Ante la ausencia de Lionel Messi, Ángel Di María y Nicolás Otamendi, Emiliano Dibu Martínez se convirtió en el principal referente del combinado argentino que venció por 2-0 a Indonesia en el último encuentro de la doble fecha FIFA de junio.
Así como sucedió ante Australia en el duelo anterior, el oriundo de Mar del Plata acumuló una nueva valla invicta. Para ello, sin embargo, tuvo que intervenir en dos jugadas claves con las que se ganó el aplauso de los presentes en el Estadio Bung Karno de la ciudad de Yakarta.
En el primer tiempo, y a falta de un minuto para el final, el arquero del Aston Villa iba a decir presente tras una jugada que se originó de un saque de banda y una pelota que perdió Molina por ese sector. Después de una corrida, el atacante rival ingresó al área y envió un pase atrás que conectó Drajad, quien no pudo gritar el tanto del empate al ver cómo el arquero albiceleste se tiraba hacia el palo más lejano para evitarlo.
Luego, prácticamente al inicio de la segunda mitad, el Dibu volvió a hacer de las suyas ante otro saque de banda. En esta ocasión, a los 52 y tras un largo lateral al área, el balón fue desviado y, cuando parecía que lo superaba por arriba, el arquero campeón del mundo llegó a mandar la pelota al córner.
Al terminar este duelo, Emiliano Martínez completó 30 partidos disputados con la selección argentina de los que salió reemplazado sólo en uno ,ante Curazao en los últimos 10 para darle paso a Armani.
De esa treintena de enfrentamientos, se fue con el arco invicto en 21 y recibió tan solo 13, además de haber atajado siete penales. Entre las estadísticas también figura que durante este 2023 no recibió ningún gol en los cuatro partidos que jugó.
Antes de abandonar el campo, el arquero vivió una situación similar a la que ya están acostumbrados los referentes del plantel, sobre todo Lionel Messi. Tras el silbatazo, varios jugadores indonesios se le acercaron para pedirle el buzo y una foto junto a ellos.
Por su personalidad y buenos rendimientos, el arquero de la selección argentina se convirtió en un personaje importante tanto para el equipo como para los fanáticos. Su simpatía despertó amor y reconocimiento en los hinchas argentinos, al punto de que su camiseta se convirtió en una de las más vendidas por detrás de la de Lionel Messi.
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