¿Fue la llegada de Croacia a la final del Mundial de 2018 una excepción? No esté tan seguro.
Apenas cinco de los 11 titulares en la final de Moscú continúan en el equipo, encabezados por el veterano Luka Modrić, de 37 años, pero la reconstrucción de Croacia fusiona ese núcleo experimentado con una talentosa nueva generación.
Las victorias sobre la vigente campeona mundial, Francia, además de las propinadas a Dinamarca y Austria en la Liga de Naciones este año demuestran que Croacia está recuperando el rumbo luego de un periodo de resultados decepcionantes después de 2018.
Con más de 150 partidos con Croacia, Modrić compartirá honores con Lionel Messi y Cristiano Ronaldo como uno de los futbolistas con más experiencia del Mundial de Qatar. El veterano de Real Madrid estará arropado por sus antiguos compañeros Ivan Perisić, de Tottenham, y Marcelo Brozović, de Inter Milan. El mediocentro de Chelsea, Mateo Kovačić, quien fue suplente en la final de 2018 y no llegó a jugar, también será clave.
Entre las ausencias más notables está la del centrocampista Ivan Rakitić, quien dejó los compromisos internacionales en 2020. El volante Ante Rebić no juega desde que criticó al seleccionador Zlatko Dalić tras la eliminación en octavos de final del Campeonato Europeo del año pasado ante España.
GRUPO F
El sorteo ha sido relativamente benevolente con Croacia: su amenaza en el Grupo F es Bélgica.
Los croatas inician su participación en Qatar el 27 de noviembre contra Marruecos y se medirán a Canadá cuatro días más tarde, antes de jugar contra Bélgica el 1 de diciembre.
Además, tienen previsto un amistoso premundialista contra Arabia Saudí.
SANGRE NUEVA
Los veteranos del equipo han conjugado bien con incorporaciones como la del zaguero central de Leipzig Joško Gvardiol, quien a sus 20 años está considerado uno de los mejores defensores jóvenes de Europa y es un habitual tanto en la Bundesliga como en la Liga de Campeones.
No es la única cara nueva vinculada a Alemania.
El año pasado, la selección alemana esperaba reclutar al lateral izquierdo Borna Sosa, que jugaba para Stuttgart y podía obtener el pasaporte gracias a su madre, nacida en el país. Pero poco antes de la Eurocopa, quedó claro que no cumplía los criterios de elegibilidad de la FIFA.
Tras una sentida disculpa en la web de la federación y varias actuaciones sólidas con la camiseta croata, incluyendo un gol en la victoria por 2-1 sobre Dinamarca en septiembre, el defensa de 24 años de Stuttgart es una pieza valiosa en el combinado nacional.
El lateral derecho Josip Stanišić, que se está haciendo un hueco en los onces de Bayern Múnich y de la selección, también nació en Alemania.
APUNTANDO ALTO
Con 3,8 millones de habitantes, menos que la ciudad de Los Ángeles, Croacia tiene la segunda menor población entre las 13 naciones europeas que compiten en el Mundial, sólo por detrás de Gales.
A pesar de su tamaño relativamente pequeño, Croacia es casi un clásico en los grandes torneos: sólo se ha perdido una Copa del Mundo desde que quedó tercera en su debut en 1998 tras la desintegración de Yugoslavia.
Su receta para el éxito incluye una apasionada afición al fútbol y academias juveniles de élite en clubes como Dinamo Zagreb, un habitual de la Champions.
Los fuertes vínculos con la diáspora croata en el extranjero le ha ayudado a contar con futbolistas como Rakitić, quien nació y se crió en Suiza; Stanišić o el joven centrocampista Luka Sučić, nacido en Austria.
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