Diana, Yuri y Miros compartieron por qué después de más de una década se mantienen como seguidoras del K-Pop
Algo de lo que están seguras las fans de esta corriente musical es que no se trata de una moda, porque no es sólo para adolescentes sino también para adultos.
El K-Pop tiene más de una década arraigándose en México. Para quien no conoce toda la filosofía que existe alrededor del movimiento, podría resultar incomprensible que una persona que vive al otro lado del mundo y que incluso tiene un idioma y alfabeto distintos esté dispuesta a todo con tal de conseguir un souvenir de su grupo favorito.
Así, las seguidoras mexicanas del pop coreano, aseguran que no sólo se trata de una corriente musical, sino de todo un movimiento que las ha ayudado a superarse en lo personal, a mantenerse fieles a sus valores, cambiar su estilo de vida y también a no ser parte de la población nini (como se le llama en el país a los jóvenes que no estudian ni trabajan) porque el K-Pop es un gusto que sale caro.
A diferencia del pop estadounidense, consideran que la imagen de los cantantes coreanos es menos agresiva para el público en general y su vida fuera del escenario es más ejemplar que la de las estrellas occidentales, a pesar de que recientemente un integrante de la banda BTS se vio envuelto en un escándalo en Japón al vestir una camisa que parecía mostrar el bombardeo atómico en la ciudad de Nagasaki.
Infobae conversó en México con cinco fans de distintos grupos de K-Pop, quienes narraron por qué para ellas no se trata de un pasatiempo sino de una experiencia de superación personal. La mayoría tenía un pasado de timidez y problemas para entrar en contacto con la gente, pero aseguran que este tipo de música las ayudó a socializar e incluso a estudiar otros idiomas.
La unión familiar
“Yo me empecé a adentrar en el mundo del K-Pop y luego fue mi mamá”, relató Paula una adolescente, admiradora de la banda BTS. Su mamá cuando vio que estaba inmersa en una drama coreano empezó a verlo con ella y en ese drama había una escena donde una de las protagonistas hablaba de la banda Super Junior, interesada en ver por qué su hija estaba interesada en algo tan lejano, también empezó a indagar.
“A raíz del K-Pop, a nosotras, como familia, la verdad es que nos unió un buen porque antes de eso yo tenía ese problema de ‘soy mamá, soy joven’ y entonces ella y yo teníamos como esa división, que no podíamos hablar, de repente, empezamos con el K-Pop y entonces ella se empieza a abrir conmigo y a raíz de ahí siempre estamos juntas y ya me puede platicar cualquier cosa”, relató Lu, la madre, quien asegura que en su casa todos son ya “kpopers”.
Pero también les gusta la cultura que impone el movimiento, “nos motivó a conocer más, tuvimos a oportunidad de viajar a Corea en 2017 y pudimos conocer muchos más todavía”, agregó Lu. Querían conocer la comida y los lugares que veían en los videos.
Como dice su mamá, ellas no buscaban el sueño americano porque en sus mentes tenían el sueño coreano.
Algo que une a los “kpopers” es cuando los idols (los cantantes) tienen que dejar durante dos años el mundo del espectáculo para cumplir con el servicio militar obligatorio, lo que realmente representa un momento muy triste para las seguidoras, pero al finalizar el entrenamiento, todas las admiradoras se reúnen para recibirlo nuevamente.
Un integrante de la banda Super Junior estaba en esa situación, así que madre e hija, ahorraron durante un año y ocho meses para viajar a país asiático y estar ahí cuando el idol terminara su servicio militar.
No hablaban inglés ni coreano, pero gracias a lo que ya conocían de ese país pudieron darse a entender durante los dos meses y medio que duró su estancia, la que aprovecharon para conocer todo sobre BTS y Super Junior, sus bandas favoritas, y sobre las compañías que han convertido al movimiento en un éxito de marketing.
Comprar los discos originales es otra de las características de los “kpopers”. Todos los productos promocionales que incluye el paquete, como pósters, fotografías, calendarios, muñecos, hacen que estén dispuestas a días y gastar enormes cantidades de dólares para pedirlos en línea hasta Corea, y así el riesgo de que si lo compran en México sea una versión pirata.
“(Los discos) Traen libros llenos de fotos de ellos y unas tarjetitas que son súper especiales para las fans”, dijo Paula.
Pero también están dispuestas a gastar dinero extra para ayudar a sus grupos a ganar premios. Si su grupo favorito tiene descargas digitales continuamente, puede ser acreedor a premios en su país. Cuando las fans los quieren ayudar, los clubes se ponen de acuerdo y compran descargas digitales masivamente, sin importar si ya tienen el disco en físico.
