1. Nació el 16 de octubre de 1961. Creció en Munro. Su papá, Ramón Rial, era dueño de un almacén y su mamá, Victoria Millán, ama de casa.
2. El padre de Jorge fue un inmigrante español que quedó completamente calvo como secuela del paludismo que se contagió durante su servicio militar en España. De profesión era carpintero.
3. Con esfuerzo lo enviaron al tradicional colegio La Salle, de Florida. “Me costaba horrores sentirme un par entre los nenes bien de una escuela privada”, contaría el periodista años después.
4. En el año 2008, en una entrevista para el programa Terapia, en América, admitió: “Fui un resentido durante mucho tiempo y no me arrepiento. Mi resentimiento era energía pura y me sirvió como un método de superación. Sigo odiando el colegio al que fui, cada momento que pasó y cada cosa que me dijeron”.
5. Su vocación periodística se despertó de chico. En verano, descansaba bajo unos tanques de kerosene (el lugar más fresco del almacén) y escuchaba Radio Colonia en una Spika: era fanático del conductor Ariel Delgado, con el cual luego trabajaría como columnista. También leía el diario Crónica: terminaría trabajando allí.
6. Por las noches le armaban su cama en el local. Lo despertaban los proveedores. Recién en 1970 la situación habitacional de la familia Rial mejoraría tras una esperada mudanza a una nueva casa, a pocas cuadras del almacén, donde Jorge tendría, por primera vez, un dormitorio propio.
7. Su padre, a su vez, cambiaría de rubro para dedicarse al sector gastronómico, donde haría de todo: desde ser mozo de La Fusta (luego Selquet, en la esquina de Alcorta y Pampa, donde era el mesero favorito de Mercedes Sosa) hasta abrir su propio bar -uno en Pompeya, otro en Liniers-, donde su hijo de 13 años trabajaba atendiendo mesas, además de hacerse alguna que otra moneda con pequeñas changas, incluyendo repartir sifones para Pianetti, el sodero del barrio.
8. Trabajó de techista, vendedor y hasta tuvo un puesto en Warnes. “Soy un busca que a veces vivió con lo justo y otras, holgadamente”.
9. Cuenta la leyenda que a los 17 años consiguió un número de teléfono de Jorge Luis Borges. Lo llamó, pero los asistentes del escritor le aseguraban que no podía atenderlo. Una tarde, tuvo suerte: el autor de El Aleph acababa de responder el teléfono en persona. Jorge mintió. Se presentó como un pobre periodista con una familia por mantener y aseguró que sería despedido si no conseguía una nota. El escritor se apiadó y le brindó la entrevista. Lo recibió en el legendario 6ºB de Maipú 994 y hasta se sacaron una foto que Rial aún atesora.
10. “Tenía 17 años y ya me sentía periodista. Hasta se lo hice creer al gran Jorge Luis Borges, que decidió darme una nota para no romperme la ilusión. Desde ese día sigo pensando que lo soy. Ahora ya saben de quién fue la culpa”, contó en un posteo, recordando aquel encuentro.
11. Estudió Periodismo en el Instituto Grafotécnico.
12. Aunque se define como “un peronista de barrio, en Munro no podías ser otra cosa que peronista”, con la llegada de la democracia militaría en el Partido Intransigente. En 1983, espantado por los candidatos del PJ, acabó afiliándose al partido del Bisonte Oscar Alende porque “era el que representaba, en ese momento, lo que yo sentía como peronismo de izquierda”.
13. Esa militancia le costaría la expulsión del Instituto por pegar pancartas, formar un centro de estudiantes y editar una revista política que él mismo repartía en Callao y Corrientes.
14. Empezó en el periodismo gráfico: en 1983 formó parte de la revista Vivir.
15. Trabajó en las redacciones de Diario Popular, La Razón y Crónica.
16. En Crónica conoció a Lucho Avilés, que le ofreció hacer televisión en Canal 2. Era el año 1987.
17. En 1990, con Avilés pasó a Telefe, donde hizo Indiscreciones.
18. Ya de conductor, en 1994 con Andrea Frigerio instaló El Periscopio, un programa que combinaba chimentos con humor y fue uno de los éxitos de América 2. Siguió con Paf, luego vino Intrusos en el espectáculo e Intrusos en la noche.
19. Escribió en la revista Veintiuno. Condujo ciclos en Radio 10 y La Red.
20. Sus compañeros de Editorial Atlántida recuerdan que cuando la mayoría peleaba por las notas más “glamorosas” de la revista Gente, Rial pedía las de contenido más popular. Aseguran que siempre tuvo claro que eso era lo suyo, y de ahí el éxito en todo lo que emprendió.
