La danza de la polarización

La pasión futbolera pasa arrasando. No barre todo, pero mitiga los efectos de la lluvia ácida con la que nos abruma la cruda realidad. Mientras nos dejamos llevar por los debates tan intensos como volátiles de la gran final, en la caldera hirviente de la política siguen “pasando cosas”.

En el debate en comisión del controvertido presupuesto 2019 se produjeron momentos hilarantes. Un Pichetto recargado avanzó sobre la propia tropa argumentando: “Quieren incendiar la pradera”. Citando irónicamente a Mao Tse-tung, acusó a los suyos de ponerse el traje cubano de la revolución. El senador, quien durante los últimos años manejó con mano firme el bloque que preside, enfrenta ahora tensiones extremas que solo permiten augurar realineamientos bruscos y, eventualmente, una ruptura.

La refriega con José Mayans, que se hizo viral, comenzó cuando el formoseño acusó al ministro del Interior, Rogelio Frigerio, de bajar instrucciones al jefe del bloque del PJ. La reacción del rionegrino no se hizo esperar: lo cruzó fuerte y en términos muy duros. Para interpretar la secuencia hay que tener en cuenta que, en las últimas semanas, todo se vive, piensa, siente y especula en modo electoral.

La presencia de CFK en el Senado es, en sí misma y a diario, perturbadora. La química peronista en la cámara alta ha comenzado a sufrir alteraciones que se aceleran a medida que avanzan los tiempos de la campaña.

Las dificultades para articular una propuesta propia para las elecciones del próximo año, por parte del peronismo federal, racional o como quiera llamárselo, está generando corrimientos hacia el planeta K. Enredado en sus propias contradicciones y egos, el espacio no logra cohesionar. No van ni para atrás ni para adelante.

Apremiados por urgencias y conveniencias comiciales, algunos gobernadores y sus adláteres vuelven a mirar con cariño a la ex Presidente. Propios y extraños tienen claro que Cristina está capitalizando el creciente espíritu anti-macrista. El mandatario formoseño, Gildo Insfrán, va primero en esta lista. El tucumano José Alperovich avanza fervoroso en el mismo sentido. Las faldas cristinistas permiten seguir soñando a muchos con un lugar en el mundo. Nadie parece reparar en el complicado frente judicial que enfrentará la jefa y fundadora de la Unidad Ciudadana.

El dato nuevo es que el acercamiento al kirchnerismo empieza a notarse en las provincias ampliando la geografía K que parecía reducida a los distritos más populosos del Conurbano bonaerense. La encuesta monitoreada por Federico Aurelio que iguala en las imágenes electorales (Macri con imagen positiva del 38% y una negativa del 58%; CFK con positiva, 39%, negativa, 58%) da cuenta del derrape presidencial. El primer mandatario llevaba 20 puntos de ventaja a diciembre del 2017 hasta que la refriega librada, en el Parlamento a los gritos y en las calles a los piedrazos, comenzó a llevarse puesto el capital político acopiado en las urnas.

El cambio de la fórmula previsional fue demoledor en relación con el vínculo de confianza que se necesita para gobernar. La memorable conferencia de prensa del 28 de diciembre cuando se modificó la meta inflacionaria devaluó de manera contundente la palabra presidencial y la expectativa de futuro.

No todos en el Gobierno siguen el tema con el mismo nivel de preocupación. Mientras en la mesa chica se sigue apostando a un escenario de polarización, jugando con la posibilidad de llegar a un ballotage con CFK, en el que estiman que se impondrán de manera inexorable por el peso del espanto, en otro sector de Cambiemos, en el que podemos ubicar a María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, entre otros, se encienden las alarmas. Más apegados al contacto con el mundo real, toman nota del deterioro de la imagen presidencial y de un creciente anti-macrismo. Tienen plena conciencia de que el techo de crecimiento de CFK puede terminar perforado, y lo que es aún peor, saben que la gestión se volverá mucho más compleja para el oficialismo en el caso de que los sondeos preelectorales instalen la posibilidad de que el kirchnerismo vuelva a ser gobierno. Si eso ocurre, no podrá neutralizarse la convergencia tan temida, en la cual la política vuelva a impactar de lleno en la economía desatando nuevos cimbronazos en el año de las elecciones.