“Los quieres apoyar porque ellos se pasan todo el día encerrados, trabajan muy duro, como fan de ellos lo mínimo que puedes hacer es apoyarlos de esa forma, haciendo descargas y comprando lo original, no comprar lo pirata”, señala Yuri, fan de Block B.
El tema es que para hacer descargas en iTunes, necesitan un iPhone y para comprarse un móvil de esta marca necesitan trabajar, por eso, un nini no podría ser “kpoper”. Es un gusto que no sale barato.
“Conozco niños de 16 años que hacen lo que sea, son cerillos (empacadores en supermercados), venden por internet, te ofrecen gelatinas, lo superan. Es carísimo”, expresó Lu, quien señaló que esta afición es para muchos adolescentes un incentivo para trabajar o sacar buenas calificaciones, de los contrario, no podrían tener los recursos para costear su afición.
Por ejemplo, una lightstick (una vara luminosa que distingue a cada una de las bandas) en Corea tiene un precio de mayoreo de entre USD35 y 40 por unidad, en México, al llegar al país, el costo es de USD 60 (unos 1.200 pesos), lo que es equivalente a una entrada a un concierto de cualquier otro grupo.
Cuando una banda está por lanzar un disco, lo ponen primero en preventa, con un precio hasta 40% más alto que el normal, pero con el incentivo de que vienen acompañados de un póster de edición limitada, motivo suficiente para que los fans estén dispuestos a pagar más.
Otro ejemplo es un muñeco de peluche de Super Junior, que su precio normal es de USD 29, 60, pero que al pedirse desde Ciudad de México se convierte en USD 60,00 por los gastos de envió e importación.
Los proveedores hacen sus envíos en paquetes ecológicos, lo que también promueve entre los seguidores el respeto por el medio ambiente.
¿Superación personal?
Yuri, que pertenece al club BBC México, integrado por seguidores de la banda Block B, comparte la misma historia que integrantes de otros clubes de admiradoras: aseguran que el K-Pop las ayudó a dejar de ser personas aisladas y a empezar a socializar.
Entre las cosas positivas que el género musical ha traído a su vida, está el aprender otros idiomas porque además de Español, ahora también habla Coreano.
Relató que el ir a las reuniones de los clubes de fans la animó a no quedarse aislada, pero también la solidaridad que existe entre las seguidoras no sólo para ayudar a que sus grupos favoritos ganen premios al vender descargas sino también entre ellas mismas.
Una fan contó a Infobae que dos aficionadas chinas al K-Pop que viven en Estados Unidos, viajaron a México a un concierto. Mientras esperaban al grupo afuera de su hotel, en la capital, empezó a llover. Las jóvenes se estaban mojando porque para entrar a la cafetería más cercana tenían que consumir algo.
Para que no se mojaran, las estudiantes chinas compraron chocolate caliente para todas y así se dejaron de mojar.
“Cambié en muchos sentidos porque me considero mejor persona, más paciente, más extrovertida, cosa que yo no era, en sí me ha ayudado bastante en muchos aspectos de vida“, señaló Diana, quien desde hace más de una década es seguidora del grupo B.A.P.
Miros, también admiradora de B.A.P, igualmente compartió su experiencia y aseguró que desde hace más de una década se ha mantenido activa en los clubes de fans porque encuentra algo diferente y algo más positivo que en otros movimientos.
Considera que la vida de sus ídolos es ejemplar, porque están alejados de los escándalos y en sus conciertos, la mayoría tiene un discurso enfocado a que seguidoras sean mejores personas.
De Corea del Sur para el mundo
El origen de este género musical se ubica en 1992 con el surgimiento de un grupo llamado Seo Taiji and Boys que marcó un antes y después el Corea del Sur al incorporar en sus canciones géneros como el hip hop, el rock y el tecno. El éxito de esta banda, junto con otras como Panic, animó al empresario Lee Soo Man a fundar en 1995 la agencia de talentos y sello discográfico SM Entertainment, al que hacia finales de la década se sumaron YG Entertainment, JYP Entertainment y DSP Entertainment, ayudando a expandir el movimiento, primero en el resto de Asia y después a otros continentes.
Agrupaciones como Super Junior, Big Bang y SHINee, entre otras emprendieron la conquista hacia el mundo occidental donde los seguidores se cuentan por miles, al igual que las ganancias.
El Servicio de Impuestos Nacionales de Corea del Sur reveló que entre los años 2010 y 2013, los ingresos anuales de las estrellas de este género habían aumentado un promedio de 72,2% para alcanzar un promedio de USD 43.000.
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FUENTE: INFOBAE NOTICIAS
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