21. En 2001 anunciaba el lanzamiento de la revista Paparazzi. “Uno se vuelve adicto a la palabra escrita y cada tanto debe volver a ese primer amor. Usted estaba acostumbrado a la revista Radiolandia -que Dios la tenga en la gloria- donde las estrellas eran intocables. Para nosotros en cambio, todas serán iguales. Contaremos la verdad. Nos vamos a reír con los famosos. Algunas veces los vamos a hacer llorar. Otras nos insultarán. Pero será una señal de que estamos vivos y con ganas de ofrecer una mirada diferente, propia, sin prejuicios”, escribió en la editorial del primer número.
22. “No soy un híbrido, un tipo que pasa desapercibido, y tener una opinión, una posición frente a las cosas, te pone en un lugar de choque. De todos maneras elijo a mis enemigos por su inteligencia y cuando me peleo sé cuál debe ser la salida para no quedar prisionero de una pelea”. (Ahora, junio 2006).
23. Padrazo, en medio de sus múltiples ocupaciones asistía a las reuniones de padres en el colegio de sus hijas, también las acompañaba a sus clases de tenis, algo que solía asombrar a otros papás.
24. En 1995 escribió el libro Polvo de estrellas, donde ventiló intimidades de la farándula, la política y el deporte. Al publicarlo recibió amenazas telefónicas.
25. Durante el programa Intrusos en la noche adquirió la costumbre de armar reuniones para tomar el té a las 17 con algunos hombres del equipo. Una ceremonia en la que se debía beber únicamente esa infusión y se hablaba de velas, perfumes y aromatizadores. Un encuentro muy distinguido y pionero de lo antimachirulo del que participaban entre otros, además de Rial, los hermanos Adrián y Alejandro Korol, y que tenía lugar religiosamente en los -por entonces nuevos- exclusivos espacios de Palermo Hollywood.
26. Asegura que no le caen simpáticos aquellos artistas que creen que “ser estrellas es llevarse mal con el jabón” y agrega: “Los quiero mucho a los artistas. Lejos, pero los quiero”.
27. Reconoce como sus errores más grandes la nota con el hermano enfermo de Susana Giménez en el Hospital Borda y la cámara oculta al ex Gran Hermano Marcelo Corazza.
28. Entre sus “creaciones” se destacan los Suller (Guido y Silvia), Malena Candelmo, Jacobo Winograd, Nazarena Vélez y Wanda Nara.
29. Dice que en su fórmula de trabajo no hay muchos secretos. Solo dos ingredientes: se considera periodista y no se toma del todo en serio su papel en la televisión.
30. Es fanático de River. Sin embargo, sus hijas son de Huracán. Hugo García, uno de sus amigos y además su contador, hizo que Rocío y Morena se convirtieran en quemeras.
31. Tras separarse de Silvia D’Auro, sus hijas decidieron vivir con él.
32. En 2017 se enamoró de Romina Pereiro. Se casaron tras casi dos años de noviazgo, con una ceremonia y una fiesta íntima, para unos 90 invitados.
33. En su casamiento, los periodistas que cubrían el evento quedaron asombrados y agradecidos por el catering preparado para ellos. Lejos de los típicos sandwichitos y las gaseosas de segundas marcas, comieron lo mismo que los invitados. Es que, según contó Rial, se preocupó de que la prensa que cubría el evento estuviera bien atendida en cuanto al alimento, la bebida y el espacio para estar. Logró ser equitativo con todos los medios: “Todos tienen las mismas fotos, nadie tiene la exclusiva”.
34. Hace unos años lo invitaron a dar una charla delante de casi 200 alumnos de la escuela TEA Imagen. A diez minutos de comenzar, con carisma y buenas respuestas, ya había logrado la atención del casi siempre indiferente alumnado. Al terminar la docente y hoy periodista de Teleshow que coordinaba la conferencia le agradeció su buena predisposición, a lo que un Rial pícaro y sin cancherear le contestó: “Y eso que pensabas que era terrible bo…”.
35. Aunque reconoce que en algún tiempo fue “muy cabrón”, los que trabajaron en sus equipos reconocen que tiene códigos, defiende a sus compañeros y además, lejos del rol de estrella, es un “laburante más”. Lo describen más como un líder que como un jefe. Es capaz de llamar a un productor por un tema menor de salud y, lejos de “retarlo” por su ausencia, decirle que no se preocupe. También defiende los salarios de las personas que trabajan en sus proyectos.
36. “Soy un ejemplo de que se puede, de que un tipo, de la nada, puede llegar. Tuve tan poco cuando era chico que no oculto lo que tengo porque lo hice laburando”. (Gente, diciembre 2014).
