Desde mediados de 2014, el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), a fuerza de terror, sangre y amenazas, puso de rodillas la estabilidad, no sólo de Medio Oriente, sino del mundo entero. Atentados, ataques suicidas, decapitaciones, son algunas de las aberraciones a las que nos acostumbró el grupo terrorista.
Casi en un abrir y cerrar de ojos, ISIS logró esparcir su poderío territorial, controlando buena parte de las regiones de Siria e Irak. Hoy, tres años después, la situación está revirtiendo. Ante el asedio de la alianza anti-yihadista, encabezada por Estados Unidos, sumado a las ofensivas en conjunto entre el régimen sirio de Bashar al Assad y Rusia, y a las operaciones de las fuerzas iraquíes, el Estado Islámico quedó sumamente diezmado territorialmente.
Sin embargo, sería un error pensar que se terminó la amenaza de la organización encabezada por Abu Bakr al Baghdadi. Para contrarrestar esa pérdida de poder y territorio, extendió su influencia a otros países como Yemen, Nigeria, Somalia, Malí, Libia y Filipinas, entre otros. Además, ha aumentado los llamados a sus lobos solitarios para atacar a Occidente en sus principales ciudades.
Estos, y muchos otros factores que componen a este complejo grupo terrorista los explica el prestigioso periodista español José Levy, corresponsal jefe de CNN en Español, en su reciente libro “Terror. Alerta ISIS”.
En su paso por Buenos Aires para la presentación de su trabajo, Levy, quien se ha destacado en su extensa carrera principalmente por sus coberturas de los diferentes conflictos en Medio Oriente, estuvo con Infobae para explicar “el fenómeno ISIS” y sus consecuencias.
– “Terror. Alerta ISIS” es un libro que hace un análisis de la compleja estructura que hay detrás del grupo terrorista, y de cómo manipula a la religión para justificar sus atrocidades. ¿Cuál es el mensaje que intenta dar con el libro?
– Es un libro que he escrito el último año, en el cual intento explicar de qué se trata, qué es el fenómeno ISIS, lo que significa el hecho de que esta organización intenta de alguna manera apropiarse del Islam, apropiarse de una religión que sus seguidores, en su gran mayoría, juran que es una religión de paz, una religión de concordia, es una religión que quiere acercar a los seres humanos. Aquí estamos hablando de un desafío enorme al que se enfrenta la humanidad en el futuro, que es qué va a ocurrir con la religión. La religión se va a transformar en una base de unión entre los seres humanos o se va a transformar alternativamente en algo que puede ser destructivo. Entonces aquí tenemos que destacar, precisamente, esos aspectos de que, por un lado, ISIS no representa lo que es el Islam y por otro lado, que es necesario crear mecanismos que impidan que ISIS pueda llevar a fenómenos de división, de sangre, ya sea con armas convencionales, desde lo que es un arma automática o una bomba, o inclusive un camión (muchas veces ISIS utiliza vehículos para arrollar personas), hasta por ejemplo armas no convencionales que puedan cambiar nuestro mundo. Entonces se trata de desafíos que hay que afrontar y es lo que intento explicar en este libro. Que el público pueda entender fenómenos aberrantes como mercadillos de esclavas sexuales, a veces incluso de niñitas de 10 u 11 años que han sido desgarradas de sus familias, y se encuentran como si fueran animales en un mercado en el que hay subastas para ver quién da más por esas niñitas. Otras realidades aberrantes como pueden ser niños suicidas (“cachorros del Califato”), que son a veces niñitos de 8, 9 o 10 años, que reciben educación para transformarse en suicidas que mueren matando. Entonces todo esto son situaciones que en pleno siglo XXI vienen estos salvajes y con decapitaciones, con el horror, nos devuelven a la Edad Media, y este es uno de los grandes desafíos que tiene ahora mismo la humanidad.