Los jugadores más políticos de Cambiemos rezan para que se fortalezca una alternativa peronista que haga fuerza a la tracción que todo lo K termina ejerciendo sobre intendentes y gobernadores que pugnan por sobrevivir en el poder. Por el momento tendrán que seguir en oración, el camino del medio no parece precisamente asfaltado.

En sus más recientes declaraciones, Sergio Massa, quien es convocado a regresar al PJ por el mismísimo Agustín Rossi, llamó a construir un frente de unidad para enfrentar al macrismo. Consultado acerca de si incluiría al kirchnerismo y a Cristina en ese armado, no fue concluyente.

Está todo dado para que en la semana se obtenga la sanción del presupuesto, con 40 a 45 votos a favor se supone que la sesión extraordinaria convocada para este miércoles correrá sin sobresaltos. El peronismo hace su juego sumando tensión pero los gobernadores no comen vidrio. Ese no es el tema. Los desasosiegos del momento corren por otro carril.

No son pocos los funcionarios, no todos claro, que tienen plena conciencia de que están perdiendo pie entre los votantes que acompañaron el cambio, un territorio en el que crece el desencanto. Admiten que no han logrado resolver ni uno solo de los problemas que afectan la vida diaria, sino que siguen sin encontrarle la vuelta a muchos de los frentes que han complicado. Reconocen que la gente espera una alegría, una señal que les permita recuperar alguna ilusión, pero que todavía esta posibilidad no aparece en los radares.

El bono de fin de año lejos de ser una oportunidad solo sumó discordia. Su implementación es todavía incierta y abrió nuevos debates. No todos los sectores podrán hacerlo efectivo y la idea de que sea obligatorio es resistida por la mayoría. Ni hablar de la hipótesis de tomar crédito para financiarlo. Otro punto muy discutido: si se lo tomara a cuenta de ganancias o quedara a modo de puente o salvataje hasta que se discutan nuevos aumentos. Los estatales se quedaron en principio afuera y prometen conflictividad si no se considera la situación del sector. Sin capacidad de lucha, los jubilados no entraron en la consideración, al menos por ahora.

En los sectores duros de la oposición manda una obsesión: terminar con Macri. Lo ponen en estos términos, sin mucha vuelta. “Hay que ganarle a Macri” fue la consigna que inspiró el reencuentro de Fernando “Chino” Navarro y Emilio Pérsico, líderes del Movimiento Evita, con Cristina Fernández. Tras romper con la jefa de Unidad Ciudadana para acompañar a Florencio Randazzo, vuelven al lugar que abandonaron cuestionando los planes sociales que tramitaron con el oficialismo: “No podés desde un plan social resolver el problema de la pobreza…eliminaron planes de trabajo con el cuento de capacitar” sostienen.

Entre las novedades de la semana, Hugo Moyano volvió formalmente al PJ. A ocho años de haber pegado el portazo, y con un flirteo con Macri de por medio, está de regreso. Consultado acerca de qué lugar ocupará Cristina, es generoso: “El que ella decida y que decidamos entre todos”. Acerca de la “cáscara vacía” de la que se autoeyectó el camionero no se dijo palabra. El que se va sin que lo echen vuelve sin que lo llamen.

Otro que regresó formalmente al PJ es Felipe Solá. Tras desertar de las filas massistas, se sueña candidato a la presidencia. Llegó junto a Héctor Daer y Ricardo Pignanelli, también provenientes del Frente Renovador, en busca del calor cristinista. Coinciden en esta sinergia hacia lo unidad con Agustín Rossi, otro precandidato acomodado en la gatera para el improbable caso de que CFK no se presente.

Daniel Scioli se sumó al dulce montón en busca de un lugar bajo el sol. Todos quieren la unidad en un frente patriótico que desaloje a Macri del poder. Quien más claro lo puso en palabras fue el jefe del SMATA: “No nos podemos permitir el lujo de perder una elección por el 1% otra vez”. Una declaración que debería ser tenida muy en cuenta por los que, siempre militantes del optimismo a ultranza, siguen jugando con fuego, apostando una vez más a los insalubres beneficios de profundizar la grieta para confrontar al todo o nada en un escenario de extrema polarización.

La autora es periodista. Trabajó en radio y TV, y recibió múltiples reconocimientos, como los premios Konex y Martín Fierro, y la distinción Alicia Moreau de Justo.



FUENTE: INFOBAE NOTICIAS

Sé el primero en comentar en"La danza de la polarización"

Dejá un comentario

Tu dirección de Correo Electrónico no será compartida


*