
El 10 de marzo del 2017, el país fue testigo de uno espeluznante crimen. Una joven de 21 años de nombre Ana Lucía Carranza Chiara, había llevado a cabo uno de los asesinatos más atroces. Contactó a su víctima por Tinder, tuvieron un encuentro casual y sexual y en la segunda cita, ella lo asesinó.
Luis Sergio Ramírez Santos de 19 años vivió sus últimos minutos de una manera bastante cruel. Fueron seis horas enteras de agonía los que vivió Ramírez, hecho que la ‘asesina de Tinder’ narró con extrema frialdad a la Policía Nacional del Perú (PNP). Su caso conmocionó al país entero.
La primera cita
Ramírez y Carranza se conocieron en Tinder. Conversaron por algún tiempo y finalmente, decidieron conocerse cara a cara. El punto de encuentro fue en Jockey Plaza.
La joven le pidió a Luis Sergio, dos años menor que ella, que la acompañara a su casa en San Juan de Lurigancho. Fueron al distrito y vivieron un encuentro íntimo. Posterior a ello, no se vieron más hasta después de un año.

Esta fue la sentencia de muerte para Ramírez Santos por parte de Carranza Chiara. Ella quería una relación formal, pero el joven no. Lo extraño es que la mujer ya contaba con una relación con Aníbal Augusto Chalco a quien también conoció en Tinder.
El inicio del final
“Yo acá (pecho de la víctima) piso muy fuerte y se escuchó un estruendo. Luego me subo y pongo mis dos pies ahí y ya la cuerda estaba entrelazada ahí […] Comienzo a jalar”, narró la ‘Asesina de Tinder’ como parte de su declaración.
La segunda cita, había sido coordinada de la siguiente manera. El joven estudiante iría a San Juan de Lurigancho para encontrarse con la joven, pasarían un momento juntos y finalmente, cada uno seguiría su camino.
Lo que la víctima no sabía es que la mujer lo esperaría con su nueva pareja y ese sería el último día con vida para él. Sergio Ramírez tomó el tren eléctrico y partió rumbo a su destino final.
“La compra fue en el mercado San Hilarión con el joven Aníbal Chalco. Él se metió dentro del costal y quiso hacer la prueba. Quería saber si él podía entrar en el costal y se metió adentro”, dijo Horacio Carranza, hermano de la asesina.

Todo había sido calculado, el novio y a su vez confeso asesino también, contó que compró embalaje, guantes e implementos para sostener el cabello. La compra la hizo un día antes del macabro crimen.
Ana, recogió a Luis Sergio de la estación ‘Los jardines’ del tren eléctrico y fueron a su casa.
La tortura por una cita de Tinder
Al ingresar al cuarto, la tortura inició. La víctima vio a Anibal con una espada y este lo golpeó con ella, Sergio cayó, corrió y se tiró al piso. Comenzó a desangrarse y comenzaron a torturarlo.
“Cuando Luis se estaba desangrando ahí, yo lo torturé […] Yo le saqué la sangre y en ese pote fui drenando (la sangre). Se coaguló. Parecía gelatina. Yo con mis manos la fui disolviendo. Fueron como cuatro de esos que boté”, fueron las palabras de Aníbal Augusto Chalco, cómplice en el delito.
Para la policía este hecho fue bastante raro porque la víctima en el transcurso de la tortura no puso resistencia.
“Acá lo raro es que no ha habido defensa de la víctima, el joven Ramírez. Él se chorrea en la pared y comienza a sangrar y no hace nada para defenderse”, mencionó en su momento el general Miguel Ángel Núñez, quien era jefe de la Dirincri.
De acuerdo a la declaración de la ‘Asesina de Tinder’, la víctima manifestaba que quería morir.

“Entonces, con una tijera abrí el torniquete y ahí él dijo que quería morir desangrado, que se sentía muy rico. Así decía […] Quería que le saquemos toda la sangre […] Él decía no, no voy a morir de esta forma. Falta bastante decía”, decía la ‘Asesina de Tinder’.
“Ya luego se estaba riendo y decía muchas incoherencias. Le daba igual todo. Decía que le hubiese gustado morirse”, relataba la mujer
A las 15:30 horas aproximadamente, el joven pedía a gritos poder morir desangrado, pues de acuerdo a la asesina, él confesó haber intentado acabar con su vida mucho antes.
“Luego le dijimos, ¿te asfixiamos? Ya. Ya da igual. (Él) quería que lo maten”, relató Carranza.
Para que él fallezca, la ‘Asesina de Tinder’ tuvo que estrujar parte de su torso superior, poner música, ahorcarlo con una cuerda y finalmente, el estudiante de 19 años, falleció.

Una vez que el cuerpo estaba inerte, la joven de San Juan de Lurigancho comenzó a embalar las piernas, cubrió todo el cuerpo con bolsas, trapos y frazadas para no levantar sospechas.
“Lo habíamos rellenado (las bolsas) para que no parezca que era una persona […] Lo pinté con spray y luego lo metí en la bolsa. Primero lo paré”, confesó Anibal Chalco.
Llevaron el cuerpo en un taxi, e iniciaron con la extorsión a los padres y familiares del fallecido Luis Sergio. Pidieron S/20.000 y consiguieron S/1.500.
Finalmente fueron atrapados por la policía. Hoy ambos asesinos cumplen condena en la cárcel.

Sobre Ana Lucía Carranza, se supo que en el 2018, intentó darse a la fuga del penal Santa Mónica junto con ‘La Gata’, otra peligrosa mujer. Tras el intento fallido, ambas fueron trasladadas al penal Concepción de Junín, una cárcel de máxima seguridad, ubicada sobre los 3.283 m.s.n.m.
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