La división Búsqueda de Prófugos de la Policía Federal capturó este martes en la zona de Francisco Álvarez, en el partido de Moreno, al abogado Mariano José Mera Alba, hijo de Julio Mera Figueroa, ex ministro del Interior. Mera Alba llevaba más de tres años prófugo con un pedido de captura emitido en marzo de 2019 por secuestrar a una mujer. También fue imputado por abuso sexual y lesiones dolosas leves.
Este jueves, la mujer que denunció por abuso sexual y secuestro a Mera Alba, habló y dijo que espera “Justicia” y que el acusado “sufra” y “viva todo” lo que ella vivió.
“Para mí es un escalón subido, un avance bastante importante, siento alivio, estoy un poco más tranquila y esperando ver cómo sigue todo”, fueron las palabras de Yésica en referencia al arresto de Mera, durante una entrevista con radio Con Vos.
La mujer recordó que todo comenzó cuando fue al domicilio del acusado por “una promesa de trabajo en la Municipalidad de Merlo”, y estuvo “alrededor de un año viviendo en su casa con la promesa de este trabajo que nunca llegó”.
Yésica contó que vivió allí con sus dos hijas menores de edad “soportando montones de humillaciones, explotación laboral”, ya que pasaba sus días “prácticamente encerrada, no tenía llaves del lugar y no podía salir sin permiso” de Mera.
“Todo el año que estuve ahí han sido un montón de humillaciones y de abusos, hasta que él me viola. Todavía me cuesta decirlo, y después de ese hecho yo me escapo”, relató.
“Pude salir de ahí, me fui con mucho miedo -continuó-, no quería denunciar por lo que me podía pasar, porque vi de lo que era capaz, hasta que vi a otra chica que lo había denunciado y entendí que mi testimonio era también muy importante”.
La mujer explicó que, una vez realizada la denuncia, tuvo que buscar un lugar donde vivir con sus hijas donde no pudiera ser encontrada; y fue allí cuando un grupo de compañeras feministas la ayudó para alojarse en un refugio para víctimas de violencia de género. Pero a pesar de ello, Yésica fue localizada y secuestrada.
“Me encuentra y me secuestra, me llevan a un lugar, me torturan, me extorsionan y le digo que voy a hacer lo que él me diga, y lo que quería es que rectifique la denuncia en el juzgado”, indicó.
Yésica agregó que para ese secuestro Mera contó con el apoyo de integrantes de la barra brava de Boca, club del que ella es hincha, por lo que iba asiduamente a la cancha.
“Yo en ese entonces iba a la cancha de Boca, nunca creí que (Mera) tendría poder ahí. De hecho, me cita un muchacho que conocía de la cancha a la noche en La Boca y yo voy. Había miembros de la barra y aparece él con dos hombres, y ahí entendí que estaban todos juntos, que eran cómplices y que no hicieron nada mientras yo gritaba, me golpeaban y me llevaban a rastras”, recordó en la entrevista.
Yésica agregó que siempre tuvo claro que, más allá de todo lo que le sucedió, debía hacer lo correcto y denunciarlo: “No me podía quedar callada, pero lo que me pasó por hablar, por eso cuesta tanto denunciar a una persona, más si es un hijo del poder”.
“Por una parte, estoy conforme con que lo hayan encontrado, espero que se haga Justicia y que la Justicia actúe como tiene que actuar. Que sufra, que viva todo lo que yo viví y sienta todo lo que yo sentí”, concluyó.
El caso
Sobre la cabeza de Mera Alba pesaba una recompensa de $1,5 millones emitida por el Ministerio de Seguridad de la Nación, que fue triplicada a lo largo de los años. Fuentes del caso aseguran que Mera no negó su identidad tras ser arrestado el martes en Francisco Álvarez, pero no llevaba encima sus documentos: tuvo que ser identificado a través del cotejo de huellas dactilares, lo que tomó varias horas.
Curiosamente, la PFA encontró a Mera Alba en la vía pública, en un área de quintas sobre la calle Puente del Inca: no hizo falta un allanamiento para arrestarlo. Lo buscaban por dos causas que tienen una oscura vinculación entre sí. Una tiene como víctima a Micaela Rodríguez, empleada municipal de Merlo y militante y referente de Corriente Peronista Descamisados ese partido. En noviembre de 2017, acusó al abogado de violación, golpes, maltratos físicos y psicológicos.
En el segundo expediente, por el que se pidió su captura, Mera Alba fue imputado junto a otros tres acusados por el secuestro coactivo de Yésica, que denunció que fue amenazada por el prófugo para que rectificara una denuncia en su contra y para que se presente como testigo en la causa de Micaela. La víctima fue citada en un bar de Almirante Brown y Pilcomayo, zona de La Boca. Según la imputación judicial, Mera Alba -ya asesor municipal de Merlo- y dos empleados municipales, Osmar Moyano y Ernesto Duarte, bajaron de un auto Fiat Stylo, subieron por la fuerza a la mujer y la llevaron hasta una depósito de Merlo, propiedad del hijo del exministro que ahora está encerrado en una celda.
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