Mientras la Ligue 1 va llegando a su final, con el PSG con la chance de conquistar un nuevo título en la máxima categoría del fútbol francés este sábado en su visita a Racing de Estrasburgo, Lionel Messi comienza a despedirse de un equipo en el cual atravesó situaciones muy diversas: desde reencuentros con amigos y socios dentro del campo de juego, a sufrir en carne propia la ingratitud y el destrato de su propia afición.
Una montaña rusa de emociones, así podrían definirse las dos temporadas que vivió La Pulga en Francia. Aquel 10 de agosto de 2021, cuando Messi fue presentado en su nuevo club tras la dolorosa salida del Barcelona, parecía un renacer en la carrera del rosarino. Había ganas de revancha y de demostrarles a los directivos catalanes que habían cometido el peor error de sus vidas. Con una remera blanca con la leyenda en francés “Esto es París”, comenzó a conquistar a miles de fanáticos que lo recibieron en la ciudad de la Torre Eiffel. Luego llegó la firma del contrato con Nasser Al-Khelaifi, las fotos oficiales y la número 30 que comenzaba a agotarse en las tiendas.
Messi llegaba a un plantel plagado de estrellas, diagramado para ganar por primera vez en su historia la Champions League. Con Mauricio Pochettino como director técnico, sus amigos Ángel Di María, Leandro Paredes y Neymar; otro rosarino como Mauro Icardi y una estrella como Kylian Mbappé se perfilaba un contexto ideal para mimar a un Leo campeón de la Copa América con Argentina, pero que venía golpeado en lo anímico y sediento de títulos.
Tras ponerse a punto desde lo físico llegó el debut el 29 de agosto de 2021 en el triunfo 2-0 del PSG ante Stade de Reims como visitante por la cuarta fecha de la Ligue 1. Pochettino lo hizo ingresar al minuto 66 en lugar de Neymar y Messi comenzaba su nueva era. Su primer gol llegó un mes después, en Parque de los Príncipes, ante el Manchester City de Pep Guardiola en la fase de grupos de Champions. En el certamen internacional, el crack convertiría dos dobletes, ante Leipzig y Brujas, pero no iba a poder ayudar al París a pasar los octavos de final en la serie ante el Real Madrid.
El título llegó en la liga doméstica el 23 de abril de 2022 con cinco fechas de anticipación y un empate 1-1 ante Lens. Messi abrió el camino con un golazo propio de su calidad, pero no había buenos ánimos en las tribunas. Los aficionados del PSG abuchearon al equipo y prácticamente no hubo clima de festejos más allá de la nueva estrella. No alcanzó para la continuidad de Pochettino, quien fue despedido para la llegada de Christophe Galtier. Nuevos aires soplaban por el cielo de París, pero nada cambiaría la ecuación pese al inicio de temporada con la goleada ante Nantes y el título en el Trofeo de Campeones de Francia.
Ya sin Di María y Paredes, en año de Mundial con cada estrella poniendo el foco en su seleccionado, PSG comenzó a tener problemas internos. La tirante relación entre Neymar y Mbappé era cada vez más evidente. Messi quedaba como mediador en un vestuario dividido y en un equipo que funcionó como tal hasta el Mundial. Pasó la gloriosa Copa del Mundo en Qatar, donde Leo fue el mejor sin discusión y con ello siguieron los festejos por Buenos Aires y Rosario. El delantero volvió el 11 de enero de 2023 con un gol ante el Angers en medio de tibios reconocimientos de parte del club luego de la corona mundial y miradas con recelo del público. Aún resistido, se encargó de marcar 8 tantos y dar 6 asistencias para mantener la punta en la Ligue 1.
Pero volvieron los silbidos, insultos y las críticas feroces por parte de la prensa con puntajes irrisorios y mal intencionados tras la eliminación en octavos de final de la Copa de Francia ante Olympique de Marsella y en Champions League ante el Bayern Múnich. Otro fracaso más que no se toleró en las tribunas del Parque de los Príncipes. Para colmo, un viaje relámpago de Messi a Arabia Saudita en medio de la incertidumbre por su renovación de contrato encendió la mecha en el club y fue sancionado. La situación ya no tenía retorno pese a las disculpas públicas del futbolista de 35 años.
En las puertas de su tercer título en PSG y con números que lo ratifican como el jugador más determinante de la temporada en las mejores ligas del mundo con 20 goles y 20 asistencias (un total de 31 y 35 en 73 partidos en París), Messi sigue luchando por el verdadero reconocimiento. Su futuro aún es incierto pese a que varios grandes del continente se disputan su ficha. ¿Será en Barcelona, en Manchester, en Arabia, en Miami…?
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