte del ejercicio de la libertad de enseñanza, reconocida por la Constitución y la Ley de Educación”.
“Hay diferencias sobre temas sensibles -explicó Ochoa a Infobae-, pero los contenidos de base no fueron rechazados por nadie. De todas los establecimientos educativos que están bajo la órbita del CECE, que son unos 350 en todo el país, ninguno se opuso a los contenidos transversales definidos, pero cada escuela tiene autonomía, entre otras cosas porque pertenecen a diferentes denominaciones evangélicas, son anglicanas, luteranas, metodistas, pentecostales, bautistas, de los Hermanos Libres, etcétera.”
La Ley de Educación Sexual Integral, asegura el presidente del CECE, se aplica en las escuelas evangélicas desde que fue promulgada. “Somos conscientes de que cumplimos un servicio, abierto, inclusivo, pero con una defensa muy firme de nuestro ideario, sobre todo frente a iniciativas que surgen desde el Estado, y que a veces pueden significar una mirada muy dogmática, ideológica, en cuestiones vinculadas a las creencias más profundas del ser humano, y que tienen un fundamento teológico o filosófico”.
No estamos de acuerdo cuando en las escuelas del Estado, que deben ser neutrales, se difunden enfoques marcadamente ideológicos, como sucede con la cuestión de género (Ochoa)
“Por eso -agrega- no estamos de acuerdo cuando en las escuelas del Estado, que deben ser neutrales, se difunden enfoques marcadamente ideológicos, como sucede con la cuestión de género, que desató un debate en las iglesias, decididas a defenderse de los ataques al concepto de familia, tal como lo entendemos, a partir de la Biblia”.
El respeto a la idiosincracia de cada escuela está contemplado en el artículo 5° de la Ley Nacional y en el 8° de la Ley de la Ciudad, que dicen más o menos lo mismo. Textualmente, en el primero se lee: “Cada comunidad educativa incluirá en el proceso de elaboración de su proyecto institucional, la adaptación de las propuestas a su realidad sociocultural, en el marco del respeto a su ideario institucional y a las convicciones de sus miembros” (art 5° de la Ley 26.150, octubre 2006).
“Queremos que cada escuela pueda tener la libertad, de acuerdo a su ideario, de enseñar lo que cree respecto de cosas tan esenciales. Exigimos que nuestras creencias y convicciones sean aceptadas”, insiste Daniel Ochoa.
El concepto “integral”, tal como lo define la Ley de Educación sexual, “muestra la voluntad de ocuparse tanto de los aspectos biológicos como éticos”, dice. “En el lenguaje cristiano, a esa dimensión profunda la llamamos ‘espiritual’, y son miradas que trascienden lo inmediato, que, fundadas en la Biblia, dan un significado a la vida“, explica Ochoa.
El Estado, o funcionarios entusiastas, a veces avanzan intentando limitar el derecho a educar de acuerdo a un ideario (Ochoa)
“En nuestro país, de la Constitución Nacional para abajo, las leyes siempre garantizaron el respeto a todas las creencias religiosas o filosóficas -recuerda-. Y al ámbito familiar como ámbito privilegiado de transmisión de esos aspectos tan sensibles como son las convicciones personales. El Estado, o a veces funcionarios entusiastas avanzan intentando limitar estos derechos. Pero las escuelas privadas libremente elegidas por las familias son otro espacio reconocido por la ley. El CECE va a estar presente para hacer escuchar su voz cuando esos derechos se vean amenazados”.
Desde luego que, reconoce, “hay problemáticas de salud pública, embarazo adolescente, enfermedades de transmisión sexual, en las que trabajamos en todas las escuelas, en distintas materias, en talleres, en las escuelas para padres”.
La misma temática común es admitida en las escuelas católicas, afirma por su parte José María del Corral. “En concreto, el acuerdo era que se diera toda la información, pero de forma transparente, dejando sentada claramente cuál era la postura institucional. Yo te digo lo que pienso pero desde un lugar determinado. Del profiláctico hablaban todos, así como de los demás métodos anticonceptivos, pero cada uno tenía derecho a decir lo que pensaba de eso desde su pertenencia a una comunidad o a un proyecto educativo determinados.”
“Se llamó a una mesa donde estaban las autoridades de Educación de la Ciudad y las autoridades de los diversos cultos -recuerda Del Corral- y desde esa mesa se trabajó los contenidos, es decir, la currícula, y la metodología. Pero el enfoque era libre”.
Considera que el resultado fue muy bueno. Hubo jornadas conjuntas para docentes, entre la Vicaría de Educación y la Ciudad, para evaluar avances.
En el tema de la educación sexual el protagonismo de las escuelas confesionales, de las escuelas cristianas, fue enorme y buscaron un consenso que no habían logrado los propios legisladores (Del Corral)
“Reitero que en todo el tema de la educación sexual el protagonismo de las escuelas confesionales, de las escuelas cristianas, fue enorme y fue buscando un consenso que no habían logrado los propios legisladores. En la legislatura no se logró avanzar; tomó el tema la comunidad educativa, dijo ‘este tema nos importa, hay que ponerlo sobre la mesa’ y así se trató, no desde un punto de vista ideológico, sino concreto, desde la propia realidad de los chicos y desde los valores que la comunidad defendía; así salió este proyecto, por consenso”.
¿Y qué pasó con la aplicación de la ley?
“Miren lo que voy a decir -responde-: donde más costó aplicarla fue en general en la escuela pública; al revés de lo que todo el mundo podría pensar, porque había diferencias de criterio, porque dependía mucho del docente de turno, de la cooperadora, de las autoridades, y costaba trabajarlo como proyecto de la comunidad. En la escuela confesional, en cambio, suele haber más unidad en cuanto al proyecto educativo”.
Recuerda una experiencia muy interesante en el Instituto que dirigía. Los alumnos de 4° y 5° año del San Martín de Tours trabajaban con los chicos de primaria a través de la radio, con los catequistas y algunos padres oficiando de locutores. El colegio es solo de varones, pero esta actividad se llevaba adelante en conjunto con el San Martín de Tours de mujeres.
Del Corral admite que “hubo resistencia” en algunos casos en cuanto a “cómo aplicarlo”, pero “del mismo modo que puede pasar con otras materias, en las que hay diferencias de enfoque”.
También incidió a veces la falta de formación docente para esa temática específica -algo que también aqueja a las escuelas de gestión pública-; pero no se trató de resistencias de tipo ideológico, salvo casos muy aislados.
Sexualidad en la Biblia: el Cantar de los Cantares
En lo que concierne al enfoque religioso, Daniel Ochoa explica que, “desde la mirada de la Biblia, la sexualidad tiene una profundidad maravillosa: basta recordar que el libro Cantar de los Cantares, del Antiguo Testamento, de la primera a la última página, nos cuenta con todos los detalles la relación amorosa entre la amada y el amado, muestra esa dimensión romántica cargada de sensualidad en la que la amada habla de la belleza del cuerpo del esposo, y éste de los perfumes y sabores de la esposa”.
“Pero -agrega- nos engañaríamos si pensáramos que la visión cristiana sobre la sexualidad termina allí. Desde el Génesis hasta el Apocalipsis, lo central es la necesidad de relación, el proyecto de vida compartido entre un hombre y una mujer”.
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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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