La mañana del pasado martes 6 de diciembre un grupo de reos irrumpió en el penal del municipio de Coyuca de Catalán, en el estado de Guerrero, para rescatar a Samuel Ávila Marín, alias “El Vago”, que había sido internado por el delito de secuestro.
Sin embargo, la noche de este domingo 11, cinco días después del rescate, su cadáver fue encontrado en la carretera federal Iguala-Altamirano. Junto al cuerpo también fue encontrada una cartulina con un mensaje intimidatorio.
“Este es el famoso Vago, a quien saqué de la cárcel de Coyuca de Catalán. Atentamente ‘El Borrego. FM”, decía el mensaje, firmado por un presunto integrante del cártel de la Familia Michoacana.
“El Vago” había sido ingresado la semana pasada al Centro de Reinserción Social (Cereso) acusado por el delito de secuestro.
El cadáver de “El Vago” fue abandonado sobre la carretera federal, a la altura del cruceo de Poliutla, uno de los principales accesos al municipio de San Miguel Totolapan.
Ávila Martín fue detenido el pasado 5 de diciembre por el delito de secuestro cometido en Chilpancingo el 23 de octubre. Al día siguiente de su arresto fue trasladado al penal de Coyuca de Catalán, donde tenía otras órdenes de aprehensión que pesaban sobre él.
Según los registros, “El Vago” fue detenido en diciembre de 2017, cuando el ex fiscal general lo identificó como el segundo al mando de la organización criminal “Los Tequileros”.
Nexo con masacre de “El Durazno”
La Fiscalía General del Estado (FGE) informó la noche de este domingo 11 que de acuerdo a los testimonios que recabó en la comunidad “El Durazno”, donde el sábado unos cien hombres armados atacaron el pueblo y asesinaron a siete personas, estaba involucrado “El Borrego”.
“Se tiene conocimiento que los agresores gritaban que eran gente de “El Pez”, “El Borrego” y de “El Gordo”, una vez que les dispararon y privaron de la vida a dichas personas, salieron del pueblo disparando en contra de diversas viviendas”, explicó la FGE en un comunicado.
El sábado pasado fueron más de cien sicarios de la Nueva Familia Michoacana, todos encapuchados y equipados con fusiles AK-47 y R-15, los que asesinaron a siete pobladores de la comunidad de El Duranzo, en Guerrero, entre ellos un niño de 11 años.
De acuerdo con fuentes federales y estatales, los hombres de la Familia Michoacana sacaron a las víctimas de sus domicilios particulares y los llevaron a la canca de la Escuela Primaria “Ignacio Zaragoza” para una “reunión pacífica”.
Sin embargo, cuando los lugareños se reunieron todos juntos en ese lugar, los sicarios dispararon contra ellos y en el suelo de la cancha quedaron los cuerpos de seis campesinos acribillados que fueron identificados como José Luis, Vladimir, Isidro Gómez, Daniel Villanueva, Fernando y Elder.
Casi 24 horas después de la masacre, los cuerpos de las víctimas seguían tirados afuera y adentro de las instalaciones de la Escuela Primaria “Ignacio Zaragoza”, de acuerdo con lo declarado por los pobladores al periódico Reforma.
“Ante la inacción de autoridades del Estado de Guerrero, gobernado por la morenista Evelyn Salgado, familiares de los muertos decidieron llevarlos a una casa y velarlos en esta región de Tierra Caliente, a 334 klilómetros de Chilpancingo”, detalló el rotativo de la FGE.
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