García pintarrajeado, tocando, bebiendo. García en la pileta, encima de un teclado, adentro de una limo, vestido como un “talibán”. La intimidad de Charly es un túnel por el que puede cruzarse casi de punta a punta la historia del rock nacional. Pocos ojos han tenido el privilegio de estar allí. La primera vez que Charly García le abrió esas compuertas al fotógrafo Maximiliano Vernazza fue en 1997. El ex Serú Girán llevaba un tiempo enojado con la revista Gente, pero ese año recompuso relación. Vernazza tenía 26 años y recién había ingresado a trabajar allí cuando alguien le dijo que fuera a retratar al músico a su casa de Palermo.
Vernazza no era fan de Charly, no conocía demasiadas canciones pero desde ese momento hubo magia entre los dos y para siempre. La primera foto que le sacó, casi el primer click que disparó sobre su imagen, puede verse en la muestra que hasta finales de febrero está abierta al público (y gratis) en el Hotel Terrazas al Mar de Pinamar: el autor de Viernes 3AM mira en su tele grafitteada un concierto de Prince, uno de sus ídolos.
Desde ese momento Vernazza es un acompañante silencioso y respetuoso de García. Esa relación propició un material artístico y documental invaluable, y 18 de esas miles de fotos que le sacó pueden disfrutarse en Pinamar. A pedido de Infobae, el autor eligió las 12 más emblemáticas, acompañadas cada una de una anécdota que recuerda el momento en el que fueron tomadas.
1 – Fue en 2008. Charly pasaba unos días de descanso en Villa Gesell. Estábamos en el jardín del hotel y en eso él dice su clásico “¡pique francés!” y sale corriendo y hace un giro en el aire y cae a la pileta. En el agua se puso a jugar con los flota flota, y en un momento, con los lentes tipo John Lennon puestos y medio rostro sumergido, empieza a nadar hacia mí. Parecía un tiburón.
2 y 3 – A Charly lo habían elegido ‘personaje del año 2007’ e iba a ser la tapa de una revista y me pidió que le sacara las fotos. Fue a la noche tarde, casi de madrugada. Estaba en casa y me llama Gaby Álvarez, que en esa época estaba mucho con él, y me dice ‘¿Podes venir ahora? Charly quiere hacer las fotos ya’. Obviamente fui. La sesión fue muy divertida, se pintó el cuerpo con un aerosol verde, me preguntó si rompía un tubo fluorescente contra la pared yo podía tener esa foto, cocinó un rato, tiró la sal por todos lados y terminó desnudo sobre el piano apenas tapado por una de sus guitarras, que estaba rota.
4 – Fue tomada en 2013. Charly vivía en el complejo Los Patos y lo fui a buscar con una limusina para ir a una fiesta en el Hotel Alvear. Durante el viaje se largó a llover mal y el chofer se olvidó el techo un poco abierto. ¡Lo que nos mojamos! Terminamos viajando contra un rincón para no mojarnos más, los dos apretaditos. A pesar de que había agua por todos lados, Charly sacó la caja de fósforos ‘Los 3 patitos’ y se prendió un pucho.
5- En esa época -2008- Charly había hecho unos shows en La Trastienda en los que Mecha, su novia, se disfrazaba de “talibana”. En aquel verano en Gesell, estábamos en su habitación y se me ocurrió vestirlo a él de árabe o “talibán”. Usamos el acolchado de la cama y nos fuimos a la playa. Cuando bajó así vestido la gente no lo podía creer, corrían alrededor suyo gritando un poco confundidos: “¡Es Charly, es Charly!”
6- Las manos de Charly son algo que me llaman mucho la atención. Y tengo una serie grande de ellas. No puedo creer cómo de esos dedos sale una música tan increíble. La foto la tomé en 2005.
7 – Los dos shows que hizo en el Teatro Colón fueron increíbles. Para mí, de hecho, es el lugar para que toque Charly. En esta foto, que saqué en 2013, se puso a jugar con un maniquí que usaban como instrumento.
8- Esta fue tomada en 2007, en alguna de las tantas grabaciones pude presenciar y en las que el maestro me dejó registrarlo en acción. Me pasa algo increíble: puedo estar horas y horas mirándolo sin aburrirme.
9- En 2006 la revista Gente me había mandado a New York a cubrir la gira de Néstor Kirchner en la ONU. En la calle me encuentro de casualidad con el manager de Charly de esa época, y él me cuenta que estaban allí grabando Kill Gil. Por supuesto que cambié los pasajes y me quedé con ellos registrando ese momento. Cuando yo llegaba al estudio, el manager se iba para hacer las cosas que no podía por tener que atender a Charly, y me quedaba yo asistiéndolo. En una de las salidas a la calle le tomé esta foto, con el clásico taxi amarillo y las luces de la ciudad de fondo.
10 – En general Charly no te dice nada de las fotos. Pero eso es bueno: quiere decir que le gustaron. Sin embargo, esta en particular, que le saqué en 2007, me la elogió. Me hizo llamar para decírmelo. Fue un gran gesto que siempre recuerdo.
11- Otro gran momento en el Teatro Colón, en 2013. Esta foto la tomé durante la prueba de sonido. Parece que García está parado en medio de una especie de plato volador compuesto de teclados y de tablets, hace unos años le encantaban porque con éstas puede sacarle a un teclado cantidad de sonidos diferentes.
12- Es la última foto que le tomé, el año pasado. Fue en el Faena Hotel. Se juntó con Bob Gruen, el mítico fotógrafo de John Lennon, quien estaba exponiendo en Buenos Aires. Hacía mucho que los dos se querían conocer. Y en ese encuentro, Charly toco para Bob. Así que yo aproveché para registrar ese momento único. Como si supiera la importancia de la situación, en un instante Charly me clava la mirada. Muy fijo. Pensé que me iba a putear por algo, pero no, nada que ver. Y salió esta foto que me encanta.
“Charly”, la muestra de Maximiliano Vernazza, puede verse en el Hotel Terrazas al Mar, Avenida del Mar 148, Pinamar. Gratis.
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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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