Horacio Rodríguez Larreta y Emilio Monzó se reunirán a solas este miércoles o jueves, en medio del conflicto que generó el pedido de renuncia del monzoísta Nicolás Massot al directorio del Banco Ciudad como represalia por militar con Patricia Bullrich.
Massot enviará esta mañana su carta de renuncia. Estaba cómodo en su puesto y tenía muchos planes en marcha para la expansión de la entidad, pero algo alteró sus planes: la decisión de Rodríguez Larreta de trazar una línea clara para delimitar quiénes apoyan su proyecto presidencial y quiénes respaldan a otros dirigentes. A estos últimos los está desterrando de sus filas, lo que en algunos casos equivale a negarles o quitarles la ayuda del famoso aparato porteño.
Como anticipó Infobae, Massot fue la última víctima de la tajante decisión del larretismo de poner contra la pared a la dirigencia del PRO o de fuerzas aliadas para exigirles una definición política. El saliente director del Banco Central había llegado a su cargo en enero de 2020 en el marco de un acuerdo político con Emilio Monzó, pero el problema fue la renuencia del ex titular de la Cámara de Diputados a alinearse detrás del proyecto “Horacio presidente” en forma simultánea con el hecho de que referentes propios como Massot, el diputado Sebastián García De Luca y el legislador bonaerense Marcelo Daletto trabajan con Patricia Bullrich.
En el larretismo aseguraron que la semana pasada fue muy intensa en materia de reuniones entre colaboradores de Monzó y Larreta para intentar llegar a un acuerdo. El jefe de Gobierno reclamaba que el diputado nacional, que ya se había negado a principios de año sumarse a la mesa nacional larretista para moverse con autonomía, empezara a jugar explícitamente de su lado. Como la respuesta fue negativa, el viernes pasado le pidieron la salida del “bullrichista” Massot al cargo en la estructura de la Ciudad.
Hasta ahora, la relación de Monzó y Larreta era muy buena, pero el diputado de la lista de Facundo Manes no quiere ser armador del larretismo ni jefe de campaña del alcalde porteño, sino que prefiere trabajar por afuera de cualquier estructura para conformar “un espacio más amplio, incorporar parte del peronismo que no es kirchnerista”, como le explicó al diario Clarín.
Como él mismo le planteó al jefe de Gobierno: “Yo estoy de vuelta en la selva y vos querés que vuelva a la Casa Amarilla (por el PRO). Prefiero ser un nexo con otros dirigentes que pueden armar una opción antigrieta”. A Larreta le pareció bien la propuesta. Con ese objetivo, Monzó impulsó en abril pasado un encuentro con el titular de la UCR, Gerardo Morales; el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti; el intendente de Rosario, Pablo Javkin; los diputados Rogelio Frigerio y Florencio Randazzo y el ex gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey, entre otros. El alcalde porteño parecía un candidato natural a sumarse al grupo, pero nunca lo hizo.
No sólo eso: a Rodríguez Larreta no le terminó alcanzando el armado “centrista” de Monzó porque entendía que adoptaba una postura ambigua, sobre todo cuando dirigentes cercanos a él como Massot, García de Luca y Daletto se incorporaron oficialmente a los equipos de gobierno de Bullrich. Los tiempos se aceleraron por la nueva estrategia larretista de exigir lealtades categóricas.
El jefe de Gobierno le envió un mensaje al ex presidente de Diputados recién cuando las negociaciones de sus allegados se rompieron y los larretistas ya le habían pedido la renuncia a Massot. Ahora, Larreta y Monzó se verán este miércoles o jueves para hablar sobre lo que pasó. El malestar es evidente, aunque el legislador dijo a sus íntimos: “La relación con Horacio está intacta”.
Cerca de Rodríguez Larreta deslizaron que en las charlas de la semana pasada Monzó le pidió apoyo para lanzarse como candidato a gobernador bonaerense y que no tuvo suerte porque el jefe de Gobierno ratificó que su elegido es Diego Santilli. En el círculo íntimo de Monzó lo desmintieron con énfasis: “Emilio quiere ser articulador de una oposición más amplia y, desde un esquema por fuera del PRO, ser candidato a gobernador, pero no busca que lo apoye Larreta, que ya confirmó su elección por Santilli”.
A Monzó le gustaría postularse para suceder a Axel Kicillof, pero no desde el PRO: sabe que hay otros candidatos y que no pasaría el filtro de Mauricio Macri, quien le sigue pasando facturas por tensiones durante el gobierno de Cambiemos. En cambio, su gente lo imaginó como una solución para la UCR, que no tiene un candidato fuerte para la provincia, aunque allí analizan otras opciones.
Sea como fuere, la resolución del jefe de Gobierno fue inapelable: le hizo saber al ex jefe de Diputados que no lo esperará más y que lo da por excluido de su armado político. La salida de Massot sirvió para dar un ejemplo hacia los demás dirigentes de lo que puede pasar. “Querían un Horacio más duro y ahí lo tienen. Tenemos que saber con quiénes contamos”, advirtieron en Uspallata.
Para el monzoísmo, lo de Massot “es un enorme error: Emilio tiene una buena relación con Horacio, pero apuesta a un rol más amplio y, sobre todo molestan las formas porque parece que le quisieran poner un precio y nosotros no tenemos precio”.
Ramón Lanús, otro dirigente del PRO, también quedó bajo la lupa larretista por su adhesión al proyecto de Bullrich y, según el sitio Lapoliticaonline, también tuvo que dejar su cargo de director del Ceamse. Pero sus allegados negaron que hayan existido presiones y explicaron que renunció el 30 de junio por dos motivos: le pareció que correspondía dimitir por su militancia bullrichista y, además, se enfocará en su distrito, San Isidro, donde es un rival del intendente radical Gustavo Posse (aliado de Larreta).
Más allá del caso de Massot que terminó en medio de tensiones, la presión de Rodríguez Larreta está rindiendo sus frutos con otros referentes del PRO. En las últimas horas, el senador nacional Nacho Torres, de Chubut, quien hasta ahora parecía más cerca de Mauricio Macri, publicó en Twitter una foto con el jefe de Gobierno y el siguiente mensaje: “Trabajando junto a @horaciorlarreta, su gobierno en la Ciudad es ejemplo de gestión y modernización que mira al futuro para transformar la vida de la gente. Los dos creemos en la necesidad de convocar, de unir y de generar consensos para sacar a la Argentina y a Chubut adelante”.
Julio Garro, el intendente de La Plata, pasó de compartir una recorrida con Macri en su ciudad a abrazarse con el alcalde porteño en el locro que se sirvió el sábado en el Sindicato Gastronómico de Capital. Y la próxima foto que habrá que leer con ese mismo registro es la que se obtendrá el viernes que viene en Entre Ríos, con Rodríguez Larreta y Frigerio más cerca que nunca.
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