37. Se reconoce como un hombre de gustos caros, que “viaja por el mundo en primera clase”, se aloja “en los mejores hoteles” y encuentra la felicidad “en un buen vino, un habano robusto o un whisky añejo”.
38. Cada tarde, se acomoda en el balcón de su departamento para fumarse un Cohiba (el puro cubano elegido por Fidel Castro) y degustar un shot de Macallan, “el mejor whisky del mundo”, según las propias palabras del conductor.
39. Colecciona encendedores y posee una bodega de vinos con más de mil botellas de los países mejor posicionados y de los más insospechados.
40. En la pandemia se transformó en barista (especialista en técnicas para preparar café). “Me dedico hasta que encuentro el grano exacto, la molienda exacta, texturizar la leche. Hoy voy por el moka. Lo hago porque, de verdad, necesito esas cosas”, contó en Intrusos.
41. Gran Hermano fue un antes y un después de su carrera. “Me dio la oportunidad de demostrar que soy un conductor, y que puedo hacer otra cosa además de un programa de espectáculos”. (Paparazzi, mayo 2007).
42. Para su casamiento con Romina Pereiro pidió que en vez de regalos los invitados donaran el dinero a una escuela de Misiones. “Gracias a ustedes juntamos 90.250 pesos. Con eso, los chicos de la escuela rural El Paraje ya tienen su baño. Gracias por la generosidad y el esfuerzo. Estamos orgullosos de ustedes”, redactó Rial en su cuenta personal, en el que tiene un total de 1,1 millón de seguidores.
43. Hace algunos años comenzó a comprar y coleccionar obras de arte. Además visita exposiciones, hace cursos en Malba y se atrevió, incluso, a pintar. En su casa tiene tres obras de la serie Ramona, de Berni, y una pintura de un artista internacional. Además de visitar las exposiciones de arte que se hacen en la Ciudad de Buenos Aires, el conductor suele reunirse con jóvenes promesas del arte argentino para “apadrinar a nuevos talentos”.
44. En su cuenta de Twitter contó: “En 2002 me llevé puesto a Donald Trump cuando salía de un club privado al lado del museo de la televisión. Lo agarré del brazo para que no se caiga y nos fuimos cayendo los dos. Nos paró uno de seguridad. El futuro de la humanidad estuvo en mis manos”.
45. También tiene otra anécdota imperdible con el rey Juan Carlos. “Yo le armé un quilombo. Ya había empezado el tema de su amante Corinna y el tipo había desaparecido de España. Voy a Los Ángeles a pasar un fin de año y… ¿a quién me encuentro en el hotel? Al Rey”, contó en Intrusos.
46. En ese momento, el monarca español no pasaba un momento muy agradable en la realeza y, luego de interactuar unos instantes con él, le hizo un pedido que terminó por perjudicarlo: “Nos ponemos a hablar y le pido una foto. Yo la publico en mi cuenta de Twitter y la levantaron todos los medios españoles porque nadie sabía dónde estaba. Le di la cana. Fue en el 2015, recién había asumido Mauricio Macri. Él me preguntó, y yo le dije: ‘Vamos a tener cuatro años brillantes por delante’”.
47. “Un periodista de este tiempo tiene que estar muy bien informado. Ya no existe el periodista especializado. Los medios obligan a batallar en todos los frentes y es necesario saber de todo. Ya pasó la época de la agresividad. Hoy la cuestión pasa por la ironía y el humor”. (La Razón, noviembre, 1999).
48. Solo una vez se puso bótox y la experiencia no fue buena. “A principio de año me fui a hacer una limpieza de cutis. La doctora me vio entregado y me dice: ‘¿No te querés poner un poquito acá (de bótox)? Tenés un tajo’. A mí me gusta. Es el paso del tiempo. Lo bueno y lo malo de la vida. Pero al final le dije: ‘Ccómo es la historia?’. Y me dice: ‘Son tres pinchazos’. Al final fueron cuatro″, reveló. Y cerró la anécdota: “Estuve 15 días, papi, que no se me movían las orejas. Dije: ‘¡Nunca más nada!’. Prefiero andar con esta cara espantosa”.
49. “Voy a cumplir 60 años: si me quedo ahí parado soy un boludo. Si tengo la posibilidad de hace algo nuevo, lo voy a hacer. Ya después, si me va bien o mal depende del público. Yo no tengo la fórmula del éxito” (Teleshow).
50. “Yo sería amigo mío. Sí, sí. Pero poquitos: muchos amigos no me gusta. Pero soy difícil también como una manera de que no se me acerque mucho la gente. Yo no me enamoro a primera vista, no pertenezco a la farándula, no tengo amigos en la farándula, no voy a estrenos, no tengo canje. A mí no me domesticaron”. (Teleshow).
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