En los últimos años, la leyenda en torno a la famosa “Isla Tortuga” o “Isla de la Tortuga” se hizo más grande gracias a la saga “Piratas del Caribe”. Diferentes escenas de cuatro films de este título se filmaron en las costas, playas y otros lugares específicos de la isla.
La escena más famosa sucede en la primera película, en la que Jack Sparrow llega a una especie de “paraíso pirata”, donde los de su calaña vivían bajo sus propias leyes y sin ningún tipo de temor a la autoridad.
El célebre escritor Emilio Salgari también la retrató en las aventuras de su personaje “Corsario Negro”, de la misma manera: un enclave pirata donde estos podían gozar de libertades fuera del alcance de cualquier gobierno.
Muchas otras películas sobre la “edad de oro” de la piratería fueron situadas en la mítica Tortuga: Capitán Sangre (1935), el Cisne Negro (1942)
Los Piratas del Mar Caribe (1945), Double Crossbones (1950)
Abbott y Costello conocen al Captain Kidd (1952) y Pirates of Tortuga (1961).
La verdadera Tortuga
Más allá de los cuentos, películas y mitos, esta isla es real y se ubica en el territorio de Haití, aunque suele haber confusiones porque también hay islas con nombres similares en Venezuela y Costa Rica.
La Tortuga de las leyendas tiene una superficie de 180 km2 y su nombre fue elegido por el mismo Cristóbal Colón en su primer viaje a América por la forma de sus montañas, que le dan un contorno similar al de una tortuga.
El “descubridor” de América llegó a la isla a principios de 1942 a través del estrecho que la separa de otra isla (La Española) y, más allá de que no se trató del paraíso de la piratería que reflejó la ficción, si tuvo muchos sucesos destacados en ese rubro a lo largo de la historia.
Los primeros colonos de la isla no fueron españoles, sino principalmente ingleses. En 1625, también llegó un grupo importante de franceses que empezaron a cultivar (y traficar) tabaco. Como usaban una técnica de ahumado de carnes y cueros conocido como “bucán”, ellos eran llamados bucaneros.
La parte sur de la isla era ideal para sus actividades: contaba con un puerto en la zona sur protegido naturalmente por una bahía rocosa y era totalmente inaccesible desde el norte ya sea por mar o tierra, por sus pronunciados acantilados.
La edad de oro
La leyenda de la isla terminó de escribirse en 1640, cuando el ingeniero francés Jean La Vasseur fue enviado a quitarle la isla a los españoles que la habían tomado. Luego de lograr este objetivo, mandó a construir el Fuerte de Rocher en una ubicación estratégica para defender el puerto.
Los españoles intentaron recuperarla pero sucumbieron ante los cañonazos del fuerte y tuvieron que retirarse. Esta victoria en desventaja de La Vasseur le valió un gran renombre en el Caribe, que con su dominio ya asegurado tomó una decisión histórica: abrir su puerto y darle la bienvenida a todos los forajidos, piratas y bucaneros de la región.
A cambio de un porcentaje de sus ganancias, los criminales no eran perseguidos ni apresados siempre que estuvieran en Isla de la Tortuga, sea cual fuera su actividad.
Pero esta utopía pirata llegó a su final: en 1653, La Vasseur fue asesinado, probablemente por alguno de sus propios tenientes luego de una disputa por una mujer. El nuevo gobernador de la isla no tomó muchos recaudos a la hora de defender el puerto, que fue reconquistado por los españoles poco después.
Entre 1665 y 1670 hubo un breve resurgimiento de la actividad pirata en la isla gracias a Bernard D’Obregon, el nuevo gobernador y ex-bucanero que volvió a abrir sus puertos a los navegantes fuera de la ley, pero después de esto los días de aventuras a capa y espada en Tortuga comenzarían a pasar a la historia.
FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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