
Tras 101 días, la espera llegó a su fin. El balón de las estrellas volvió a rodar sobre el terreno de juego. La última vez que lo hizo fue en el estadio Olímpico de Atatürk, con Manchester City e Inter de Milán peleando por una orejona que se acabó llevando el equipo de Guardiola gracias al solitario gol del español Rodri Hernández. Puso el broche de oro a su mejor temporada como profesional en el partido de los partidos: la final de la Champions League. Un tanto y una exhibición que le valieron el MVP del partido y su candidatura al Balón de Oro.
Rodri sofoca la rebelión del Estrella Roja
Le costó más de lo esperado al vigente campeón de Europa. Los de Pep Guardiola empezaron la defensa del título con éxito, pero con más apuros de los que se auguraban. La visita del Estrella Roja de Belgrado al Etihad Stadium invitaba al optimismo a una afición, la citizen, que ha visto cómo los suyos ganaban en las cinco jornadas previas de Liga de Campeones. Aunque como le ha sucedido en varios partidos este curso, tuvo la pólvora mojada durante gran parte del encuentro.

El dominio y la posesión eran del City, sin embargo, apenas incomodó a un Estrella Roja que esperó su oportunidad arropando a su portero. La paciencia es una virtud que el cuadro serbio sacó a relucir al borde del descanso. Ivanic filtró un balón al espacio para que Bukari, adelantándose a la zaga citizen, inaugurara el marcador.
Los jugadores se marcharon a vestuarios con la sorpresa en forma virtual triunfo serbio que aguantó un asedio de los de Guardiola. 22 remates totales, 10 saques de esquina y más del 70% de la posesión para que el Estrella Roja se marchase a vestuarios tras materializar su único disparo. Tras la reanudación, Julián Álvarez, por partida doble, y Rodri, derribaron la muralla balcánica.
20 años de ausencia se saldaron con el acuchillamiento de un aficionado
El Newcastle, un histórico que llevaba dormido desde la temporada 2003/2004, última en la que viajaron por el Viejo Continente, volvió a escuchar el himno de la Champions. Las urracas atraviesan un momento complicado en cuanto a resultados, pero poseen futbolistas y bloque para paliarlo. Las llegadas de Tonali y Barnes potencian a un equipo liderado por Bruno Guimaraes y en el que destacan Isak como goleador y Botman como muro. Y alentados por su infatigable afición, salieron ilesos del bombardeo que sufrieron en San Siro.

Precisamente los geordies vivieron la histórica jornada dejándose notar por las calles de Milán. Tomaron la ciudad, los canales y ni la lluvia les pudo detener. Pero la diversión se convirtió en tragedia. Un aficionado del club inglés fue trasladado al Hospital Policlínico de Milán después de haber recibido una puñalada en la espalda y dos en los brazos. Su hija, Rachel McKay, alzó la voz. “Mi padre está estable y un poco conmocionado. Está destrozado por perderse el partido, pero quiere que todos los aficionados del Newcastle estén atentos y seguros”. Y el Newcastle también se pronunció. “Nuestros pensamientos están con el aficionado y su familia, y esperamos una recuperación completa y rápida”.
Del homenaje al delirio
Todos los caminos del Atlético de Madrid y Diego Pablo Simeone conducen a Roma. Alli, dentro del Foro Itálico y a orillas del Tíber, ambos sembraron la semilla del estatus que hoy en día poseen. Ante la Lazio y con el Olímpico de Roma como escenario, el argentino dirigió su primer partido europeo con el Atlético de Madrid hace once años. El primero de los 122 que acumula en su mochila. Correspondiente a la idea de dieciseisavos de la Europa League, los rojiblancos se impusieron (1-3) después de que los goles de Adrián López y Radamel Falcao, por partida doble, neutralizaran el gol inicial de Miroslav Klose.
Durante su etapa como jugador de la Lazio conquistó todos los títulos nacionales posibles. Liga, Copa y Supercopa italiana. Y Roma tiene memoria. “Roma y la Lazio siempre serán tu casa. Bienvenido Cholo, nuestro campeón de Italia”, rezaba la pancarta con la que fue recibido. 95 minutos después, el delirio llegó a las gradas del Olímpico de Roma, pero el protagonista era otro. Su portero, Ivan Provedel. Era la última jugada del partido. La zaga del Atlético despeja el saque de esquina, pero la pelota vuelve al conjunto romano. Luis Alberto la cuelga y el meta entró desde atrás sin que nadie le siguiera y marcó a placer en la última jugada de la jornada del martes.
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