La importancia de los pactos entre bloques políticos para llegar al Gobierno de España

Macarena Soto

Madrid, 19 jul (EFE).- La política de bloques será fundamental para discernir quien llegará al Gobierno de España tras las elecciones generales del 23 de julio, más cuando las encuestas arrojan resultados ajustados entre la izquierda socialista y la derecha conservadora, que si no logran mayorías absolutas estarán obligadas a entenderse con sus extremos.

Los comicios municipales y autonómicos del pasado 28 de mayo marcaron el camino para esta nueva tendencia que pareciera llegar para quedarse en la política española, con una derecha dividida entre los conservadores del Partido Popular (PP) y los ultras de Vox, y una izquierda marcada por el Partido Socialista (PSOE) y la llegada de la coalición Sumar con quince movimientos regionales y locales en sus listas.

El bipartidismo tradicional entre PP y PSOE muta ahora a una política de bloques que, según la politóloga Ana Salazar, se convirtió “en el gran tema” de una campaña electoral con grandes tensiones y agrias acusaciones entre todos los partidos.

“Hay una campaña que en general no está centrada demasiado en propuestas, sino más en líneas estratégicas de ataque y descalificación aunque no de insultos”, precisa la experta en declaraciones a EFE.

Bajo su análisis, PSOE y Sumar, actualmente en el Gobierno de coalición liderado por Pedro Sánchez, “están defendiendo la gestión realizada” mientras que el PP y Vox hablan de “derrotar al sanchismo” (término que ambas formaciones emplean para referirse al modo de ejercer la política de Sánchez) y de “bajar impuestos”: “no hay líneas de propuestas”.

UN ADELANTO ELECTORAL Y UN RESULTADO AJUSTADO

Las elecciones, previstas para diciembre de este año, fueron adelantadas por Sánchez tras la derrota socialista en los comicios regionales y locales de mayo. El presidente del Gobierno planteó entonces que eran los españoles los que debían elegir ya qué modelo de gestión querían.

Desde entonces, las encuestas proyectan un resultado ajustado entre bloques con una casi segura primera posición del Partido Popular, que precisaría de los votos de Vox para gobernar, en el mejor de los casos, ya que la suma de ambas formaciones podría no llegar a la mayoría absoluta si la izquierda logra un vuelco en el voto indeciso, que podría suponer el 20% del total.

En este contexto, nunca antes la tercera fuerza más votada fue tan importante en España, con Vox y Sumar disputando unos escaños que podrían inclinar la balanza hacia uno de los dos lados.

“Es importante porque el sistema (electoral español), – que utiliza el método D’Hont para el reparto de escaños entre las candidaturas de forma proporcional al número de votos obtenidos- beneficia a la tercera (fuerza política) sobre la cuarta y van a pillar restos” muy valiosos para la formación de Gobierno, dice Salazar.

El tiempo que logren entenderse dentro de un Gobierno de coalición dependerá, según la politóloga, de lo que “consigan aguantarse” los bloques, que ya tienen experiencia tanto en el Ejecutivo central (la izquierda) como en algunas regiones españolas (la derecha).

EL PASADO COMO ARMA

El terrorismo ejercido por ETA durante casi 60 años en España volvió a la palestra en estas elecciones a pesar de que la banda se disolvió hace más de una década.

En el único cara a cara entre los dos grandes candidatos, Feijóo recordó la violencia del grupo armado y los acuerdos alcanzados por Sánchez durante la legislatura con la formación nacionalista vasca EHBildu, a quien el líder conservador definió como el “brazo político” de ETA.

El recuerdo de esta violencia, que marcó la cotidianeidad española durante los años más sangrientos de ETA, fue duramente criticado, incluso por familiares de las víctimas, quienes pidieron “no banalizar” el terrorismo.

También del pasado regresó a la actualidad la antigua amistad del conservador Feijóo con un narcotraficante gallego, un recurrente ataque de sus oponentes políticos nunca esclarecido por el líder del PP y que en la recta final de la campaña ha saltado a las portadas de la prensa española.

En ese sentido, Salazar cree que en este momento “hay pocas líneas rojas” para el electorado español “en cuanto que hay personas que votan a un partido que niega la violencia de género o el cambio climático”, en referencia a Vox. EFE

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