Una zona intangible del Parque Nacional Nahuel Huapi, a pocos kilómetros de Bariloche, es arrasada por un voraz incendio forestal que avanza sin control y amenaza con parajes rurales cuyos pobladores fueron evacuados.
Los tres focos que originaron el siniestro fueron provocados por una inusual tormenta eléctrica que se registró a principios de mes y desde entonces las llamas avanzan sin freno hacia los cuatro puntos cardinales, según los cambios del viento.
Un helicóptero, un avión anfibio y otro hidrante del Sistema Nacional de Manejo del Fuego combaten las llamas desde el aire, mientras que medio centenar de brigadistas lo hace en el terreno.
Las altas temperaturas que se registran desde hace dos semanas y la sequía son dos de los factores que alientan el avance de los focos ígneos.
El biólogo Sergio Federovisky, a cargo del viceministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, aseguró que la situación “es muy compleja”.
Pobladores de los sectores afectados y agrupaciones mapuches criticaron a Nación por la “falta de recursos” para combatir el incendio y responsabilizaron al titular de la cartera nacional, Juan Cabandié por la ausencia de una “decisión política” para hacer frente al siniestro.
Señalaron que “la realidad que se vive en la zona es muy alarmante, no se pierde simplemente un bosque, la biodiversidad que contienen estos bosques es parte de nuestras vidas, de lo que nos da identidad, alimenta y nos da hogar. Hoy cientos de hectáreas están bajo las cenizas y con ellas las proyecciones y desarrollo sostenible de muchas familias, incluyendo las del mismo Estado”.
Reclamaron más recursos económicos porque “no alcanza” el equipamiento y personal que se destinó a la zona para combatir este incendio que ya superó las dos semanas activo.
No obstante, el funcionario aseguró que “son críticas ligeras que se sustentan en el desconocimiento y falta de profesionalismo”.
“La cantidad de medios aéreos a disposición es récord y fueron destinados antes del inicio de los incendios, porque somos conscientes del riesgo latente que existe producto de la sequía” dijo, aunque aclaró que “los aviones y helicópteros son sólo un complemento”.
En ese sentido comparó la situación actual con los incendios que se registran en Estados Unidos y Canadá: “si se tratase sólo de medios aéreos, allí no habría incendios, pero hay otros factores atendibles como la prevención, y desde el Ministerio iniciamos una política de prevención activa que vamos a sostener a lo largo de los años”.
Además de los combatientes que dependen del Sistema Nacional de Manejo del Fuego, la provincia de Río Negro puso a disposición personal del Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales (SPLIF) que focaliza su tarea en la custodia de las poblaciones linderas.
Orlando Báez, titular de ese organismo en la zona cordillerana, detalló que “el organismo provincial se enfoca en la protección de las poblaciones que se ven amenazadas por el fuego, trabajando a la par de los lugareños, humedeciendo espacios donde podrían llegar las llamas y protegiendo el ganado”.
Fuego en Neuquén
Los medios aéreos destinados a combatir los incendios en la Patagonia se reparten entre los siniestros de Río Negro y Neuquén.
En la provincia petrolera, las llamas arrasaron 600 hectáreas de bosque nativo en la localidad de Aluminé, donde el voraz avance de los focos destruyó incluso maquinaria dispuesta para esa lucha.
Autoridades provinciales mencionaron que hay tres focos activos. Un centenar de brigadistas trabaja desde el domingo en la zona y se prevé el arribo de otros 50 hombres provenientes de Córdoba y San Luis para sumarse a los combatientes de la provincia.
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