Es cierto que Alemania pegó rápido en el Mundial Sub 17 y logró ponerse arriba en el marcador cuando todavía el reloj no había llegado a los diez minutos del primer tiempo. Pero para ese momento de la semifinal, Argentina ya había generado la jugada de mayor riesgo del trámite en los pies de su capitán Claudio Echeverri.
El conjunto europeo sacó del medio para iniciar el juego en el Manahan Stadium de la ciudad de Surakarta y la pelota fue a parar a los pies del defensor del Nürnberg, Fin Jeltsch, quien ensayó un despeje largo para buscar a los atléticos delanteros alemanes. Pero el Diablito fue más rápido. El delantero de River Plate evitó el envío futbolista rival, la fortuna quiso que la pelota le cayera de frente y tras el control quedó inmediatametne mano a mano con el arquero. Con una finta, dejó en el camino a Konstantin Heide y se posicionó rumbo a un arco vacío. El propio Jeltsch retornó a toda velocidad para cubrir la mayor porción de su propia valla, algo que le acortó el ángulo de definición a Echeverri, quien le pegó y terminó dejando el balón desde el costado externo de la red.
Más allá del cachetazo que significó el 1-0 alemán en los pies del goleador del Borussia Dortmund Paris Brunner a los 8 minutos de partido, la Selección de Diego Placente no bajó los brazos y dominó el partido durante la primera etapa.
El merecido premio en esos 45 minutos iniciales llegó en los pies del goleador, Agustín Ruberto. El centrodelantero de River Plate. Pasada la media hora, el mediocampista de Lanús Mariano Geréz visualizó un hueco por el carril derecho y profundizó un pase para Dylan Gorosito. El lateral de Boca Juniors le ganó la posición a Brunner, levantó la cabeza y sirvió al medio para que Ruberto empuje la bola para el 1-1.
Pero el máximo anotador de la Copa del Mundo juvenil todavía tenía espacio para más gritos. En el tercer minuto de adición de la etapa principal, Echeverri recibió por izquierda, levantó la cabeza para encontrar en la puerta del área a Valentino Acuña, quien cedió inmediatamente para Ruberto. El goleador amagó, dejó en el piso a Jeltsch y definió con un potente zurdazo para el 2-1.
Las anotaciones de Brunner y Max Moerstedt dejaban eliminada a la Selección. Los alemanes se imponían por 3-2, pero fue Ruberto el que apareció vestido de héroe en el sexto de los ocho minutos que adicionó el árbitro portugués Joaho Pinheiro. Ruberto encontró un pase magistral de Echeverri en el área, giró y desde el piso sentenció el 3-3 que envió el duelo a los tiros desde el punto de penal.
Ruberto marcó en la derrota 2-1 ante Senegal por el debut del certamen, sumó un tanto en el triunfo 3-1 sobre Japón del segundo encuentro y metió uno más en el 4-0 sobre Polonia que colocó a la Selección como líder del Grupo D. Incrementó su cuenta personal con un doblete en el 5-0 ante Venezuela contra octavos de final y firmó este hat-trick en las semifinales del certamen.
Sus ocho gritos ya lo convirtieron en el máximo artillero del Mundial en soledad, por encima de los cinco que contabilizó su compañero el Diablito Echeverri. Además de aventajar ambos al brasileño Kaua Elias, el japonés Rento Takaoka, al uzbeko Amir Saidov y al propio alemán Brunner, todos con cuatro.
El máximo registro anotador en una Copa del Mundo Sub 17 la tiene el actual delantero del Napoli de Italia Victor Osimhen, quien sumó 10 gritos para Nigeria en la edición del 2015 que terminó con su equipo en lo más alto del podio.
Por lo pronto, tanto Ruberto como Echeverri ya superaron las mejores estadísticas de la Albiceleste en este tipo de citas. Fernando Gatti (Gimnasia de La Plata) sumó cuatro en la competencia que se celebró en Ecuador durante 1995 y Joaquín Ibáñez (Lanús) firmó también cuatro en la versión 2013 que se organizó en Emiratos Árabes Unidos.
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