La educación virtual no es, ni debería de ser, enemiga de la presencialidad

La educación híbrida virtual responde a una necesidad de los nuevos mercados educativos.
La educación híbrida virtual responde a una necesidad de los nuevos mercados educativos. (Andina)

Una reciente decisión del Colegio de Psicólogos del Perú para colegiar solo a quienes hayan llevado hasta el 70% de clases de forma presencial ha abierto el debate sobre la importancia de la educación universitaria a distancia en el Perú.

Si bien la virtualidad y la semipresencialidad se popularizaron en el Perú durante la pandemia, lo que permitió que más estudiantes de diversas regiones del país continuarán con su educación desde sus hogares, hoy existen voces que consideran que, acabada la pandemia, debe ponerse fin a estas modalidades de estudio y volver a la presencialidad.

Esta mirada trae consigo la idea de que la educación universitaria virtual no es de calidad o, por lo menos, no es de igual calidad que la presencial.

No obstante, el Perú ya tiene casi medio millón de universitarios en alguna de estas modalidades a distancia. Por ello, la educación universitaria virtual o híbrida es un escenario real que toca atender.

Enfrentarla a la presencialidad no es el camino. Lo que resulta más pertinente es entender qué factores se requieren garantizar en la educación virtual o híbrida para lograr brindar un servicio de calidad a las y los estudiantes.

Toda decisión educativa que se tome debe siempre priorizar el bienestar de las y los estudiantes.
Toda decisión educativa que se tome debe siempre priorizar el bienestar de las y los estudiantes. (Andina)

Entre estos factores que contribuyen a garantizar una educación universitaria virtual están, primero, brindar a los docentes formación para enseñar en la virtualidad y acompañar a los estudiantes; segundo, diseñar estrategias de enseñanza y aprendizaje, pues sería un error pretender llevar al Zoom lo que hacemos en el aula; tercero, brindar a estudiantes y docentes recursos educativos, como plataformas que permitan a los docentes gestionar el conocimiento; y, cuarto, ofrecer una infraestructura tecnológica que asegure el acceso a la formación universitaria.

Cabe resaltar que la educación híbrida virtual responde a una necesidad de los nuevos mercados educativos, donde los jóvenes piden constantemente mayor innovación y herramientas actualizadas que los ayuden a fomentar un aprendizaje flexible, moderno e integral que los prepare para el mundo laboral actual.

Además, debemos tener en cuenta que, de acuerdo con un informe de Apoyo, si la virtualidad fuera descartada como opción de educación superior, casi medio millón de universitarios en el Perú se verían afectados, de los cuales aproximadamente 75 mil no podrían continuar sus estudios por vivir en ciudades sin opciones educativas presenciales.

Y es que la virtualidad ha sido importante para democratizar el acceso a la educación universitaria en todo el país, precisamente por la flexibilidad que ofrece, principalmente a personas que estudian y trabajan.

Toda decisión educativa que se tome debe siempre priorizar el bienestar de las y los estudiantes, pues ellos son a quienes la educación busca impactar. Por lo mismo, una solución más efectiva que invalidar la educación universitaria virtual es dialogar entre autoridades (universidades, colegios profesionales, Minedu, Sunedu, etc.) y establecer estándares mínimos de calidad que garanticen un buen servicio educativo para y los estudiantes.

Ellos deben estar en el centro y ser la motivación principal para continuar desarrollando el sector, promoviendo la capacitación constante y escuchando los pedidos de avanzar hacia un panorama más innovador y cada vez más digitalizado, que permita incrementar el acceso a la educación superior en el Perú.

Disclaimer: Luego de enviada esta columna, la Sunedu publicó la Resolución del Consejo Directivo N.º 033-2023-SUNEDU/CD, en la cual, entre otras restricciones, establece nuevos límites a las clases virtuales en educación superior universitaria (pre grado). La medida afectaría especialmente a 75 mil jóvenes que viven en provincias donde no hay oferta de educación universitaria presencial.

Carla Gamberini - Opinión - Educación virtual - Perú - 8 de diciembre


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