Hugo Porta en Mónaco: "Ganar tiene su valor, pero perder tiene muchas veces más valor"

Una de las máximas leyendas del deporte argentino integra el jurado de la Academia Laureus y, además, preside la Fundación desde Argentina. Hugo Porta, el recordado ex capitán de Los Pumas, arribó a Mónaco para una nueva ceremonia de entrega de los premios Laureus.

La entrega de los premios Laureus en Mónaco

Cada año, el ex rugbier -uno de los mejores apertura de todos los tiempos- se sienta en la mesa de debate de la Fundación Laureus como un miembro más del jurado y elige a los mejores exponentes del deporte mundial. Es el único argentino con acceso directo a la mesa chica de la organización, que nació por iniciativa de Nelson Mandela. Infobae estuvo junto a Porta en Mónaco y lo entrevistó:

—¿Cuál es la importancia de los premios Laureus?

—La ceremonia de los Premios Laureus World Sports es la más prestigiosa del deporte, donde se honra a los deportistas excepcionales y se reconocen los mayores triunfos deportivos del año pasado.

El proceso de votación para designar a los ganadores se divide en dos partes. En primer lugar, un comité de selección formado por los principales redactores, cronistas y presentadores deportivos de todo el mundo selecciona a seis nominados en cinco categorías: mejor deportista masculino internacional del año, mejor deportista femenina internacional del año, mejor equipo internacional del año, mejor revelación internacional del año y mejor reaparición internacional del año.

A su vez, jurados especializados votan las nominaciones para dos categorías adicionales: el mejor deportista extremo internacional del año y el mejor deportista de capacidades especiales internacional del año.

En segundo lugar, los miembros de la Laureus World Sports Academy votan para elegir a los ganadores de cada categoría y quedan a discreción de ellos dos premios: logros en la vida y espíritu deportivo.

Hugo Porta en la red carpet en Mónaco

Los fanáticos de los deportes de todo el mundo también juegan un papel importante, al votar en una encuesta mundial para el Premio Laureus al Mejor momento del año deportivo, que destaca el poder inspirador del deporte.

La ceremonia de premios cuenta, desde el año 2000, con la presencia de las mejores leyendas del deporte vivos, pasados y presentes, y también da la posibilidad de mostrar la increíble habilidad del deporte para transformar las vidas de los niños y jóvenes de todo el mundo, a través del trabajo de Laureus Sport for Good.

—Laureus tiene un presidente honorario de lujo: nada menos que Nelson Mandela

—Sí, el presidente de honor de los Premios Laureus es Nelson Mandela. En la ceremonia inaugural de los Laureus World Sports Awards, celebrada en el año 2000, el Presidente Mandela afirmó lo siguiente: “El deporte tiene el poder de cambiar el mundo. Tiene el poder inspirar. Tiene el poder de unir a la gente como pocas cosas pueden hacerlo. El deporte puede despertar la esperanza donde antes sólo había desesperación”. Estas palabras se han convertido en la filosofía de Laureus y en la fuerza motriz de su labor.

Laureus es un movimiento universal que celebra el poder del deporte para unir a la gente con el fin de hacer el bien.

—¿Cómo llegó usted a la presidencia de Laureus? ¿Cuál es su tarea?

—Desde la Academia, nos planteamos cómo podíamos contribuir para cumplir con el legado de nuestro presidente honorario que era Nelson Mandela. Algunos pensamos que, de acuerdo a los problemas por los que estaban pasando los niños en nuestros países, podríamos tomar el compromiso de crear fundaciones locales de Laureus.

Así, en el 2003, nació la Fundación Laureus en Argentina, la cual presido desde ese momento. Mi compromiso es difundir los valores del deporte que son los de la vida y ayudar a los niños y jóvenes a que tengan las herramientas para vislumbrar un futuro mejor.

—¿Cuáles son las actividades que se llevan a cabo desde Fundación Laureus Argentina?

