Una conversación casual en la fila para obtener el pasaporte, fue el pasaje para que toda una familia se mude desde Godoy Cruz, Mendoza hacia Detroit, Michigan… sin siquiera saber el idioma ni dónde ubicar a esa ciudad en el enorme mapa de los Estados Unidos.
“Queríamos irnos de Argentina por las razones de su economía, pero estábamos pensando en una ciudad como Miami, donde la cuestión del idioma es más sencilla. Pero en la fila para sacar el pasaporte, mi hermano Martín se encontró con una amiga de mi papá. Le cuenta que nos queríamos ir para Estados Unidos y ella le dice ‘Mi esposo está en Detroit’, No teníamos ni idea realmente donde quedaba Detroit, realmente. En las semanas que esperaron el pasaporte, se contactaron y la mujer le propuso a Martín de irse juntos, porque ella nunca se había subido a un avión ni sabía una palabra en inglés. Así se fue; al poco tiempo salió para allá mi otro hermano, Cristian, y a los seis meses, nos fuimos la familia completa”, le narró Gastón Muñoz a Infobae, acerca de ese primer paso.
Hoy en día, Muñoz es CEO y broker de Muñoz Realty, empresa dedicada a las bienes raíces. Pero llegar hasta este punto, no fue tan sencillo. “Llegamos con una visa de turistas, que ya no se otorga más, con el miedo de que nos pudieran deportar. Habíamos vendido lo poco que teníamos en Mendoza y no podía fallar. Y creo que esa fue la base del éxito, que no había otra opción: tenía que salir bien o tenía que salir bien. No había una segunda oportunidad”, dijo Muñóz.

Respecto a esos comienzos, describió que vivían nueve personas en un departamento con una habitación: “Estábamos mi mamá, mi papá y mis hermanos, todos apretados ahí. Teníamos que no hacer demasiado ruido, porque el departamento estaba a nombre de mis hermanos y, si el manager se daba cuenta de que éramos tantos, nos iba a echar a la calle. Teníamos que ver como sacar una licencia de conducir, tratar de trabajar, encontrar un trabajo”.
“Los primeros meses fueron duros. Nosotros llegamos en noviembre y Michigan es un lugar muy frío. En ese primer invierno cayó una tormenta de nieve muy fuerte, hacía 50 años que no nevaba tanto”, caracterizó. Pero eso no los detuvo para activar: “Yo veía las oportunidades. Veíamos que si le ponías ganas al trabajo, las oportunidades estaban. Salíamos a trabajar todos: mi hermano y yo éramos cocineros en un restaurante de comidas rápidas. Trabajábamos seis días a la semana, de 8 de la mañana a las 11 de la noche. En el séptimo día, que era el día de descanso, nos llamaban de otro restaurante del mismo dueño y también íbamos a cocinar. Empezamos a trabajar muy fuerte, al mismo tiempo empezamos a estudiar inglés”., recordó Muñóz.

Ese esfuerzo no tardó en dar sus primeros frutos: “Al poco tiempo pudimos comprar una camionetita para no ir caminando al trabajo. Y todo eso nos llevó, día a día, a ir creciendo, aprendiendo, perfeccionandonos. Pasé de ser cocinero a ser subgerente del restaurante: de ganar 300 dólares a la semana, pasé a ganar 500, 600. Era muy buen salario y para nosotros era un montón de plata. Yo ya tenía 17, 18 años”.
Al mismo tiempo, el vínculo con Argentina se fue perdiendo, un poco porque en la época no había la conectividad de ahora y otro poco por el ímpetu trabajador de Muñóz: “La cabeza se pone en el modo de trabajar y ganar plata, e ir aprendiendo cosas nuevas. Después nos fuimos afirmando y decidimos que nos quedabamos en Estados Unidos. Yo volví a la Argentina en 2014 por primera vez, casi 15 años después”.
Entonces llegó la oportunidad para convertirse en lo que es hoy. “Mi hermano se hizo amigo de una persona que estaba en el tema del real estate y empieza a tomar clases, asistir a charlas. Entonces renuncia a su trabajo, supervisando restaurantes, para meterse de lleno en aprender a comprar y vender propiedades. Un día llegó al restaurante en el que yo trabajaba, vestido de traje y zapatos brillantes. Y me dijó: ‘Tenés que renunciar, encontré el negocio con el que nos va a ir muy bien. Haceme caso, es el negocio de nuestra vida’. Y le hice caso”, recordó Gastón.

