Especial para Infobae de The New York Times.
Los ataques rusos de esta semana contra objetivos civiles en toda Ucrania de inmediato dieron lugar a nuevos compromisos por parte de los aliados de Ucrania para enviar más armas y municiones. Estados Unidos prometió más sistemas de misiles para la defensa aérea y Alemania aseguró que “en los próximos días” enviaría equipos de defensa similares. El secretario general de la OTAN declaró que el respaldo a la lucha de Ucrania contra Rusia continuaría “durante todo el tiempo que sea necesario”.
Pero a pesar de todas las garantías, sigue existiendo un problema. Ucrania también necesita más armas como las de los rusos, para cuyo uso está entrenado su ejército, y el suministro de estas armas disponible a nivel global se está agotando.
Con el propósito de encontrar estas armas, Estados Unidos y otros aliados han estado recorriendo el mundo en busca de proveedores solícitos en una cruzada que ha evidenciado tanto el compromiso como los obstáculos de liberar los arsenales de armamento ruso estándar, y del tipo soviético, para que Ucrania las utilice.
Ha habido algunos logros. Finlandia, la cual desde hace mucho tiempo ha sopesado los puntos sensibles de su vecino ruso, está enviando a Ucrania algunas armas tipo soviético que incluyen municiones y pistolas compatibles con el rifle de asalto AK-47. Corea del Sur está suministrando chalecos antibalas, cascos, equipo médico y otros apoyos para la defensa.
En fechas recientes, el secretario de Estado Antony Blinken visitó otros países como Camboya, Congo, Ruanda, México, Colombia y Perú como parte de una meticulosa campaña tras bambalinas en países que han mostrado su respaldo a Ucrania pero que aún están renuentes a proporcionarle ayuda letal.
También está Chipre, el cual se ha presentado como una oportunidad especial para enfrentar las dificultades de atender la demanda urgente de las armas que los soldados de Ucrania usan con más rapidez de lo que las reciben a medida que recuperan grandes extensiones de territorio y hacen retroceder a los rusos.
Hasta este mes, durante 35 años Chipre había estado sujeto a un embargo de armas por parte de Estados Unidos, el cual fue impuesto para ayudar a apaciguar las tensiones después de que un conflicto dejó a la isla terriblemente dividida entre un gobierno respaldado por Grecia y una parte aún controlada por Turquía, ambos países miembros de la OTAN.
En ese momento, Chipre recurrió a la Unión Soviética y luego a Rusia para obtener armas y equipo militar. En la actualidad, su arsenal de al menos diez sistemas de misiles Tor y Buk, capaces de derribar a los aeroplanos, los drones y los misiles crucero rusos podría ser como una mina de oro para un Ejército ucraniano en guerra.
Pero el gobierno chipriota aclaró que quiere remplazos nuevos y mejores, algo que podría contrariar a Turquía y reactivar una carrera armamentista en el conflicto que todavía no se resuelve. Aun así, el 1.° de octubre, el gobierno de Biden levantó el embargo oficialmente y le permitió a Chipre comprar armas estadounidenses.
Funcionarios estadounidenses señalaron que esta maniobra llevaba varios años en proceso y que la idea era, en gran medida, separar a Chipre de la influencia rusa. Pero uno de estos funcionarios, que habló con la condición de conservar su anonimato para describir lo delicado de la diplomacia, afirmó que ahora Chipre era “una opción potencial” para suministrar armas a Ucrania.
Chipre “estaría listo para considerar” enviar algunas de sus armas y municiones a Ucrania si estas fueran “remplazadas por otros equipos militares de igual potencia y capacidad”, mencionó Marios Pelekanos, un vocero del gobierno, en un comunicado a The New York Times.
Pelekanos hizo referencia a muchas reuniones con funcionarios estadounidenses en los últimos meses durante las cuales “también hemos hablado de esta posibilidad”.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ya prometió que fortalecerá sus tropas en el norte de Chipre con más armamento conforme Estados Unidos levante el embargo.
El martes, el vocero del Departamento de Estado, Ned Price comentó: “Agradecemos las contribuciones adicionales para ofrecerle a Ucrania el respaldo continuo que requiere para defenderse”, pero no habló acerca de conversaciones diplomáticas con países concretos, entre ellos Chipre.
El lunes, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, convocó a los aliados a agilizar los envíos de sistemas de defensa aérea a su país como la “primera prioridad en estos momentos”. Los países de la OTAN ya se comprometieron a enviar a Ucrania miles de millones de dólares en armas occidentales complejas, incluyendo 17.000 millones de dólares tan solo de Estados Unidos.
Rusia está respondiendo con la compra de artillería a Corea del Norte y, sobre todo, de drones militares a Irán, con los cuales ha bombardeado las ciudades ucranianas del sur y, la semana pasada, atacó un pueblo a unos 80 kilómetros de Kiev, la capital de Ucrania. Decenas de países han querido mantenerse neutrales, entre ellos China y la India, que son dos de los consumidores principales de las armas de Rusia, pero que el lunes volvieron a hacer un llamado a la distensión de las hostilidades después de los ataques de Moscú con misiles.
Desde el mes de febrero, los países de Europa oriental, muchos de los cuales fueron satélites de la Unión Soviética pero que ahora son miembros de la OTAN, han enviado con mucho interés a Ucrania equipo estándar ruso: tanques y municiones de artillería desde la República Checa, obuses desde Estonia, helicópteros desde Letonia y Eslovaquia, y vehículos de combate de infantería anfibios y miles de cohetes Grad de 122 milímetros desde Polonia.
Según una base de datos de los compromisos públicos recopilados por el Instituto Kiel con sede en Alemania, hasta el martes, la última fecha disponible, Polonia era el cuarto de los principales donantes de ayuda militar a Ucrania, después de Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea. Pero Polonia, al igual que otros países de Europa oriental, no puede gastar sus arsenales restantes de armas tipo soviético sin poner en peligro sus propias defensas y desea ver a otros países dar un paso al frente, mencionó un oficial de defensa polaco.
Las conversaciones entre los aliados para compartir refacciones, municiones y otros equipos y para estimular a los fabricantes de equipos de defensa a que aumenten su producción continúan, incluso durante la presente semana, con una reunión de funcionarios de alto nivel en las oficinas centrales de la OTAN en Bruselas. Pero es posible que los contratos de armas tarden meses, si no es que años, en ejecutarse.
El martes, Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, señaló que les pedirían a los ministros de defensa que decidan cuál es la mejor manera de reponer los arsenales de los países miembros al tiempo que le proporcionan a Ucrania una variedad de armamento, no solo sistemas de defensa aérea, afirmó, sino también más artillería, tanques blindados y municiones.
“Necesitan casi todo, y los aliados están ofreciendo un respaldo sin precedentes”, mencionó Stoltenberg en Bruselas.
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