“Se requiere trabajo. Se requiere terapia, danza. Y esta cuestión del activismo, también”. Mara Ávila es directora, guionista y protagonista de Femicidio. Un caso, múltiples luchas, un documental en el que se atrevió a contar uno de los episodios más duros de su vida: el femicidio de su madre, María Elena Gómez, por parte de quien era su pareja.
Aunque el crimen tuvo lugar en 2005, la artista recién pudo volcar esta historia a un trabajo documental diez años después.
“El documental me sirvió para tener un lugar diferente en la sociedad”, explica en diálogo con Infobae y agrega que a medida que avanzaba se fue dando cuenta de que en definitiva ella estaba buscando “transformar la historia, hacer un duelo con lo que había pasado”.
El femicidio de su mamá ocurrió el 19 de julio de 2005, cuando Mara tenía 25 años. La directora recuerda que en esa época los derechos de las mujeres y la violencia de género no estaba dentro de la agenda de temas con la fuerza que tiene hoy.
-¿Cómo surgió la idea de hacer el documental?
-Terminó siendo mi tesina de grado en el marco de la carrera de Comunicación de la Universidad de Buenos Aires. Yo estaba investigando otra cosa, estaba haciendo un análisis de discurso de la toma de (la Facultad) Sociales, me estaba aburriendo y dije: tengo que hacer algo que me motive. Ahí me propuse analizar cómo los medios cubrieron el caso de mi mamá, los diarios, en particular, que fue un femicidio que ocurrió el 19 de julio de 2005. Esa fue mi primera motivación. Luego entendí que, en realidad, lo que quería hacer era transformar la historia, hacer un duelo con lo que había pasado y que todo eso tuviera sentido.
-¿Le encontraste un sentido al crimen de tu mamá?
-Sí, le encontré un sentido social y político. Lo que pude hacer fue marcarlo dentro de una problemática social que es la de la violencia de género y eso es parte de lo que cuento en el documental, cómo esto ocurrió en 2005 pero luego en 2010 yo entendí, gracias a mis amigas militantes de la Facultad que eso había sido un femicidio. Y esa fue la clave.
-¿Al principio cómo lo pensaste? ¿Qué te pareció que fue?
-Yo tenía 25 años, vivía con mi mamá, era 2005. No teníamos la información que tenemos ahora y la verdad es que fue un shock terrible porque ni siquiera sabía lo que a mi mamá le estaba pasando. No sabía que su pareja le había pegado, recién lo averiguo con el documental. Yo no sabía y para todos, todes, fue una sorpresa. Además, tuve que hacer un montón de cosas como ser querellante en la causa, ser testigo. Hice un juicio penal en 2007. En ese momento no podés parar y reflexionar sobre lo que está pasando, eso lo pude hacer recién con la distancia. Y a partir del proceso del documental, que fue en 2014.
-¿Sentís que trabajando el documental pudiste recién hacer el duelo?
-Sí, y este es uno de los temas que recorre el documental, que es en primera persona justamente para dar cuenta de este problema de hijas de femicidio.
-Se habla muy poco de los niños o niñas, no importa la edad, que se quedan sin su mamá cuando son víctimas de femicidio.
-Pedí unas cifras a MuMaLá (Mujeres de la Matria Latinoamericana) y me dijeron que hasta abril de este año hubo 80 hijos e hijas que habían quedado sin su mamá. No se habla mucho de eso y hay pibes que todavía la tienen mucho peor que yo. A veces tienen que quedar en manos del mismo femicida.
-Del padre que mató a la madre.
-Claro, cuando muchas veces hay una situación de violencia económica en la pareja.
-Porque el hombre que mató a tu mamá no era tu papá.
-No, era la pareja de mi mamá, que además había sido policía. También hay un alto porcentaje de femicidios que se cometen por personas que están dentro de la policía. Pero ahora estoy empoderada, como dicen.
-¿A partir del documental sentís que te empoderaste, o lo venías trabajando y el documental es la culminación de ese empoderamiento?
-Creo que todo este trabajo del documental me sirvió para tener un lugar diferente en la sociedad. Encontré el sentido social, como persona en este mundo, de tratar de hacer una diferencia desde mi lugar y ser parte del movimiento. Esto me permitió no sentirme sola. Es un antes y un después. Y el documental un poco habla de la necesidad que tenemos de hablar de temas que son tabú. En este caso, la violencia de género, el femicidio, pero hay otros temas de los cuales estamos empezando a hablar más como abuso intrafamiliar, que son tremendos y necesitamos hablar. La idea es que podamos ser más empáticos.