“La primera transacción que hicimos fue una propiedad que encontramos por internet. La compramos por 14, 15 mil dólares, que para nosotros era una fortuna, eran todos nuestros ahorros. Con Martín la empezamos a pintar, tapar los agujeros de la pared. Estuvimos dos meses trabajando en la casa nosotros mismos y se la dimos a un agente de bienes raíces, que la vendió en un mes por 100 mil dólares.Y ahí nos dimos cuenta de que era el negocio. A partir de eso, yo me puse a estudiar para obtener mi licencia de agente de bienes raíces. y empezamos”, dijo.
A partir de esa experiencia, comenzaron con la mecánica de comprar una propiedad, arreglarla ellos mismos y venderla a través de un agente. A su vez, se vieron favorecidos por el contexto económico de Detroit, que sufrió una caída y las tasas para comprar propiedades eran muy bajas. “Al poco tiempo, pudimos contratar a alguien que pintara, a alguien que se encargara de colocar la alfombra. Fuimos armando un pequeño equipo de tres personas mientras seguíamos comprando y vendiendo. Cuando yo saco mi licencia, comencé a trabajar para inmobiliarias más importantes y empezamos a generar ventas, clientes. Abrimos una oficina en la ciudad mexicana de Detroit, con autorización del broker, y así, paso a paso, comenzamos a generar confianza”. Ya para 2010, Gastón Muñóz se convierte en broker y con su licencia, le dio vida a la compañía Muñoz Realty.
Hoy es una empresa familiar, en la que trabajan sus hermanos, sus padres, su hijo, sus sobrinos y su mujer. “Cuando empezamos, los inversores me preguntaban ‘¿Esto quién te lo dejó? ¿Tu abuelo, tu papá?’. No, lo empezamos nosotros hace poco más de 20 años, de la nada misma. Y se quedaban asombrados”, relató.
“También es una empresa transparente: muchos inversores vinieron a mi casa a comer un asado, los vamos a buscar al aeropuerto, siempre atiendo el teléfono, en nuestras redes sociales se ve cómo compramos y vendemos. El secreto del buen broker es decirle siempre la verdad al inversor. Contar la parte que nadie te quiere contar. Cuando entrevisto a mis posibles clientes, también les cuento lo negativo, los riesgos. Hay que ser sinceros”, explicó Muñoz al intentar dar alguna de las claves de su éxito.
En ello también tuvo mucho que ver lo que le inculcaron sus padres: “Ellos siempre nos decían ‘Levantate temprano, si vas a hacer algo, hacelo bien, si prometés algo, cumplí’. Si te gusta ser algo, trabajar de lo que sea, tenes que poner todo tu tiempo y todo tu esfuerzo hasta que lo consigas. Argentina, en ese momento, no era el lugar de nosotros, tuvimos que buscar un futuro en otro lugar. Por ahí te toca hacer eso, tenés que hacerlo, pero creo que lo más importante es ser el mejor. Ese es el camino al éxito y estar siempre cerca de los afectos, la familia, las enseñanzas de los padres”, detalló.

Cuando mira para atrás, Muñoz dice que le “cuesta creer que pasó tanto tiempo. No me da vergüenza decir que vendíamos bolsas de residuos, botellas, que trabajamos desde muy chicos. Tampoco digo: ‘Uh, que feo que la pasé de chico’. Yo no lo siento de esa manera. Esto fue un camino y fue necesario para ser lo que estamos siendo hoy”.
Y cerró su idea: “Si no hubiéramos pasado por lo que pasamos, no valoraríamos los ahorros del inversor, que a veces me dicen: ‘Tengo 50 mil, 60 mil dólares, son los ahorros de toda mi vida. Por favor, Gastón, fijate que me vendés’. Entonces al venir de ese lugar, podemos valorar muchísimo más. Estoy muy contento de todo lo que hicimos y todo lo que pasamos. No me arrepiento de nada”.
Para solicitar una entrevista o mayor información con Muñoz Realty se puede llamar al +1 313 914 7545 (desde Estados Unidos o por whatsapp, al +1 313 918 6388. Vía mail, se puede escribir a info@munozrealty.com. También están en Facebook, Instagram y Twitter.
FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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