—La misión “Utilizar el poder del deporte para finalizar con la violencia, la discriminación y la desigualdad, demostrando que el deporte puede cambiar el mundo”, apoya actualmente en nuestro país 9 proyectos comunitarios y un Programa de Innovación Metodológica en Escuelas Primarias Públicas.

Fundación Laureus impulsa en los proyectos que apoya el principio general de que los programas, no pueden simplemente, quedarse en la práctica deportiva. El deporte es la herramienta que atrae a los niños y jóvenes y, hace que quieran participar de las diferentes actividades. Ayuda a desarrollar relaciones de  confianza con los educadores y allana el camino para una práctica pedagógica integral.

Nuestro modelo de trabajo incluye tres ejes principales que posibilitan  que la inversión económica, la capacitación y el intercambio a partir de los proyectos, generen impacto social y puedan ser sostenibles en el tiempo.

—¿Los deportistas actuales son conscientes de la injerencia que pueden tener en la labor social?

—Creo que aún los deportistas en la Argentina no han tomado conciencia de la influencia positiva que puede tener su conducta para la sociedad y, sobre todo, para los jóvenes en particular.

—¿Los deportistas de antes tenían otros valores que los de ahora o los transmitían de un modo distinto?

—Los valores son siempre los mismos, están en todos los deportes: lo importante es transformar esos valores en virtudes de las personas.  Los maestros son los que transmiten esos valores, por eso es muy importante que quienes están a cargo de los jóvenes se capaciten y entiendan que no debemos perder lo lúdico: un juego es un juego y se debe ganar o perder dentro del respeto de las normas de juego limpio y buena fe.

—¿Cree que en Argentina le damos al deporte la importancia que se merece?

—Creo que los deportistas tenemos una deuda con la sociedad ya que, de haber demostrado la importancia del deporte para nuestra sociedad y lo que la práctica deportiva influye en la salud y la educación, seguramente existiría un ministerio de juventud y deporte.

—Considera que tendría que haber un ministerio de deporte y no una secretaria. Si estuviera a cargo, ¿qué tres primeras medidas tomaría?

1. Priorizar el gasto del Estado en el apoyo del deporte amateur.

2. Formar educadores deportivos que se comprometan con la formación de aquellos con quienes trabajan, que se involucren en sus vidas, más allá de los límites del espacio de la clase.

3. Promover la actividad deportiva en las escuelas jerarquizando las competencias intercolegiales y universitarias.

Es prioritaria la formación de recursos humanos y no gastaría dinero en infraestructura, si no es absolutamente necesario.

—¿Cómo son esas reuniones o encuentros con las figuras más importantes del planeta, que brillaron en el deporte y hoy están en la organización de Laureus? ¿Alguna anécdota?

—Es un honor representar a la Argentina en una organización como Laureus. Todos en esta organización tenemos los mismos derechos y obligaciones, más allá de los logros de cada uno, en el fondo somos todos iguales.

Lógicamente, entre más de 60 miembros de la academia, uno tiene más afinidad con unos que con otros.

El deporte de conjunto que he practicado me ha enseñado que no hay privilegios dentro de un equipo, y que no hay nada más placentero que la etapa de jugador. Esta etapa es efímera si la comparamos con el otro partido que debemos jugar: el de la vida.

A pesar de no tener privilegios he sido muy afortunado, pues al retirarme de la práctica deportiva, tuve la oportunidad de encontrarme con desafíos que me permitieron vivir experiencias increíbles, como haber conocido a Nelson Mandela, una personalidad de la historia reciente que perdurará en el tiempo.

—¿Cómo empezó su relación con Nelson Mandela? ¿Qué enseñanzas le dejó? ¿Cómo lo recuerda?

—La primera vez que lo conocí fue a poco de llegar a Sudáfrica, en 1991, como embajador argentino.  El primer día tuve que presentar mis credenciales ante el Gobierno, en Pretoria. Al día siguiente lo fui a ver a las oficinas del ANC en Johannesburgo (él había sido liberado el año anterior).

