Jhovany Ramírez se ha convertido en uno de los mejores imitadores de Colombia y gracias a la variedad de sus personajes es una de las caras visibles del humor colombiano de los últimos años. Por eso, ha tenido la oportunidad de subirse a una incontable cantidad de escenarios que le han dejado anécdotas, algunas divertidas y otras no, pero que lo han formado como artista.
Una de esas anécdotas, aunque en su momento no fue divertida, tiene que ver con su imitación del cantante vallenato Silvestre Dangond, personaje con el que había decidido montar un show.
El secreto de su exitosa puesta en escena era que Jhovanoty se aprendió las canciones tal cual como Dagond las interpretaba en vivo en las parrandas a donde era invitado, una idea que le sirvió al humorista para cobrar una tarifa por cada presentación, pues tenía la habilidad de imitar tanto los movimientos como la voz del músico para dar los saludos a las ciudades que era invitado.
Lo que el imitador nunca se imaginó era que su insumo para el show se dañaría en plena presentación, por lo que quedó en evidencia que no cantaba de verdad, sino que hacía mímica, pues la verdadera voz estaba en un disco que en el momento menos esperado se rayó, lo que provocó que Jhovanoty pasara la pena de reconocer que no estaba cantando en vivo.
Jhovanoty confesó la divertida anécdota en una entrevista para ‘The Juanpis Live Show’, conducido por Alejandro Riaño, en donde el humorista explicó las razones que lo llevaron a montar el show.
“Resulta que yo me aprendí las canciones de Silvestre Dangond en parranda, pero yo me las aprendía y yo hacía mímica, entonces yo cuando iba a los pueblos decía aquí llegó Silvestrico y yo contrataba músicos y les pagaba”.
Una de las ideas que tuvo Jhovanoty fue dejar su trabajo como animador para incursionar en el canto, el problema era que no tenía voz para hacerlo, por lo que decidió aprenderse las canciones y cantarlas con la ayuda de un disco.
“Yo animaba en discotecas y yo me di cuenta que los mariachis que llegaban a la discoteca donde yo animaba, yo me gana 70 mil pesos y los mariachis llegaban y se ganaban 500 mil pesos por el toque en la noche y yo dije, pues yo no soy huevón, lo que tengo que ser es mariachi. Entonces, como yo no cantaba me inventé este show de Silvestrico”.
Con el fin incursionar en la música, Jhovanoty desarrolló una estrategia que consistía en utilizar canciones grabadas de presentaciones en vivo de Silvestre para editarlas y poder usarlas en sus propios conciertos.
“Me aprendí las canciones en parranda y cuando llegaba, supuestamente a cantar, lo que hacía era poner un CD de las canciones de Silvestre en parranda y la gente pensaba que de verdad yo estaba cantando porque no era la canción que sonaba en la emisora”.

El problema fue que la idea funcionó bien hasta que el disco se rayó, por lo que no tuvo más que aceptar que su show no iba a funcionar en esa oportunidad, “hasta que un día, yo estaba cantando, yo hacía toda la parafernalia, yo era feliz como Silvestre, marica cuando se raya el CD, yo quedé tan, tan, tan”.
Pero, esa no fue la peor experiencia que tuvo que vivir Jhovanoty mientras trabajaba como imitador de Silvestre Dangond, pues en una oportunidad en Ocaña, Norte de Santander, una de las ciudades en las que más se escucha vallenato, vivió un mal momento con un borracho.
“Se sube un borracho y me abraza pa’ tomarse una selfie, bendito sea Dios estaba bien borracho ese man, se acabó la pista y era un momento en el que yo hablaba y yo, si quiere decirle algo al público de Ocaña, y el man: ‘este hijueputa no canta’”.
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