La increíble historia de Chelly Wilson, la mujer que dominó la industria pornográfica en Nueva York

Chelly Wilson
Chelly Wilson en su departamento en Nueva York que estaba ubicado arriba de su teatro Eros

En una Nueva York muy distinta a la de hoy una persona dominaba el negocio de la pornografía con los teatros Eros, Venus, Capri, Adonis, Lido y Cameo, donde se proyectaba cine para adultos las 24 horas al día. Su nombre era Chelly Wilson, una mujer que a simple vista parecía una madre o abuela del montón, pero gracias a su audacia e inteligencia se destacó en una industria dominada por hombres.

El documental Queen of the Deuce (La reina del Deuce), dirigido por la griega Valerie Kontakos, cuenta la increíble vida de Chelly Wilson. Desde su migración de Grecia a los Estados Unidos, donde escapa del nazismo y los horrores de la Segunda Guerra Mundial, hasta su exitosa vida de negocios que la llevó a construir un verdadero imperio pornográfico en Nueva York.

Kontakos conoció a Chelly cuando era un niña, su tío era productor de cine en Grecia y enviaba películas griegas para mostrarlas en Nueva York. En sus viajes a Estados Unidos la conoció y también trabajó en la taquilla de unos de sus teatros. Siempre quiso hacer una película sobre su vida, pero la oportunidad no llegaba. Finalmente recibió el aval de la familia, quienes aparecen con sus testimonios en el documental.

Chelly se convirtió en una especie de modelo para mí, especialmente durante mi adolescencia. Ella fue una fuente de inspiración con su capacidad de ser una fuerza en un mundo dominado por hombres”, dice Kontakos a través de un correo electrónico a Infobae.

Wilson nació en 1908 como Rachel Serrero en Thessaloniki, Grecia, en el seno de una familia judía sefaradí ortodoxa. Desde pequeña mostró independencia, inteligencia y también rebeldía. Soñaba con ser doctora, tocaba el violín; hablaba ladino, griego y francés. Sin embargo, le fue difícil escapar el mandato familiar, lo que quería su padre, a quien amaba y respetaba, por lo que muy joven siguió sus indicaciones y se casó con Moise Bourla, un joven judío de la comunidad.

Teatro Adoni
Teatro Adonis

Con Bourla tuvo dos hijos, pero Wilson no estaba hecha para el matrimonio, para la vida de ama de casa. Luego del nacimiento de Daniel, su primogénito, agarró sus valijas y se fue a París. Pero su padre le imploró que regresara y su marido la amenazó y le dijo que no volvería a ver a su hijo.

“Cuando mueras, me divorcio”, le dijo Wilson a su padre.

Y Wilson, al poco tiempo de regresar de Grecia y quedar embarazada de su segunda hija Paulette, se divorció.

Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, decidió que era hora de huir a los Estados Unidos. Lo hizo en el último barco que salió de Grecia en 1941, antes de que el ejército nazi invadiera el país. A la pequeña Paulette la dejó a cargo de una familia gentil en Atenas, a quienes les pidió que por ninguna razón se la entregara a sus familiares. Y así ocurrió cuando un tío abuelo de la niña la fue a reclamar.

Esta decisión, y la generosidad de una familia gentil que puso en riesgo su vida para cuidar a la niña judía, terminó salvando la vida de su hija. No obstante, la abuela, hermano y hermana de Chelly no corrieron la misma suerte y murieron en un campo de concentración. Y de su madre no tuvo más noticias, por lo cual es probable que haya sido también asesinada por los nazis.

Al llegar a Nueva York, y a pesar de que el inglés lo aprendió tiempo después, empezó rápidamente a hacer negocios. Con el dinero que trajo consigo alquiló un pequeño carro de comidas donde vendían hot dogs, toda clase snacks y gaseosas.

Poco a poco se fue afianzando y conociendo mejor la cultura de los Estados Unidos. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, envió barcos con cientos de miles de dólares de ayuda humanitaria a Grecia que consiguió gracias a donaciones.

Chelly se identificó siempre con Grecia. Culturalmente, tenía una conexión con el estilo de vida griego y se rodeó de muchos griegos y judíos en Nueva York”, dijo la directora del documental a Infobae.

Collage de la vida de fabulosa de vida de Chelly Wilson
Collage de la vida de fabulosa de vida de Chelly Wilson

En 1947, dos años después de que finalizó la guerra, viajó a Grecia para buscar a su hija Paulette y al Mandato británico de Palestina para localizar a su hijo Daniel, quien vivía en un kibbutz y hacía parte de un ejército sionista.

“Me robé a Dino de Palestina, era miserable ahí”, dice Chelly en una parte del documental, quien tuvo que sobornar a alguna autoridad para que su hijo pudiera regresar con ella a Estados Unidos.

Cuando logró ahorrar una buena cantidad de dinero, compró su primer teatro en Nueva York. Sin embargo, al comienzo solo pasaban cine griego y, aunque tenía su público de nicho, no era un gran negocio.

En 1965, alguien le recomendó proyectar una película porno en su teatro Cameo. El éxito fue inmediato y desde ese momento todo cambió, hubo una explosión, se abrió una nueva posibilidad ante ella, algo que nunca esperó ni buscó. Todo esto lo logró también con el apoyo de su segundo marido, Rex Wilson, con quien tuvo a Bondi, su tercera hija.

Todo esto sucedía en una pequeña área de Manhattan, en la calle 42 entre la Séptima y Octava Avenida, un lugar vibrante y lleno de vida; emocionante para muchos y peligroso y sucio para otros tantos. En este sector de la ciudad, conocido como el Deuce, centro cultural de los teatros del género grindhouse y luego de la pornografía, la reina era Chelly Wilson.

Teatro Eros
Teatro Eros

“Crecer en la ciudad de Nueva York en los años 60 y 70 cambió mi visión del mundo. No me gusta la nostalgia ni romantizar el pasado. Pero puedo experimentar una ciudad que era salvaje y libre, creativa y vanguardista, y todavía no se había aburguesado. Había lugar para todos”, dice Kontakos.

En ese mundo dominado por hombres, donde sí o sí necesitabas la protección de la mafia, Chelly tenía seis teatros que proyectaban películas porno las 24 horas al día. Y, a pesar de su éxito y de todo el dinero que ganaba, llevaba una vida alejada de la ostentación. Vivía en un departamento arriba de su teatro Eros. Su hogar siempre estaba lleno de gente: actores porno famosos, reconocidos productores, amigos y sus amantes mujeres (Chelly era gay) que vivían con ella y su marido. Sus hijos y nietos se enteraron de su sexualidad tiempo después. Simplemente era algo de lo que nunca se habló.

“Ella era una judía que celebraba la Navidad en un cine porno todos los años. No hay nada más extraño que eso”, dice su nieto David Bourla en el documental.

Además de proyectar películas, Chelly también decidió producir y distribuir films porno. También abrió un restaurante griego para su amante Noni. El lugar era frecuentado por figuras como Bobby Kennedy, Jackie Onassis y estrellas del cine como Shirley MacLaine.

Más tarde con la llegada del conservadurismo al poder en la década del 80 con la presidencia de Ronald Reagan y con las políticas de Rudy Giuliani como alcalde de Nueva York en los 90 y su intención de querer “limpiar la ciudad”, su imperio pornográfico se fue resquebrajando.

En 1994, a la edad de 86 años, murió la gran Chelly Wilson. Y como deseo final pidió a su familia que comieran un gran banquete de comida griega en su memoria.

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