– Si tomamos desde mediados de 2014, el momento de mayor auge de ISIS, hasta el día de la fecha, y analizamos cada ataque y cómo se fue construyendo este grupo terrorista, vemos que el Estado Islámico rompió un poco el paradigma de otras organizaciones extremistas. ¿Cómo definiría usted a ISIS, y en qué se diferencia principalmente a otros grupos?
– Hace unos años, Estados Unidos mató en Pakistán a Osama bin Laden. Entonces era considerado el terrorista más buscado del mundo, el líder máximo de Al Qaeda. Estados Unidos lo mató, ¿y qué es lo que ocurrió? Al Qaeda se quedó con un vacío de liderazgo y entonces lo que sucedió fue que paulatinamente Abu Bakr al Baghdadi, quien era y es otro líder carismático, fue haciendo con las simpatías de estos individuos de ideologías extremas, que antes quizás se identificaban con Al Qaeda pero ofrecía una alternativa; una alternativa que, por un lado, era territorial. Si Al Qaeda se había opuesto a tener el control de territorios enteros, vino ISIS y llegó a hacerse con el control de hasta 200.000 kilómetros cuadrados, estamos hablando de un territorio diez veces superior al del Líbano por ejemplo. Territorios inmensos con ocho millones de personas bajo su control. Ahora lo que estamos viendo es que la comunidad internacional de alguna manera piensa que la mejor manera de combatir a este Estado Islámico es destruirlo militarmente. ¿Pero qué es lo que sucede? Aquí estamos hablando de que efectivamente se lo está destruyendo militarmente en Irak, en Siria, pero existen todavía varios fenómenos preocupantes. Resulta que el Estado Islámico, durante estos años, se ha ido haciendo con el control de medios de comunicación, de afiliados en decenas de países del mundo como Yemen, Afganistán, Filipinas, Nigeria, Somalia, Malí, Libia… son muchos países donde existe esta presencia. Zonas enteras que están bajo el control de estas ideologías. Y también otro aspecto que hay que destacar: igual que cuando se terminó con la vida de Osama bin Laden, no se terminó ese fenómeno terrorista, ahora también hay que ver cómo poder mirar al futuro y terminar, no ya, con esa presencia geográfica, en Irak y Siria, que es importante también, pero no es el aspecto fundamental. Hay que terminar con esa ideología aberrante, y este es uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta la humanidad.
– Usted en el libro hace referencia al concepto de “terrorismo cultural”. ¿Se puede considerar que ISIS llegó para instalar una nueva cultura terrorista?
– Ellos lo que dicen es que existe la necesidad de llegar a una “yihad”, que ellos lo interpretan literalmente como una guerra santa, de sangre, de muertes… Tienen inclusive distintas bases ideológicas a esa ideologías de muerte y de sangre. Con ella intentan imponer ese fanatismo a esos individuos que existen en distintos lugares del mundo, y entonces, a través de esa ideología, poder llegar a esos seguidores. Entonces vemos que, efectivamente, es una amenaza. Existe ahora mismo una asignatura pendiente de ver cómo se puede combatir algo así. Sobre todo cuando estamos hablando, por ejemplo, de una realidad en el siglo XXI muy específica. Tenemos las redes sociales. Es verdad que tiene unas ventajas increíbles, pero también tiene inconvenientes, presentan desafíos, hay dificultades. Porque, ¿qué es lo que resulta? ISIS consiguió utilizar las redes sociales para transmitir sus mensajes de odio, sus ideologías para transmitir imágenes de decapitaciones, para poder llamar a sus lobos solitarios, así llamado a personas que quizás no tienen ningún tipo de relación directa con el liderazgo de ISIS, pero al recibir estos mensajes de su organización, ellos deciden actuar, y lo han hecho en muchas ocasiones en el pasado. La mayoría de los atentados en Occidente han sido llevados a cabo por lobos solitarios. Esto representa un desafío para Twitter, Facebook, Instagram, YouTube… y están realmente intentando ver cómo se pueden bloquear estos mensajes. Pero cuando se habla de decenas de miles de cuentas que transmiten esas ideologías, entonces el desafío también en este aspecto es fundamental.
