La cuenta regresiva

Cristina Fernández de Kirchner - Acto – festejos -Plaza-de-Mayo-25-de-Mayo
Cristina Kirchner junto a Máximo Kirchner, Wado de Pedro, Sergio Massa y Axel Kicillof (Foto: Franco Fafasuli) (Franco Fafasuli/)

El primer hito formal de uno de los procesos electorales más inciertos desde el retorno a la democracia no deparó finalmente grandes sorpresas. Si bien la ruptura en el seno de las dos coaliciones que desde hace años han venido estructurando la dinámica político-electoral, hoy atravesadas por encarnizadas disputas internas, era una posibilidad latente, lo cierto es que en un escenario de tercios y alta fragmentación había pocos incentivos para que se materializara.

Descartado entonces el escenario de rupturas, en las distintas terminales políticas que disputan el liderazgo y las candidaturas en ambas coaliciones se activó la cuenta regresiva de cara a lo que se convirtió en -al menos hasta el momento- una de las fechas más significativas en este año electoral: el próximo sábado 24 de junio. Es que, como evidencia palmaria de los inéditos niveles de incertidumbre que se manejan, a menos de una semana de que opere el plazo legal para la inscripción de las candidaturas y el cierre de listas son muchas más las incógnitas que las escasas certezas.

En el oficialismo, la adopción de un nuevo nombre, Unión por la Patria, no logró –como era previsible- exorcizar los fantasmas de los encarnizados enfrentamientos internos que atravesaron los casi cuatro años de la gestión del Frente de Todos, y la incertidumbre es casi total. Los intentos de evitar las PASO chocan con un Scioli ya lanzando, con un proyecto que no solo empalma con el viejo anhelo del siempre optimista embajador, sino que también es azuzado por el cada vez más mermado entorno presidencial, que ve allí la posibilidad de hacer uso de uno de los pocos recursos que le quedan: la capacidad de daño.

De esta forma, con la alta probabilidad de internas, no solo para presidente sino también en la provincia de Buenos Aires, gran parte de la tensión por estas horas se concentra en el reglamento electoral que fija los umbrales mínimos y condiciones para acceder al reparto de lugares en las listas. Como otra evidencia más de los niveles de beligerancia imperante, abundan en este caso las acusaciones cruzadas, diatribas y amenazas de recurrir a la justicia. Pero si se analiza con detenimiento este fenómeno parece quedar claro que esta disputa habla a las claras de que en el peronismo parece reinar el pesimismo y que frente a lo que se vislumbra como una inevitable -y dura- derrota los cargos legislativos son un botín que nadie está dispuesto a resignar.

La incertidumbre mayor, sin embargo, es la que atraviesa a la entente kirchnerista-massista. Si bien La Cámpora, siempre con el aval de Cristina, ha venido trabajando explícitamente en el posicionamiento de Wado De Pedro, resta aún develar la incógnita en relación a Sergio Massa. A contramano de la situación económica, y pese a no haber logrado cumplir el ambicioso objetivo de reducir la inflación, el tigrense ya blanqueó su intención de ser candidato.

Aquí los escenarios posibles se multiplican, y su probabilidad depende de con quién se hable. Mientras desde algunos sectores del kirchnerismo se deja trascender que el ministro del interior podría encabezar el binomio y se muestran algunas encuestas que lo mostrarían alcanzando un piso de dos dígitos y fidelizando la mayoría de los votos de Cristina, entre otros referentes del mismo espacio se sigue insistiendo en la posibilidad de que Kicillof asuma la candidatura presidencial arropando a Wado como candidato a gobernador.

En el Frente Renovador no ven al ministro de Economía como vice, y en consonancia con la estrategia de Massa esperan con ansiedad el resultado del nuevo viaje de esta semana a Washington, como si alguna decisión del FMI pudiese inclinar el fiel de la balanza a horas del plazo límite. Sin embargo, desde las terminales kirchneristas no se descarta un apoyo a su candidatura, para lo que se esgrime el argumento de que más allá del piso de votos duros que pueda fidelizar el espacio, es importante analizar los potenciales techos. Aquí es donde las acciones del tigrense pueden crecer, habida cuenta de que Massa, con aceitados vínculos con el establishment local e internacional, puede potencialmente pescar en lagunas a priori vedadas para el kirchnerismo.

En JxC hay comparativamente más certezas que en el oficialismo, pero también persisten importantes incógnitas que habrán de ir develándose de aquí a las 23:59 horas del próximo sábado. Del lado de las certezas, está muy claro que habrá PASO, y que la centralidad de la disputa entre Larreta y Bullrich parece dejar poco margen para otros espacios. En este sentido, las fórmulas cruzadas ya dejaron de ser una expresión de deseos para convertirse en una necesidad de supervivencia para un radicalismo que, de sostener un proyecto propio, podría quedar afuera de los espacios de poder.

Así, aunque sin nada cerrado, se da por hecho que el compañero de fórmula del alcalde porteño será un radical. Las mayores probabilidades indican que será Morales, aunque tampoco descartan a Manes, que podría también sumarse como candidato a senador. Pese a que algunos aún sueñan con la posibilidad de sumar a Schiaretti, ahora como extrapartidario, parece muy improbable que pueda darse un entendimiento antes de las PASO. Y, para acompañar a Bullrich, también suenan con más fuerza nombres del centenario partido (Abad y Naidenoff, por ejemplo), aunque también hay sectores que pujan por incorporar a un economista (Melconian o López Murphy). Aquí se esperan definiciones que llegarían antes del plazo límite, ya que los binomios acabarán ordenando también el otro frente de grandes disputas, que es de las listas legislativas.

Lo cierto es que en ambas terminales del PRO confían en que una vez definidas las fórmulas, podrán trabajar en sus programas y posicionamientos con mayor e autonomía y perfiles más nítidos, y que podrán así detener la sangría de votos que viene afectando a JxC como “marca”, y que es uno de los factores – no el único- que explicaría el vertiginoso ascenso de Milei en las encuestas y el preocupante nivel de ausentismo que se ha venido registrando en la mayoría de las elecciones provinciales que se celebraron hasta el momento.

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