-Tenías una relación muy linda con tu mamá, decías que era tu compañera, todo.
-Sí, por eso lo hace tanto más difícil poder superar esto. Y se requiere trabajo. Requiere terapia, danza. Esta cuestión del activismo, también.
-Buscar herramientas para sanar.
-El activismo también ayuda a encontrar un lugar, saber que no sos la única. El título del documental Femicidio. Un caso múltiples luchas. Mi mamá no fue la única, somos un montón y necesitamos un acompañamiento. A veces me acompañan, tengo el apoyo de un grupo de familiares atravesados por el femicidio, entre los cuales está Manuel Iglesias, el hermano de Laura Iglesias. Veo que ellos están haciendo un trabajo importante en ir, acompañar las causas, los familiares. Y pensaba que tal vez ese acompañamiento de la sociedad yo no lo tuve colectivamente en 2005, porque no se hablaba de eso.
-A veces se pone la mirada sobre la víctima como responsabilizándola de haberse quedado en ese lugar ¿creés que eso sigue pasando?
-Sí, va a costar mucho transformar esta sociedad machista. Y estos discursos van a seguir existiendo. El “ella se lo buscó”, o “algo habrá hecho”. Mirtha Legrand diciendo: “¡¿Y vos qué hiciste para que te pegaran, nena?!” Todo eso está todavía. Va a faltar un largo camino para que se transforme.
-¿Sentís que todo eso todavía sigue?
-Sigue siendo una sociedad machista. La justicia es machista, los medios de comunicación, los lugares de trabajo lo son. Tenemos que seguir trabajando arduamente para que cambie de lleno esta sociedad. Pero hemos avanzado ¿Estamos conformes? No. Bah, yo no lo estoy.
-¿Creés que si tu mamá hubiera denunciado se hubiera podido salvar?
-Ese es todo un tema. Todas las violencias institucionales, todos los mecanismos que fallan porque sabemos de un montón de casos de femicidios donde la mujer había puesto una perimetral y el tipo después la pasa y la termina matando igual. Del mismo modo, no sé qué hubiera pasado si hubiera servido que mi mamá hubiera denunciado a este tipo. En el documental hago mención a esta cuestión respecto de que en su momento unos amigos le dijeron por qué no hacía la denuncia.
-Solamente a dos personas le había contado los episodios de violencia.
-Sí, y ella lo subestimó. De nuevo, estamos hablando de 2005. No se hablaba de violencia de género. No sé qué hubiera pasado si ella hubiera hecho la denuncia. No sé cuán efectiva es la herramienta de la denuncia.
-¿Qué le dirías vos a un niño o niña cuya madre es víctima de un femicidio?
-De movida, venir a este mundo es muy complicado sin que te hayan matado a tu mamá. Soy de padres separados, ya venía con un bagaje. Hay que hacer un montón de cosas para hacerse cargo de la subjetividad y de cómo transformar este lugar que tenemos en el mundo. Pero si te matan a tu mamá es todavía más difícil. Creo que lo que importa es buscar acompañamiento y saber que lleva tiempo. No sé qué le diría a un niño, yo era más grande, y aún así me llevó nueve años poder empezar a darme cuenta que tenía que resolverlo.
-¿Y qué acciones habría que realizar para una posible toma de conciencia?
-Me parece que más que hablarle a los niños es hablarle a los adultos, a las familias, a la sociedad, a las amistades que tienen una responsabilidad si esa persona se queda huérfana. Tienen que ir y poder preguntarle: “¿estás bien?”, “¿qué te pasa?”, “¿necesitás algo?”. Igualmente, todo eso depende del entorno.
-¿Vas a seguir trabajando la temática desde lo comunicacional?
-Ahora estoy en la etapa de distribución, de difusión de la película que va a seguir hasta el 27 de junio en Cine.ar. La estoy llevando a Villa La Angostura, a Neuquén. Va a estar circulando en la Facultad de (Ciencias) Sociales. A mí me gusta bailar, en realidad, y me gustaría poder hacer algún otro proyecto que me motive. No sé si seguiría con la temática, pero ya es parte de mi vida. No es algo de lo que pueda separarme. Pero a nivel creativo, de pensar algún nuevo proyecto, buscaría otra cosa.
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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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