– De la misma forma que los atentados del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas marcaron un antes y un después en la historia moderna, ¿ISIS también marcó un antes y un después en la lucha contra el terrorismo? ¿Y en qué estado se encuentra Occidente frente a este desafío?
– Estamos hablando de que las tres principales diferencias entre Al Qaeda e ISIS serían que, por un lado, Al Qaeda se opone a tener el control de territorios como el que fue autoproclamado Estado Islámico, que tiene una fuerte presencia en decena de países. Al Qaeda se oponía a algo así. Su líder, Osama bin Laden, hasta que lo mataron los Estados Unidos, decía que no era conveniente tener el control de personas, de hospitales, de lo que es el bienestar social, que eso iba a actuar como un boomerang en detrimento de su capacidad de conseguir nuevos seguidores. Pero ISIS hizo al revés y consiguió muchos más seguidores. Otro aspecto es que Al Qaeda intenta impedir matar a musulmanes sunitas, para ellos los erejes son los cristianos, los judíos, los yazidíes, los no musulmanes, o los musulmanes chiitas. En el momento en que ISIS declaró la existencia de un Califato, encabezado por Abu Bakr al Baghdadi, desde un punto de vista teológico les implicaba a ellos que todo aquel que no aceptaba a Al Baghdadi como califa entonces es un hereje y merece la muerte. Hemos visto con ISIS que ha realizado una campaña terrorista terrible, especialmente contra los musulmanes. Como dijo Donald Trump, el 95% de las víctimas de ISIS son musulmanas. Esto es un aspecto que muchos desconocen. Hace unos días, en una mezquita de Egipto, 305 muertos. Han realizado inclusive la tumba del profeta en Medina, Arabia Saudita, el segundo lugar más sagrado del Islam en la tierra. También realizaron ahí un atentado con víctimas mortales. Entonces aquí vemos una ideología que prácticamente no tiene fronteras. Todo puede ser considerado enemigo, también inclusive los musulmanes sunitas. Y también, otra gran diferencia con Al Qaeda, es el uso de las redes sociales: ISIS lo puso como parte fundamental de su manera de conseguir adeptos, mientras que Al Qaeda desde un principio no se había dado cuenta del potencial de algo así. Ahora vemos que el hijo de Osama bin Laden intenta que Al Qaeda también utilice estas redes sociales.
– Una de las principales armas que tiene el Estado Islámico son los lobos solitarios, quienes cobraron mayor importancia para ISIS desde la pérdida de poder y territorio en Medio Oriente. Usted en el libro explica esto, y utiliza una frase para describirlos: “Pocos, pero peligrosos”. ¿Este es el mayor desafío de Occidente?
– Existe el desafío de aquellas personas que estuvieron en Siria, en Irak, dentro del autoproclamado Estado Islámico. Una gran parte de ellas murió, pero hay quienes regresan a sus países de origen y entonces ellos representan una amenaza fehaciente, y aparte hay decenas de países en el mundo donde existen todavía áreas enteras que están bajo el control de este tipo de ideología identificada con ISIS. Entonces todas estas personas representan amenazas, y vemos que pueden ser también lobos solitarios que actúan inclusive sin haber estado en las zonas del Estado Islámico, sino que a través de las redes sociales han recibido lo que es esta ideología. Se identifican con los mensajes de estas organizaciones y deciden actuar. Entonces esto es un desafío que hay que combatir de raíz, es fundamental hacer esto a nivel educativo, a nivel social, y llegar no solamente a la destrucción militar de ISIS en Siria o en Irak, sino el poder combatir de una manera efectiva, conjunta, por parte de la humanidad lo que es este fenómeno. El fenómeno de esta ideología destructiva. Por ejemplo tenemos en el mundo millones de niños que simplemente no tienen escuelas, y entonces son niños que se convierten en presas fáciles de estas organizaciones terroristas, y esto es algo que hay que solventar. No puede ser que en el mundo de ahora millones de niños estén sin educación y puedan ser lavados sus cerebros por estos extremistas.
