El Estado procura satisfacciones a quienes lo controlan, según sean autócratas, líderes poderosos o repúblicas democráticas. Avanzan los ingresos, seguridades, servicios públicos, según las preferencias de quienes dominan los Estados. Tales orientaciones explican las grietas de opiniones y logros.
En países federales, cada provincia, municipio, atiende a los residentes de forma diferenciada. De ahí, las brechas entre las jurisdicciones. Hasta envidiar a la “opulencia” de CABA. Las democracias republicanas se caracterizan por empoderar a la población y controlar al Estado. Los funcionarios intervencionistas endiosan sus regulaciones. Y las despotrican quienes las sufren.
La tecnología decisiva, determinante de todas las sociedades, es la Justicia. La mayor eficiencia consiste en tener reglas, leyes, estables, iguales para todos. Al igual que todas las organizaciones humanas, las naciones progresan en tanto brindan servicios y oportunidades mejor valoradas. Prueba de ello es que el 10% de los humanos vive en países que generan la mitad del PBI mundial, disfrutan de menor corrupción y las mayores libertades.
Al igual que todas las organizaciones humanas, las naciones progresan en tanto brindan servicios y oportunidades mejor valoradas
El Índice de Libertades Humanas, HFI por siglas en inglés, del Cato Institute, mide 82 indicadores de libertades personales y económicas en las áreas: Imperio de la Ley; Seguridad; Libertad de Transitar; Religión; Asociarse, Conferenciar y Sociedad civil; Expresión e información; Relacionarse; Tamaño del gobierno; Sistema legal y derechos de propiedad; Moneda estable; Libertad del comercio internacional; y Regulaciones. Cubre 165 países que suman 98% de la población mundial.
De ahí surge que 83% de los humanos habitan en jurisdicciones cuyas libertades se redujeron desde 2008, en tanto el 17% restante lo hace en países donde las libertades avanzaron. Y, confirmando la relación de las libertades con el progreso e ingresos, el 14,6% de la población reside en el 25% superior del índice más alto de HFI, en contraste con 40,3% que se ubica en el extremo opuesto. Esa relación, también se verifica en el caso del nivel del PBI por habitante y en la vinculación estrecha con la fortaleza de la democracia.
Encabezan el ranking del HFI, Suiza, Nueva Zelanda, Dinamarca, Estonia, Irlanda, Canadá, Finlandia, Australia, Suecia. Otros países se ubican en posiciones más abajo: Reino Unido 14, Alemania, Japón, EEUU 15, Taiwán 19, Chile 28, Hong Kong 30, Corea 31, Francia 34, Argentina 74, Sudáfrica 77, Brasil 78, México 93, India 119, Nigeria 123, Rusia 126, Turquía 139, China 150, Arabia Saudita 155, Irán 160, Venezuela 164, y Siria 165, al final de la tabla.
El Índice de transparencia internacional es otra medición de la eficacia y orientación del Estado. En América, Canadá, Uruguay, Chile, EEUU. encabezan el podio. Haití, Nicaragua, Venezuela, por el contrario, aparecen entre los más corruptos. Libertades, corrupción, ingresos por habitante, están fuertemente asociados, como se puede observar en el siguiente cuadro:
Concesiones personales vs. competencias
El Estado argentino entorpece las libertades, justicia, eficiencia, competitividad. Replicando a los regímenes feudales de antaño, los gobiernos otorgan privilegios a empresas y personas, por montos y tiempo ilimitado. Preferencias normativas, impositivas, monopolios, estatutos especiales, condiciones laborales, cepos, prohibiciones y otros sesgos administrativos hacen de la Argentina campo de competencia para conseguir ventajas particulares. La Tierra del Acomodo. ¿Si los partidos de fútbol se disputaran en la oficina de la AFA, en lugar de la cancha, quién iría al estadio?
El negocio de los piqueteros es convocar manifestaciones en espacios públicos, complicando el tránsito y extorsionar al gobierno exigiendo mayores ingresos. El Poder Ejecutivo claudica, financiando crecientemente a los piqueteros favorecidos. Mediante planes sociales que administran determinados dirigentes de las denominadas “organizaciones sociales”.
Una condición para beneficiarse es adherir a la organización y concurrir a las marchas según manden los dirigentes. Obviamente, tales programas no tienen conexión con producciones. Al contrario, subsidian a quienes entorpecen la circulación. Otorgar ingresos fijados sin relación con la producción empobrece al conjunto.
El Estado argentino entorpece las libertades, justicia, eficiencia, competitividad. Replicando a los regímenes feudales de antaño
Planes asistenciales. Una pareja promedio puede recibir ingresos que superan la línea de pobreza, sin trabajar. Con un plan Potenciar Trabajo, que en junio paga $22.770, suman $45.540 por mes, (En abril cobraron un bono adicional de $6.000 cada uno). Con la Tarjeta Alimentar, 2 hijos menores agregan otros $14.700, llegando a $60.200. Con una pensión por invalidez laboral, 70% del haber mínimo, obtendrían $26.250 mensuales, alcanzando $86.500 mensuales.
Potenciar Trabajo mantiene 1,27 millones de personas. La Tarjeta Alimentar contempla 2,5 millones. El Presupuesto 2022 contempla 1,1 millones de beneficiarios de la Pensión por Invalidez. En 2003, sólo había 81.539, publicó Roberto Cachanosky en Infobae. Alarmante tendencia a incorporar personas dependientes del Estado y devaluar el empleo privado formal, agravando las cargas que le imponen.
En marzo de 2022, el conjunto del sector público (nación + provincias + municipios) empleaba un total equivalente al 54% del empleo privado formal asalariado. Gran parte de los empleados estatales disfrutan de mínimas exigencias laborales, los contribuyentes los mantienen a costa de su propio bienestar. No asombra la pobreza se expanda.
Hasta mayo 2022, el gasto del gobierno nacional creció 89% y el resultado financiero 275%, respecto los cinco primeros meses del 2021, exacerbando la incertidumbre sobre la sostenibilidad financiera de los programas.
Los piqueteros, escondidos tras la escenografía de movimientos sociales que no son otra cosa que movimientos políticos, viven del trabajo del sector privado
Los países se retrasan cuando ofrecen privilegios, planes sociales descontrolados y empleo público injustificado. Y avanzan cuando las actividades productivas, las que atienden las necesidades reales de la gente, son incentivadas a innovar para desarrollar oportunidades insatisfechas con reglas estables y racionales.
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