La historia de cómo la ciencia cambio la vida de una comunidad indígena

Cuentepec es el ejemplo de cómo impulsar la educación científica puede impulsar a toda una comunidad (Foto: Especial)
Cuentepec es el ejemplo de cómo impulsar la educación científica puede impulsar a toda una comunidad (Foto: Especial)

Cuentepec, en el municipio de Temixco en Morelos, es una comunidad indígena en donde alrededor de 86% de sus habitantes hablan alguna lengua indígena. Aunque la población es bilingüe, predomina el uso del náhuatl sobre el español. Los residentes lo llaman “Kuentepetzin”, que significa cerro o montaña sagrada en forma de surcos.

En Cuentepec las mujeres forjan con sus manos objetos de barro y los hombres trabajan el campo. Es usual que la vida marital y doméstica comience a temprana edad.

En Cuentepec habitan cerca de cuatro mil personas (Foto: Conacyt)
En Cuentepec habitan cerca de cuatro mil personas (Foto: Conacyt)

A nivel general, las niñas y mujeres en situación de pobreza que habitan en zonas rurales e indígenas, enfrentan barreras particulares en la accesibilidad y permanencia en la escuela. Las opciones principales de vida para los hombres es trabajar en el campo o migrar a Estados Unidos.

En México, la población de jóvenes indígenas aún presentan importantes desventajas en su nivel de escolaridad. Esta desigualdad en resultados educativos es la consecuencia de una compleja combinación de condiciones como pobreza, dificultades geográficas de acceso, entre otras.

Así lucen las casas en esta comunidad del estado de Morelos (Foto: Conacyt)
Así lucen las casas en esta comunidad del estado de Morelos (Foto: Conacyt)

Discriminación y desigualdad

De acuerdo con el informe Discriminación estructural y desigualdad social, sólo siete y tres por ciento de la población hablante de la lengua indígena tiene una educación media y superior, respectivamente.

Fue hasta 2001 cuando se instaló en la secundaria del pueblo un Colegio de Bachilleres (Cobaem) bajo la modalidad Educación Media Superior a Distancia (EMSAD), en donde un intérprete en náhuatl acompañó al ingeniero Noé Rafael Pérez y a otros profesores del colegio a convencer a las familias de la comunidad que permitieran a sus hijos —particularmente a las mujeres— continuar con sus estudios de bachillerato.

El resultado inmediato según recuerda Noé Rafael, director del Colegio de Bachilleres, fue la inscripción de 15 alumnos. Hoy, la matrícula la representan más de 140 estudiantes, principalmente mujeres. “La gran mayoría de ellos pensaba que concluir la secundaria era suficiente. Uno de los mayores retos ha sido la confianza hacia la escuela como una oportunidad de superación. Las madres y las abuelas se han convencido de que sus hijas y nietas, por ejemplo, necesitan estudiar para aspirar a un futuro más promisorio que trabajar como empleadas domésticas o convertirse en esposas”, cuenta.

Actualmente hay más de 12 millones de indígenas en México (Foto: Conacyt)
Actualmente hay más de 12 millones de indígenas en México (Foto: Conacyt)

Educación científica

Desde entonces, la vida en Cuentepec no es la misma. La divulgación y la enseñanza de la ciencia en el bachillerato han jugado un papel importante en la comunidad y la inclinación por carreras con un enfoque científico no tiene precedentes.

Angélica Ocampos Jaimes ha sido pilar en la implementación de iniciativas para establecer dinámicas entre jóvenes de la comunidad y científicos. Bióloga de profesión y docente por convicción, Ocampo comenta que la divulgación y la investigación científica no era una actividad común en Cuentepec, pero comenzó a gestarse de manera formal hasta hace un par de años con iniciativas como ferias de profesiones, visitas a laboratorios de investigación y el desarrollo de proyectos científicos.

Hoy la inscripción en el Colegio de Bachilleres es de más de 140 estudiantes, principalmente mujeres (Foto: Google Maps)
Hoy la inscripción en el Colegio de Bachilleres es de más de 140 estudiantes, principalmente mujeres (Foto: Google Maps)

Uno de los éxitos en la comunidad ha sido la educación bilingüe que se implementa desde hace un par de años desde la educación primaria, por lo que las actividades de divulgación y enseñanza de la ciencia han llevado a que la dinámica social en Cuentepec sea diferente. Los jóvenes aquí se preparan durante un semestre para acudir a ferias y congresos científicos, con la asesoría —y por iniciativa propia— de científicos de renombre, en su mayoría miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

Si bien Cuentepec tiene una dinámica exitosa en materia de divulgación científica, la deserción escolar es un problema que persiste. De acuerdo con el III Informe de Actividades 2014-2015 del Cobaem, de una matrícula de 150 alumnos del Cobaem, menos de una tercera parte concluye sus estudios. A nivel nacional, la principal causa de deserción escolar entre los adolescentes de 15 a 17 años sigue siendo la falta de interés o requisitos para ingresar a la escuela y falta de recursos económicos.

Los padres de los jóvenes ven la institución como un semillero para seguir formando profesionistas (Foto: Google Maps)
Los padres de los jóvenes ven la institución como un semillero para seguir formando profesionistas (Foto: Google Maps)

La motivación y convencimiento hacia los jóvenes para que regresen a la escuela es una de las tareas más complejas para los profesores, dice Noé Rafael. “Hay jóvenes que no quieren venir a la escuela por problemas en casa o económicos. Si logramos que uno de ellos regrese al aula, esto ya representa una gran labor. Hoy en día, la comunidad nos percibe bien, ha visto el proceso de evolución y crecimiento a través de los años”, comparte.

La historia de jóvenes científicos de Cuentepec han motivado a la propia comunidad estudiantil a tener más participación en congresos de investigación y la ciencia en general. “Hay jóvenes que dicen: ‘Si él puede, yo también'”.

Por ejemplo, está el caso de Juan Francisco Sarmina Domínguez, hijo de padres campesinos, que ha realizado investigaciones con el chichilej, una planta que crece en los campos de Cuentepec. Esta especie ha sido utilizada por la población para tratar los piquetes de alacrán.

Ahora, lo que comenzó como un proyecto escolar, es hoy materia de tesis para el universitario en ciencias biológicas. Hasta ahora, no existe investigación alguna sobre la planta y su trabajo sería la primera aportación al conocimiento de la especie.

La historia de Juan Francisco ha servido como inspiración para otros estudiantes (Foto: Conacyt)
La historia de Juan Francisco ha servido como inspiración para otros estudiantes (Foto: Conacyt)

Cuentepec es un ejemplo de que la ciencia, llevada a contextos desfavorecidos, puede motivar un cambio en la vida en algunos jóvenes de la comunidad. Los congresos científicos pueden ser un pretexto para el intercambio de ideas y, en el mejor de los casos, motivar vocaciones científicas.

“Los padres de los jóvenes ven la institución como un semillero para seguir formando profesionistas, y esto se refleja en el desarrollo de la comunidad. Podemos decir que la institución y los propios estudiantes tienen un grado de influencia tremendo”, concluye Noé Rafael.

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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS

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