(Enviado especial) La tercera jornada del segundo juicio que debate las circunstancias de la muerte de Lucía Pérez Montero (16) y la presunta responsabilidad como asesinos y abusadores de Matías Farías y Juan Pablo Offidani será clave para avanzar sobre la verdad del caso. ¿Por qué? Porque este jueves los jueces del Tribunal Oral 2 de Mar del Plata y las partes intervinientes escucharán las declaraciones testimoniales de los peritos forenses que trabajaron en la autopsia del cuerpo de la víctima.
En casos como el de Lucía, se dice que el cuerpo de la persona “habla”. Al menos cinco médicos van a explicar entonces qué pudieron leer en el cadáver de Lucía. La audiencia se enfocará en temas sensibles de la intimidad física de Pérez y las circunstancias en las que se la encontró al momento de la autopsia. Se proyectarán fotos forenses y se darán detalles escabrosos.
Por esa razón, el Tribunal decidió con acuerdo de las partes que la audiencia sea “cerrada”, es decir que no puedan observarla -como sí ocurrió hasta ahora- familiares de la víctima (excepto los padres de Lucía), periodistas y los amicus curiae. La sala del segundo piso desde donde se transmite por circuito cerrado el debate (dado que la sala principal es absurdamente pequeña) para este grupo de personas estará clausurada este jueves.
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Según las pericias, el consumo de cocaína en la casa de Farías esa mañana del sábado 8 de octubre de 2016 le causó a Lucía un edema y congestión pulmonar como mecanismo de muerte, “siendo altamente probable secundario a una intoxicación por cocaína”.
Está probado que Pérez tuvo relaciones sexuales con Farías antes de morir. Las heridas que presentaba la víctima, según los médicos que analizaron las pruebas, son de carácter vital.
Para la fiscal María Isabel Sánchez, que investigó durante la instrucción, “la falta de consentimiento de la víctima para mantener relaciones sexuales, está dada principalmente porque, a partir del consumo de sustancias estupefacientes provistas por su agresor sexual, ésta no pudo consentir libremente la acción”.
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Se presume que Lucía dejó de respirar por la intoxicación por cocaína (por una arritmia, infarto o paro respiratorio) o un mecanismo inhibitorio, “vasovagal por bradicardía tóxica”.
En la autopsia incorporada al expediente hubo disidencias entre tres médicos, Carrizo, Chiodetti y Bonvicini por un lado, y Cabrera, Tinto y Villoldo, por el otro. Los primeros dos decidieron no participar del debate de mañana como testigos. El resto se espera que lo haga. La diferencia tuvo que ver con si las heridas internas halladas pueden demostrar que la actividad sexual no fue consentida.
Carrizo fue quien por determinadas características del cuerpo interpretó que Lucía había sido empalada y eso comunicó luego, erróneamente, la fiscal Sánchez.
Este jueves se debatirá efectivamente si puede descartarse que el reflejo vaso vagal que terminó con la vida de Lucía en combinación con la intoxicación por cocaína pudo ser producto de violencia sexual. La Junta Médica analizó en su momento que “puede mediar algún otro mecanismo de sometimiento o sujeción, sin perjuicio de que la voluntariedad o consentimiento es una valoración subjetiva”.
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El miércoles testificó el médico que la atendió en la sala de atención primaria del barrio Playa Serena. Pablo De la Colina declaró que él no encontró signos de violencia ni heridas en su cuerpo. Aunque aclaró que no hizo una “revisación (sic) profunda”, y que no miró la zona genital de Pérez porque no le correspondía. Además, dijo que la menor estaba vestida normalmente.
“Que Lucía había sido empalada lo escuché en los medios de comunicación. Eso no coincidía con lo que yo había visto”, dijo De la Colina ante la pregunta de María Laura Solari, defensora oficial de Farías. Entonces el fiscal Leandro Arévalo y Verónica Heredia, una de las abogadas de la familia Pérez Montero, le repreguntaron cómo podía saber (que no había sido empalada) si no había revisado la zona genital.
De la Colina balbuceó una respuesta inconexa, quizás afectado por lo escabroso del tema, y terminó explicando -no sin dificultad- qué es para él un empalamiento: “Un objeto contundente que se mete en la vagina o en el ano, y que se usaba para la tortura”.
Luego de esta audiencia, el juicio continuará la semana próxima, porque el viernes es feriado en Mar del Plata. Se esperan dos audiencias más con testigos propuestos por la acusación y luego una jornada (posiblemente el 15 de febrero) con testigos propuestos por la defensa. La semana siguiente será el turno de los alegatos y se espera que antes del 1 de marzo se conozca el veredicto.
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