No lo conocía hasta entonces, pero cuando llegué me dio un abrazo y me dijo “es un placer tenerte en mi país”, pero ahora tendré que ser seguidor de los Springboks, no de tu equipo. Siempre que uno está frente a alguien, con un aura especial como tenía Mandela, dan ganas de tomar toda su energía.

La humanidad va a extrañar a una persona que siempre dio un mensaje de misericordia, alguien que ha sido tan grande como Gandhi. Era una persona muy alta y que tenía un trato excepcional; cautivaba con su sonrisa. Los sudafricanos se sentían bien representados por él, ya que lo consideraban un hombre de palabra. He sido un privilegiado al poder conocerlo.

Recuerdo siempre que, en el primer año de la presidencia de Mandela, organizamos un partido entre los seleccionados de fútbol de Sudáfrica y Argentina, en el famoso estadio Ellis Park de Johannesburgo y él vino. Una de las emociones más grandes fue estar allí después de que se cantaran los himnos y lo ovacionaran. Era como si todo el estadio lo abrazara.

—Mandela decía siempre que el deporte puede cambiar al mundo, ¿está de acuerdo? ¿Por qué?

—Solo Mandela pudo lograr un cambio radical en su país, sosteniendo sus ideales luego de 27 años en prisión. Su influencia traspasó las fronteras de su país.

Habiendo sido boxeador en su juventud, no ignoraba el extraordinario atractivo del deporte que permite a los hombres  compartir la experiencia de estar frente al otro u otros, en una convivencia pacífica, a pesar de la existencia de la dura competencia entre ellos, por mediación del reglamento deportivo y la pedagogía del deporte.

Sostuvo que “el deporte tiene el poder de cambiar el mundo, dando a los jóvenes esperanza donde no la hay…”, y que los deportistas debemos asumir la responsabilidad de ser un ejemplo pues tenemos una comunicación directa con ellos.

He sido un privilegiado porque muchas veces en la vida tenemos una sola oportunidad. Yo la usé, me divertí y representé a todos los argentinos: creo que bien. Hoy, el deporte me dio una segunda oportunidad, para trabajar con futuros ciudadanos que sean campeones en la vida.

A través del deporte podemos llegar a los jóvenes: creemos que es un medio eficaz para enseñar valores que nos permitan vivir en paz y darle una oportunidad a los chicos en situación de riesgo para desarrollarse plenamente en la vida. La competencia nos permite educar.

Ganar tiene su valor, pero perder tiene muchas veces más valor. Se aprende mucho más a través de la derrota que del triunfo. “No puede haber una revelación más intensa del alma de una sociedad que la forma en que se trata a sus niños”, decía Nelson Mandela.

Todos los ganadores de los Premios Laureus 2018:

• El tenista suizo Roger Federer se adjudicó los premios Sportsman Award y Comeback Award, y se posicionó como el ganador más condecorado de la historia de los Laureus

• Serena Williams se alzó con el galardón Sportswoman, consiguiendo un quinto premio Laureus de récord

• Sergio García obtuvo el premio Breakthrough Award tras su éxito en el Masters, en su 74 intento por ganar uno de los grandes campeonatos

• Mercedes-AMG Petronas, el equipo de F1 cuatro veces ganador del Campeonato de Constructores, ganó la distinción para su equipo

• J. J. Watt ganó el premio Laureus Sporting Inspiration Award por sus iniciativas para recaudar fondos después de que el huracán Harvey destrozara Houston

• Active Communities Network se quedó con el premio Laureus Sport for Good Award

• Francesco Totti ganó el premio Academy Exceptional Achievement Award y entró en la Academia Laureus junto a su compañero y futbolista Ryan Giggs

• Edwin Moses fue reconocido con el premio Lifetime Achievement Award

• El corredor suizo en silla de ruedas y triple campeón del mundo, Marcel Hug, obtuvo el premio Disability Award

• El regatista que ganó la Vendée Globe, Armel Le Cléac’h, consiguió el galardón Action Sportsperson

• El premio Laureus Best Sporting Moment of the Year fue para Chapecoense y fue el único galardón votado por los aficionados del deporte de todo el mundo



FUENTE: INFOBAE NOTICIAS

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