Por Pavel Polityuk y Abdelaziz Boumzar
KIEV/SLOVIANSK, Ucrania, 9 jun (Reuters) – La batalla por la ciudad ucraniana de Severodonetsk es brutal y determinará el destino de la región del Dombás, dijo el presidente del país, mientras las tropas rusas asedian la ciudad en un asalto destinado a controlar el este de Ucrania.
Tras fracasar en su intento de tomar el control de la capital, Kiev, el Kremlin afirma que ahora pretende “liberar” por completo la región secesionista ucraniana del Dombás, donde los independentistas apoyados por Rusia se separaron del control del Gobierno ucraniano en 2014.
Alrededor de un tercio del Dombás estaba en manos de los separatistas antes de la invasión del 24 de febrero.
“Esta es una batalla muy brutal, muy dura, quizás una de las más difíciles a lo largo de esta guerra”, dijo el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en una declaración en vídeo el miércoles.
“Severodonetsk sigue siendo el epicentro del encuentro en el Dombás (…). En gran medida, allí es donde se está decidiendo ahora el destino de nuestro Dombás”, añadió.
Los combatientes ucranianos en Severodonetsk se retiraron el miércoles a las afueras de la ciudad, pero han prometido luchar allí el mayor tiempo posible.
Los bombardeos de artillería han convertido la ciudad de la provincia ucraniana de Luhansk en un páramo bombardeado. El gobernador regional de Luhansk, Serhi Gaidai, dijo que el centro de la ciudad estaba siendo destruido.
“Nuestros combatientes están resistiendo en la zona industrial de Severodonetsk. Pero los combates no sólo tienen lugar en la zona industrial, sino también en la ciudad de Severodonetsk”, declaró Gaidai a la televisión ucraniana a última hora del miércoles.
Las fuerzas ucranianas siguen controlando toda la ciudad gemela de Severodonetsk, Lisichansk, en la orilla occidental del río Síverski Donets, pero las fuerzas rusas estaban destruyendo edificios residenciales allí, dijo Gaidai.
Reuters no pudo verificar de forma independiente la situación sobre el terreno en ninguna de las dos ciudades.
El embajador de Kiev en Estados Unidos dijo a CNN que los efectivos ucranianos eran ampliamente superados en número en Luhansk y Donetsk, que en conjunto forman el Dombás, una región mayoritariamente de habla rusa.
Pero “como ya vimos en la batalla por Kiev, podemos perder algo temporalmente. Por supuesto, intentamos minimizarlo porque sabemos lo que puede ocurrir (cuando) los rusos controlan territorios, pero lo recuperaremos”, dijo Oksana Markarova.
Gaidai dijo que Rusia controla ahora más del 98% de Luhansk.
“DIOS ME SALVÓ”
Al oeste de Severodonetsk, en Sloviansk, una de las principales ciudades del Dombás en manos ucranianas, mujeres con niños pequeños hacían cola para recoger ayuda el miércoles mientras otros residentes llevaban cubos de agua por la ciudad.
La mayoría de los residentes han huido, pero las autoridades afirman que unos 24.000 permanecen en la ciudad, en el camino de un esperado asalto de las fuerzas rusas que se reagrupan al norte.
Albina Petrovna, de 85 años, describió el momento en que su edificio fue alcanzado por el ataque, que dejó sus ventanas destrozadas y su balcón destruido.
“Me cayeron cristales rotos, pero Dios me salvó, tengo arañazos por todas partes”, dijo.
El ejército ucraniano dijo que cuatro personas murieron durante los bombardeos rusos sobre unas 20 ciudades del Dombás en las últimas 24 horas y que sus efectivos habían matado a 31 soldados rusos. Reuters no pudo verificar inmediatamente las cifras.
En Soledar, Donetsk, los residentes se refugiaron en los sótanos mientras los proyectiles golpeaban la ciudad el miércoles.
“Nos bombardean día y noche. El bombardeo es continuo. Nos quedamos en el sótano casi todo el tiempo. El apartamento está cerca, corremos allí durante el día. Durante la noche nos quedamos aquí”, dijo una residente, que no proporcionó su nombre.
Otra residente, Antonina, de 65 años, sollozaba y preguntaba: “¿Cuándo va a terminar?”
Soledar está a sólo 18 kilómetros de la ciudad de Bajmut, que se encuentra en el inicio de una carretera de suministro crucial para las ciudades de Lisichansk y Severodonetsk.
Ucrania y Occidente acusan a las tropas rusas de atacar a civiles y de cometer crímenes de guerra, acusaciones que Moscú rechaza.
Moscú afirma que está llevando a cabo una “operación militar especial” para desarmar y “desnazificar” a su vecino. Ucrania y sus aliados dicen que Moscú ha lanzado una guerra de agresión no provocada, matando a miles de civiles y arrasando ciudades.
Las cifras de las Naciones Unidas indican que más de 7 millones de personas han cruzado la frontera de Ucrania desde que Rusia la invadió el 24 de febrero.
EL TEMOR POR LOS CEREALES
Ucrania es uno de los mayores exportadores de grano del mundo y los países occidentales acusan a Rusia de crear un riesgo de hambruna mundial al bloquear los puertos ucranianos del mar Negro y el mar de Azov. Moscú dice que las sanciones occidentales son responsables de la escasez de alimentos.
Turquía ha intentado negociar la apertura de los puertos ucranianos del mar Negro. El ministro de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu, recibió el miércoles al ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y dijo que era posible llegar a un acuerdo sobre los puertos con el respaldo de la ONU si se mantenían las conversaciones.
Lavrov dijo que los puertos ucranianos podrían abrirse, pero que Ucrania tendría que desminarlos primero. Ucrania desestimó las garantías de Rusia como “palabras vacías” y dijo que los ataques rusos a las tierras de labranza y a los emplazamientos agrícolas estaban exacerbando la crisis.
Vitaliy Kim, gobernador de la región de Mikolaiv, donde los bombardeos rusos destruyeron los almacenes de una de las mayores terminales de productos agrícolas de Ucrania durante el fin de semana, dijo a Reuters que Moscú estaba intentando asustar al mundo para que cumpliera sus condiciones.
El Kremlin citó al presidente ruso, Vladimir Putin, diciendo que las sanciones occidentales deben ser levantadas para que el grano ruso llegue a los mercados.
Zelenski dijo el miércoles en una cumbre de líderes empresariales de la Universidad de Yale por videoconferencia que cree que Rusia no buscará un final diplomático de la guerra, a menos que el mundo apoye a las tropas ucranianas en su lucha.
“Somos un país independiente, justo y normal”, dijo Zelenski, añadiendo sobre los esfuerzos bélicos de sus tropas: “Lo hacemos en nuestra tierra y los hacemos retroceder lentamente. Así es como vamos a seguir avanzando”.
(Información adicional de las redacciones de Reuters; escrito por Rami Ayyub y Michael Perry; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)
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