Igual que los humanos, los chimpancés practican la guerra táctica para dominar su territorio

El equipo descubrió que los chimpancés tenían más del doble de probabilidades de escalar colinas cuando se dirigían hacia esta frontera en disputa que cuando viajaban hacia el corazón de su propio territorio
El equipo descubrió que los chimpancés tenían más del doble de probabilidades de escalar colinas cuando se dirigían hacia esta frontera en disputa que cuando viajaban hacia el corazón de su propio territorio

La competencia entre grupos en especies sociales territoriales genera costos para los individuos, como la pérdida de oportunidades de alimentación y reproducción, un mayor riesgo de lesiones y muerte. Desde una perspectiva evolutiva, se esperan adaptaciones que reduzcan estos costos y aumenten la competitividad.

Estas adaptaciones pueden tomar la forma de tácticas territoriales, minimizando el riesgo impuesto por los rivales y expresado a través de comportamientos flexibles adaptativos frente a la competencia intergrupal. En la guerra premoderna que involucra conflictos de grupos a pequeña escala, los humanos tomaban decisiones colectivas para adoptar tácticas de reducción de riesgos.

Las tácticas para participar en un conflicto a bajo costo pueden verse facilitadas por una evaluación numérica temprana de los grupos propios y de los vecinos. Tomar decisiones coordinadas para reducir los riesgos implica exigir habilidades cognitivas y la capacidad de ajustar el comportamiento en función del conocimiento disponible. Por lo tanto, se plantea la hipótesis de que la guerra es un factor determinante del tamaño del cerebro y la cognición.

Con un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge, tal como indica el paper publicado en PLOS Biology, ha podido confirmar que los chimpancés utilizan terrenos elevados para realizar reconocimientos sobre grupos rivales, a menudo antes de realizar incursiones en territorio enemigo en momentos en que el riesgo de confrontación es reducido.

Los chimpancés usan puntos elevados como táctica de guerra
Los chimpancés usan puntos elevados como táctica de guerra
(UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE/)

El uso táctico de terreno elevado en situaciones de guerra se consideraba exclusivo de los humanos hasta ahora. Por primera vez se ha observado una de las estrategias militares más antiguas en parientes evolutivos cercanos. El estudio demandó tres años e incluyó a dos grupos de chimpancés vecinos en los bosques de Costa de Marfil, en África occidental, donde se rastreó a los primates mientras atravesaban sus respectivos territorios, incluida una zona fronteriza superpuesta donde ocasionalmente se producían escaramuzas.

El equipo descubrió que los chimpancés tenían más del doble de probabilidades de escalar colinas cuando se dirigían hacia esta frontera en disputa que cuando viajaban hacia el corazón de su propio territorio. Mientras estaban en la cima de la frontera, los chimpancés eran más propensos a abstenerse de comer o buscar comida ruidosamente y pasaban tiempo descansando tranquilamente, lo que les permitía escuchar sonidos distantes de grupos rivales, informaron los investigadores.

Cuanto más lejos esté la ubicación de los chimpancés hostiles, mayor será la probabilidad de que avancen hacia territorio peligroso al descender la colina. Esto sugiere que los que se localizan en terrenos elevados miden la distancia de sus rivales y actúan en consecuencia para realizar incursiones y evitar peleas costosas.

Otras especies de mamíferos, como las suricatas, utilizan terrenos elevados para vigilar a los depredadores o llamar a sus parejas. Sin embargo, esta es la primera evidencia de que un animal distinto de los humanos hace un uso estratégico de la elevación para evaluar los riesgos de un conflicto intergrupal. La guerra táctica se considera un motor de la evolución humana.

Este comportamiento de los chimpancés requiere habilidades cognitivas complejas que les ayuden a defender o ampliar sus territorios, y se vería favorecido por la selección natural. La explotación del paisaje para el control territorial está profundamente arraigada en nuestra historia evolutiva. En este uso de estrategias bélicas por parte de los chimpancés tal vez estemos viendo rastros de la protoguerra a pequeña escala que probablemente existió en las poblaciones prehistóricas de cazadores-recolectores.

