La historia de Drapeo: de las malas juntas a buscar unir la nueva música con la vieja escuela

Kevin Heintz es oriundo de Quilmes y a sus 37 años busca mezclar elementos de distintas épocas en su música.
Kevin Heintz es oriundo de Quilmes y a sus 37 años busca mezclar elementos de distintas épocas en su música.

Si bien la mayoría de los nuevos artistas de la movida urbana tienen cerca de 20 años, hay figuras más adultas que buscan dar ese salto y formar su propio camino. Un claro ejemplo es Kevin Heintz, alias Drapeo, que a sus casi 38 años busca despegar como cantante y trata de transmitir un mensaje con sus letras. Siente pasión por la música y por el rap desde chico, y hace seis años comenzó su carrera. Él viene “de la vieja escuela”, y pese a haber tenido una adolescencia muy conflictiva, logró salir adelante y esas ganas de cambiar lo llevaron a querer comerse el mundo.

Drapeo busca versatilidad como artista, y así bautizó a sus álbumes. El primero es Versatil, el segundo Versatil Gold Edition y el tercero será Versatil Rock Edition, donde buscará “traer la vieja escuela a lo moderno, pero actualizado, con todo lo que se está usando ahora”. “Hacer pistas de rap, de trap, pero con guitarra eléctrica y teclado, como se usaba antes. Siempre estoy innovando, viendo lo último que los pibes van sacando y me voy animando. Haciendo canciones motivadoras o románticas. Estoy mezclando con el nuevo disco que voy a sacar. Lo quiero hacer bien musical. Me divierte escribir, está bueno contar cosa que vivo, no hay anda inventado. Son todas vivencias, cosas que me pasaron a mí”, le contó a Infobae Latin Power.

Esas vivencias lo fueron forjando, no solo como cantante, sino como persona: “Yo tenía una adolescencia muy callejera, mala junta. Consumí cocaína, estaba muy mal en ese momento. Era una época muy rebelde de mi vida. Tenía 19 o 20 años. Era skater, venía de ese palo. Tenía dos bandas en ese momento. Paraba con los raperos y con los punk. Dejé todo. Me fue mal”.

—¿En ese momento vos laburabas?

—Estudiaba y trabajaba. Terminé el secundario de noche y trabajaba todo el día. De todo lo que podía. Era hasta peón de albañil. Hacía changas. Siempre iba a trabajar con la pareja de mi vieja que me llevaba a pintar una casa o a hacer una obra. Trabajaba en una fábrica de madera, en el puerto también abriendo los containers. Todo laburo pesado, como era grandote me mandaban a hacer eso.

Este año lanzará Versátil Rock Edition, su tercer álbum.
Este año lanzará Versátil Rock Edition, su tercer álbum.

—¿Y cómo fue que hiciste el click para cambiar eso?

—En un momento dije: “Voy al gimnasio porque estoy flaco mal, no corro, no hago nada, fumo. Me tengo que rescatar. O voy a un centro de rehabilitación o termino preso”. Dije, “¿Qué hago de mi vida? Porque así no puedo más”. Fui al gimnasio, me anoté, me hice amigo del profe. Me recomendó hacer el curso de personal trainer y mi vieja me ayudó a pagarlo. Teníamos una feria americana y con eso me ayudó. Me fue bien, me recibí y me llamaron del gimnasio para laburar ahí. Y enseguida empecé a estudiar anatomía y nutrición, todo relacionado el cuerpo. Dejé todo y gracias a Dios me fue bien en el gimnasio. Todo me ayudó a salir de la calle y de las drogas. Me gustaba porque iba progresando, iba saliendo y a la vez estaba ayudando a alguien. Eso fue la base.

Atravesar un momento así no es nada fácil, y Drapeo vivió de cerca las dos realidades, porque su hermano menor -un año más chico que él-, pasó por lo mismo, pero lamentablemente no pudo salir: “Tenía una enfermedad y tenía un consumo de drogas muy alto. Estuvo atrapado por muchos años. En esa parte de mi vida viví muchas cosas. Yo saliendo de ese lugar y acompañándolo a él para que pudiera salir. Hace un año y pico que se fue. Es muy difícil. Es un proceso que hay que pasarlo”.

El dolor de su partida pudo canalizarlo para componer Eterno, un tema que habla sobre el amor de hermanos y hace referencia a el peligro de las drogas y el consumo en exceso: “Me costó un huevo escribir la canción. Yo dejé un mensaje. Más allá de lo que cuento de su vida, el mensaje final es que valoren a las familias y a los hermanos. Si tenés un hermano que está pasado un mal momento no te rindas y ayudalo. Lo tenés que entender, no es él, es la droga. Y más si es un compañero o un hermano que siempre está. Es lo más importante. Porque después no está. Y no está… Y son cosas que no vuelven más. Ahí aprendí que le tenés que dar importancia a las personas. A la familia. Prestarle atención, escucharlo, mirarlo a los ojos. Es un proceso re fuerte. Sé que tengo que seguir porque el tuvo su vida y su misión: el dejar un mensaje. Lo veo mucho por ese lado. El mensaje, el aprendizaje y la unión. La unión en la familia”.