– Usted resaltaba anteriormente el importante uso de las redes sociales que realiza ISIS. ¿Hay un perfil particular en cuanto a la personalidad de sus seguidores que los yihadistas buscan para convertirlos en sus lobos solitarios?
Mi impresión es que, en gran parte, los que son lobos solitarios, los que deciden integrar ISIS, estamos hablando de personas con dificultades de integrarse en las sociedades en las que ellos viven. Entonces encuentran en ISIS ese liderazgo absoluto que pretende dominar el mundo, que según les dicen va a mejorar el mundo, encuentran una especie de refugio en el cual se identifican. Hay muchos que por ejemplo, quizás, están atraídos por las promesas que reciben de ISIS, del liderazgo religioso de ISIS. Una de ellas que destacto prácticamente al comienzo del libro es la promesa de que si realizan atentados, si mueren matando como suicidas, van a recibir en el mundo venidero a 72 vírgenes. Y esta es una de las promesas que muchos de ellos creen real. Ellos piensan, según les cuentan sus líderes, que mientras están en el coche bomba dirigiéndose para realizar un atentado, en el asiento del conductor se encuentra la más bella de esas vírgenes. Les dicen que todavía no la pueden ver ni escuchar, pero que en el momento en que aprieten el botón estarán con ella. Estas ideologías nos pueden parecer a nosotros absurdas, aberrantes, terribles, pero es una ideología que logra tener sus adeptos también.
– El hecho de que el Estado Islámico haya perdido tanto poder y territorio en Medio Oriente, principalmente en Irak y Siria, ¿es una buena o mala noticia para Europa y Estados Unidos?
Efectivamente hay dos aspectos: hay buenas noticias y malas noticias. Estamos viendo cómo esa presencia territorial está prácticamente finalizando, al menos en lo que es Siria e Irak. Eso puede ser una buena noticia porque hemos visto que algunos de los atentados que se han realizado en Occidente en el pasado cercano fueron planeados desde las zonas controladas por este autoproclamado Estado Islámico. Pero hay muchos, una decena de países en el mundo, donde hay grupos de ideologías similares, y tenemos también, en el caso concreto de Siria e Irak, al ser destruida la presencia del Estado Islámico, muchos de ellos intentan regresar a sus países de origen y tienen pasaporte de esos países. Eso significa una amenaza. Entonces vemos que hay dos aspectos (uno positivo y uno negativo) sobre el fin de esa presencia militar, cuando el objetivo tiene que ser ver caminos para intentar finalizar con esa ideología.
– Por último, aunque el foco de amenaza de ISIS está concentrado en Medio Oriente, Europa, Estados Unidos, y parte de África, ¿América Latina también tiene que estar alerta ante posibles fanáticos proclives a radicalizarse?
Yo veo que uno de los aspectos fundamentales es que no solamente estamos hablando de una amenaza para el Medio Oriente. Es verdad que el 95% de las víctimas de ISIS son musulmanas, pero junto a esto vemos que hay atentados en muchos lugares de Europa, en Estados Unidos… es también una amenaza para América. Según decía Luis Almagro, el secretario general de la OEA, quien es también el responsable del Departamento de lucha contra el terrorismo de la OEA, él advirtió que también podría haber atentados en el continente americano, en Latinoamérica. Hay decenas de jóvenes que estuvieron en las zonas del Estado Islámico y pueden regresar a sus países y representar una amenaza. Lo vimos en Buenos Aires, aunque todavía no estaba ISIS, en los años 90, con los atentados contra la embajada de Israel y el edificio de la mutual judía de la AMIA. Según la justicia argentina, que todavía no encontró a los responsables, se verificó la posibilidad de que fueran Hezbollah e Irán los que estuvieran detrás de esos atentados. Entonces vemos esa globalización del terror. Esto es algo que hay que tener muy en cuenta también cuando hablamos de ISIS: que se trata de fenómenos que pueden afectar prácticamente a todo el planeta. La ideología fundamental de ISIS es dominar el mundo, y eso incluye a todos.
FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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