La competencia entre grupos en especies sociales territoriales genera costos para los individuos, como la pérdida de oportunidades de alimentación y reproducción
La competencia entre grupos en especies sociales territoriales genera costos para los individuos, como la pérdida de oportunidades de alimentación y reproducción (Sebastian Carrasco/)

El estudio se llevó a cabo en el Proyecto Taï Chimpanzee, donde he trabajado durante el doctorado. Actualmente, el programa está dirigido por el autor principal del estudio, Roman Wittig, del Centro Suizo de Investigaciones Científica (CNRS) de Francia.

Los equipos de investigadores dedican entre 8 y 12 horas al día a seguir a cuatro grupos habituados a la presencia humana. Es uno de los pocos sitios donde se recopilan datos simultáneamente sobre múltiples comunidades de chimpancés salvajes.

Los investigadores del proyecto disponen de rastreadores GPS, a través de los cuales se pudo reproducir mapas de dos territorios de chimpancés fronterizos, incluidos datos de elevación. Estos se compararon con antiguos mapas coloniales franceses para confirmar la topografía.

Cada grupo estaba formado por entre 30 y 40 chimpancés adultos a la vez. El estudio utilizó más de 21.000 horas de registros de seguimiento de un total de 58 animales registrados entre 2013 y 2016. Para establecer y proteger su territorio, “los chimpancés realizan giras periódicas por la periferia, formando una especie de patrulla fronteriza. Las patrullas suelen realizarse en subgrupos que se mantienen cerca y limitan el ruido. Como observador, uno tiene la sensación de que han comenzado las patrullas. Se mueven y se detienen al mismo tiempo, un poco como una cacería.

El tipo de colinas cercanas a la frontera utilizadas para el reconocimiento se conocen como inselbergs: afloramientos rocosos aislados que rompen el dosel del bosque. Los chimpancés regresaban repetidamente a algunos de esos montículos, donde pasaban el tiempo en la cima en un estado más tranquilo.

Este comportamiento de los chimpancés requiere habilidades cognitivas complejas que les ayuden a defender o ampliar sus territorios (Getty Images)
Este comportamiento de los chimpancés requiere habilidades cognitivas complejas que les ayuden a defender o ampliar sus territorios (Getty Images) (URIADNIKOV SERGEI/)

No son tanto puntos de observación como puntos de escucha. Los chimpancés tamborilean sobre los troncos de los árboles y emiten vocalizaciones excitables llamadas jadeos para comunicarse con los miembros del grupo o afirmar su territorio. Estos sonidos se pueden escuchar a más de un kilómetro de distancia, incluso en bosques densos. Puede ser que trepen a las cimas de colinas cerca del borde de su territorio cuando aún no han oído señales de grupos rivales. Descansar tranquilamente sobre una formación rocosa elevada es una condición ideal para la detección auditiva de adversarios distantes.

Los investigadores analizaron los movimientos tácticos en la media hora posterior a una parada de más de cinco minutos en una colina cerca de la frontera, y los compararon con los movimientos después de paradas en zonas fronterizas bajas. Después de un reconocimiento en la cima, la probabilidad de avanzar hacia territorio enemigo aumentó del 40% cuando los rivales estaban a 500 metros de distancia, al 50% cuando los rivales estaban a 1000 m, y al 60% cuando los rivales estaban a 3000 m.

Los chimpancés a menudo amplían su territorio invadiendo y patrullando el de sus vecinos. La recopilación de información en las colinas les ayuda a hacer esto y al mismo tiempo reduce el riesgo de encontrarse con enemigos. La zona fronteriza entre los dos grupos estaba en un estado de cambio. Más territorio puede aumentar el suministro de alimentos y las posibilidades de apareamiento. Un trabajo anterior sugiere que grupos de chimpancés más numerosos viven en territorios más grandes con una presión reducida de los rivales, lo que a su vez aumenta las tasas de natalidad dentro de las comunidades. Ocasionalmente, grupos de dos o tres machos se aventuran profundamente en territorio enemigo, lo que puede llevar a peleas. Los enfrentamientos entre rivales son extremadamente ruidosos. Los animales entran en un frenesí intimidante, gritan, defecan y se agarran los genitales unos a otros.

*Sylvain Lemoine es doctor en Antropología, especialista en biología, del Departamento de Arqueología de la Universidad de Cambridge y uno de los autores principales del estudio.


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