—¿Qué mensaje le darías a los pibes que están en una situación similar y buscan la salida con algo que les apasiona?

—Hay que tomárselo en serio. Que se focalicen. Que sientas con el corazón, no con la cabeza, porque si están intoxicados la cabeza le va a dar muchas vueltas. Tenés que aprender a separar el corazón de la cabeza y a entender lo que sentís cuando estás atrapado. En ese momento de oscuridad que tenés en la cabeza y estás intoxicado, así sea por las drogas, por la mala junta o por depresión… en ese momento te confundís mucho y terminás peleándote con personas que no tienen nada que ver, o haciendo cosas que te salen mal y te perjudican en un futuro. En esos momentos tenés que sentir con el corazón. Yo por ejemplo toqué fondo. Se me nubló todo, me vi mal y dije: “No quiero estar acá”. Yo sentía que tenía que estar en otro lado. Yo no podía estar en una esquina tirado tomando y fumando todo el día perdiendo el tiempo ahí. Toqué fondo y lo sentí de verdad con el corazón. Me vi al espejo y me di ese valor que no me daba. Que busquen ayuda, que estén con gente que los ayude siempre, que no estén perdidos.

Drapeo abrió su cuenta de Instagram desde 0 y ya cuenta con más de 300.000 seguidores (@drapeo)
Drapeo abrió su cuenta de Instagram desde 0 y ya cuenta con más de 300.000 seguidores (@drapeo)

—En algunos de tus temas hacés referencia a que algunos del barrio o de tu junta de antes te miran medio raro por estar donde estás ahora. ¿Qué pensás de eso?

—Está el país muy lastimado. Hay mucho resentimiento de ambos lados. A veces me cuesta entrar a un barrio sabiendo que yo caminaba ahí. Y me miran como diciendo “¿este grandote quién es?”. Yo por dentro lo siento, capaz son cosas que flasheo, pero yo siento las energías. Y uno presiente las cosas. Nunca me faltaron el respeto, yo siempre fui con respeto porque el código número uno de la calle es el respeto. Vos con el respeto llegás a todos lados y nunca me pasó anda en este momento musical. Pero sí lo destaqué en esto. Hoy en día estoy bien, no me va mal, y sé que hay gente que obviamente está mal o está peor y se siente. Lo que más me gustaría es que todos estén bien, que cada uno tenga la posibilidad de todo. Se nota que hoy a los chicos les cuesta, al que hace música le cuesta también. No es fácil. El 90% del país no tiene un mango. La gente no puede sentirse identificada con alguien que sale con un montón de cosas materiales. Hoy en día me gusta hacer videos en bicicleta rapeando. Es mejor que salir con una casa, un auto y todo. Hay maneras y maneras. Yo lo que digo es que la música es una película. Cada artista tiene su creatividad y cada video tiene su historia. A veces hago video en el barrio abajo con los pibes y el video es así porque el tema es así. La creatividad de la música es así… vas cambiando. Pero la gente te sigue por lo que sos, no por lo que tenés. Hay que hacer que la gente se sienta identificada y en lo posible dejar un mensaje positivo.

Desde el lado musical tiene un objetivo claro: llegar a grabar una Bizarrap Session. “Es el sueño. Me estoy preparando y quiero estar en una Bizarrap Session de otra dimensión. No es fácil ir a una. No cualquiera va. Y ellos tampoco te abren la puerta así porque sí. No quiero hablar mucho de lo que no sé. Cada uno tiene sus prestigios, sus cosas y se lo va ganando. Yo voy haciendo lo mio, mi camino, quiero ganarme eso. Y el día de mañana saludarlo al Biza, grabar, y estar en casa comiendo acá y mostrándole a mi vieja la Session. Y te digo algo, no me importa si se va a 30 millones de reproducciones. Con solo estar ahí y grabar ya lo logré amigo. Ya está. Soy feliz con eso”, aseguró.

—Y le estás metiendo para llegar a ahí.

—La gente va viendo que Drapeo va sacando su música, sus cosas. No soy un rapero que vengo con un don. Pero soy constante, me gusta, tengo disciplina, le meto pata, cabeza. Estoy progresando, me confundo, me equivoco, sigo. Y si tiene que ser toda la vida y a lo último la pegaré, será así. Pero no me voy a rendir. Me lo puse como obstáculo y dije: “Está bueno este desafío”. Y lo haré hasta donde se pueda.


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