Después de casi medio siglo en funcionamiento, la central de As Pontes cierra de manera definitiva. Tras varias prórrogas de su actividad, el presidente del comité de empresa de esta factoría, Ricardo Casas, ha afirmado que en las próximas horas se agotaran las existencias de carbón que permanecen en su parque de almacenamiento. El portavoz sindical ha recordado que el complejo ya dispone de su “autorización para el cierre”, y ha indicado que el plazo es de “horas más que de días” para que se “apague definitivamente la central”.
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico daba el pasado mes de agosto luz verde al cierre de esta central térmica, presentada por la empresa propietaria, Endesa, y tras el informe favorable de Red Eléctrica de España sobre la compatibilidad de dicho cierre con la seguridad de suministro del sistema eléctrico. La instalación -explica la empresa eléctrica- había quedado fuera del mercado por el constante incremento en los precios de emisión de CO2; en la actualidad solo mantenía en operación uno de los cuatro grupos con los que contaba la planta que lleva en servicio desde 1976.
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Así, ha considerado que ese hito podría alcanzarse “a lo largo del día de hoy” y ha resaltado que lo “primero que se hará” es que la instalación pase a una “posición segura”, un proceso que incluye “primeros trabajos para retirar” elementos valorados como “carga de fuego”, como combustibles líquidos o restos de mineral.
Casas ha estimado que el objetivo es “minimizar riesgos, ya que la instalación va a quedar sin el mantenimiento que es normal”, y ha manifestado que el próximo 1 de noviembre, como consecuencia del cese de la operatividad, ya se prevé la salida de “personal que se iba a prejubilar y que seguía por las circunstancias de la producción”. Por su parte, un segundo grupo de “personas recolocables en destinos no perjudiciales también va a salir el 1 de noviembre” y unas 25 personas permanecerán en las dependencias a la espera de que concluyan los trabajos previos al desmantelamiento.
En este caso, el dirigente sindical ha matizado que se trata de empleados que serán trasladados a recintos de Endesa en el resto de España, mientras que los operarios de la industria auxiliar verán prorrogados sus contratos “hasta finales de noviembre”. Ricardo Casas ha insistido en la necesidad de que ese último colectivo cuente con carga de trabajo a corto plazo para evitar que “haya intervalos en que tengan que recolocarse o ir al paro” antes de sumarse a las labores de desmantelamiento de la térmica.
Reconversión de la zona
Endesa desplegará una cartera de proyectos eólicos de más de 1.000MW, la mayoría vinculados a iniciativas industriales para el desarrollo económico de Galicia. La compañía recuerda que ha realizado una campaña de captación de inversiones en la que ha conseguido la implicación del grupo chino Sentury Tire y Ence, que instalarán sendas fábricas en terrenos de la compañía en As Pontes.
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Los proyectos eólicos de la empresa en Galicia “serán decisivos para reactivar el complejo industrial de Alcoa en A Mariña de Lugo”, añade. Se trata de la última central de carbón de Endesa que se mantenía operativa en la Península Ibérica y, de este modo, “sigue avanzando en el cumplimiento de los objetivos de descarbonización y transición energética de su actividad”.
En paralelo, la empresa ha reafirmado su compromiso con Galicia con el impulso de un plan de desarrollo social y económico en la región, que incluye una cartera de proyectos eólicos con acceso y conexión a la red por un total de 1.000 MW (650 MW con declaración de impacto ambiental ya aprobada), la mayoría ligados a iniciativas industriales para el futuro de Galicia, como la reapertura de la planta de Alcoa en Lugo. Este desarrollo de energía eólica -agrega- está pendiente aún de permisos gubernamentales y autorizaciones internas en la empresa.
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