Israel anuncia la muerte de un "comandante" de Hamás que lideró el 7 de octubre el ataque en Netiv Ha'asara

El Ejército de Israel ha asegurado este martes haber matado a un alto cargo de las fuerzas especiales del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) que estuvo al frente del asalto contra Netiv Ha’asara durante los ataques perpetrados el 7 de octubre por el grupo islamista y otras facciones palestinas.

Así, ha detallado que el hombre, identificado como Ahmed Fauzi Naser Muhamad Uadiya, comandante de una compañía de la fuerza Nujba, figura entre los ocho muertos en un bombardeo perpetrado contra “un complejo usado por terroristas de Hamás” cerca del Hospital Al Ahli, situado en la ciudad de Gaza, en el norte de la Franja.

“En el ataque murieron ocho terroristas de Hamás del Batallón Darj Tufá, incluido Ahmed Fauzi Naser Muhamad Uadiya”, ha dicho en un comunicado publicado en su página web, en el que ha recalcado que el hombre “atacó Netiv Ha’asara usando un parapente y encabezó la masacre en la localidad”.

En este sentido, ha especificado que Uadiya “es el terrorista que se bebió una Coca-Cola dentro de la casa de la familia Taasa, frente al hijo del fallecido Gil Taasa, después de que su padre fuera asesinado por los terroristas”.

Taasa, de 46 años, era un bombero que se enfrentó a los asaltantes, según relató su hijo Koren a la emisora pública israelí, Kan. En la misma, dijo que los asaltantes lanzaron una granada al refugio y que su padre cubrió el explosivo con su cuerpo, tras lo que uno de ellos se bebió un refresco del frigorífico tras comprobar que el hombre estaba muerto.

Por último, el Ejército israelí ha recalcado que “el ataque fue llevado a cabo en las afueras del hospital”. “Antes del mismo se dieron pasos para reducir las posibilidades de dañar a civiles, incluido el uso de armamento adaptado para el tipo de ataque y la recopilación de información de Inteligencia adicional”, ha zanjado.

El Ejército de Israel lanzó una ofensiva contra Gaza tras los citados ataques del 7 de octubre, que se saldaron con unos 1.200 muertos y cerca de 250 secuestrados. La ofensiva deja hasta la fecha cerca de 40.800 palestinos muertos, según las autoridades gazatíes, controladas por Hamás, una cifra a la que se suman más de 660 muertos en Cisjordania y Jerusalén Este a manos de las fuerzas israelíes o colonos.