Tras la apertura de alegatos por parte de la fiscalía, llegó el turno del particular damnificado y Fernando Burlando fue el primero de los abogados que representa a la familia Báez Sosa en tomar la palabra. Ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores, habló de “un asesinato planeado, una acción criminal coordinada” en la que “todos” los acusados tuvieron participación. En esa línea, hizo una exposición en cuatro episodios de cómo se cometió el crimen sobre la base de la prueba que se produjo durante el debate.
Para el particular damnificado, el primer episodio fue en el interior del boliche, con la “seña de degüello realizada por Thomsen derivada de un incidente menor” dentro de Le Brique. Según dijo, el desencadenante de las primeras agresiones fue algún empujón producto de la falta de espacio en el interior de la discoteca. “A partir de ahí el altercado en la pista fue creciendo. Fernando, al ver eso, trata de separar, se produce un forcejeo y desgarro de su camisa. Máximo Thomsen, Luciano Pertossi y Matías Benicelli también participan del incidente”, continuó su alegato.
Luego, explicó cómo los imputados fueron expulsados del boliche y refirió que, con esa seña, Thomsen quiso decir: “Estás muerto”.
“Los amigos de Fernando salen y la sensación era de que ya había pasado todo”, continuó el abogado y señaló que en ese momento se produjo el segundo acto, según su visión: el presunto plan para atacar a la víctima. “Los acusados son expulsados y salen a la vereda de Le Brique a las 4.32 (…) cruzan a las 4.37 para acechar a Fernando por la espalda y terminar de delinear el plan criminal. A Thomsen se lo ve furioso. A las 4.38, Lucas Pertossi camina sigilosamente para constatar si la zona estaba liberada. El acuerdo previo se inició en la vereda del boliche”.
Para Burlando, el tercer capítulo del crimen fue la golpiza en sí: “(Los imputados) aprovechan la zona liberada y, a los gritos y por distintos flancos, abordan corriendo a Fernando y construyen un muro humano infranqueable. Ayrton (Viollaz) da la orden: ‘Es ahora’. Fernando es abordado por el flanco izquierdo y derecho por Enzo Comelli y Ciro Pertossi; lo golpean en la nuca y lo hacen caer de rodillas, tal como exhibe el video de Lucas Pertossi. Se suman Viollaz y Cinalli hasta dejárselo servido a Thomsen y dándole todos numerosos puntapiés y golpes de puño en rostro, cuello, cabeza y torso, lo que noqueó instantáneamente”.
“Los acusados actuaron como un bloque. La coordinación facilitó el resultado: la consumación del plan homicida”, indicó sobre la mecánica del hecho. Y continuó: “Esta voraz carnicería se extendió por 50 segundos aproximadamente, ese fue el tiempo que les demandó a los asesinos matar a golpes a Fernando”.
El cuarto y último episodio descrito por Burlando refirió a la fuga de los rugbiers. “Alejandro ‘Chiqui’ Muñoz (jefe de seguridad del boliche) dice que la huida se desencadena porque uno de los acusados advierte que viene la policía. Eso, más la advertencia de que no tenía signos vitales, los aleja del lugar. Abandonaron la escena del crimen para empezar a aparecer en las cámaras. En el trayecto los interceptan agentes de Infantería y ellos los convencen de que no eran los que buscaban. Ciro Pertossi se lamía los nudillos con sangre en clara actitud evasiva”.
Siguiendo la secuencia de los hechos, Burlando repasó lo que hicieron los imputados tras el crimen mientras a Fernando intentaban reanimarlo y, luego, lo declaraban muerto. Dijo que se fueron a la casa en la que se hospedaban, que tres se cambiaron de ropa y que se tomaron selfies “con un lenguaje gestual que habla de que ‘estaba todo bien’”. También aludió a los mensajes que empezaron a circular en los teléfonos de los detenidos en ese lapso: particularmente, mencionó aquellos en los que decían “Caducó” y “de esto no se cuenta nada a nadie”.
A continuación, el letrado refirió a los golpes de la víctima según la autopsia y explicó las causas y mecanismo de muerte: “Paro cardíaco, producido por shock neurogénico debido a traumatismo grave de cráneo”.
Los alegatos seguirán con la palabra de Facundo y Fabián Améndola. En primer turno, la fiscalía solicitó que los ocho acusados sean condenados a prisión perpetua por el delito de “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas en concurso ideal con lesiones”. Además, solicitó que a T.I.C. (el rugbier N°11) y Juan Pedro Guarino se les abra una causa por falso testimonio.
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