A diferencia de sus acostumbradas alocuciones, en la que se retransmitían discursos pronunciados durante la semana, el presidente de la República, Gustavo Petro, sorprendió el domingo 17 de marzo de 2024 y en cadena nacional anunció una férrea defensa a su propuesta de que el metro de Bogotá sea subterráneo —al menos de forma parcial— desde su primera línea; contrario al anuncio del alcalde de la capital, Carlos Fernando Galán.
Soportado en el informe entregado por la Sociedad Colombiana de Ingenieros (SCI), y en compañía del ministro de Transporte, William Camargo, y María Constanza García, viceministra de Infraestructura, el jefe de Estado hizo mención de la conveniencia de que se modifiquen los diseños de la primera línea del sistema de transporte. Una aparición que generó una fuerte polémica, entre quienes defienden y rechazan lo expuesto por Petro.
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Según el primer mandatario, las condiciones económicas, geotécnicas y condiciones ambientales, entre otras, favorecen que se cambie el trazado actual. Lo cual, en su concepto, no hubiera sido necesario si se hubiera tenido en cuenta lo hecho durante su administración como alcalde (2012-2015).
“Se perdieron 135.000 millones de pesos en unos estudios bien hechos y entregados al Gobierno nacional. Ese proyecto ya no se puede construir”, manifestó Petro, en relación con el proyecto que presentó en su alcaldía, que a su juicio representan una pérdida para los bogotanos de 8 billones de pesos en materia de sobrecostos, además del “desmejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes”.
El estudio, que duró seis meses y que tuvo en cuenta 9.820 documentos técnicos, dejó como balance para el primer mandatario esta propuesta, con la que pone sobre la mesa la discusión acerca del cambio. “Lo que he mostrado no es un capricho mío, sino las conclusiones de expertos de nivel internacional y nacional”, afirmó el mandatario, que conminó la Agencia Jurídica del Estado a “defender los recursos de la nación”.
La opción que impulsa Gustavo Petro
Dos opciones de metro: uno, el que ya se viene desarrollando, elevado, con 16 estaciones, que inicia en la localidad de Bosa, y culmina en la calle 72. Y la otra es la que impulsa desde su despacho, denominada mixta: que sea subterráneo hasta la estación Antonio Nariño, ubicada en la calle 13, y desde entonces se construya subterráneo, hasta la 72, con dos estaciones más, y que reduciría la pérdida en cerca de $3 billones. Es decir: serían 18 estaciones en total y un total de 23,9 kilómetros.
“La ganancia social en 30 años de la propuesta que le hacemos a la Alcaldía y Bogotá es un 60% superior a la propuesta del distrito”, indicó Petro, que defendió la posibilidad de implementar la iniciativa mixta. “Si se hace mixto el metro, el tiempo de viaje disminuiría en un 77% en toda la ciudad, respecto al proyecto de metro elevado hoy, obras que los ciudadanos podrán aprovechar para tener mejor calidad de vida”, agregó.
Al punto que mencionó las dificultades en materia logística para la ciudad que representa la construcción del metro elevado, en cuanto a cierre de vías, además de las opciones en plazoletas y ciclorrutas que ya no se podrían efectuar. Además, según Petro, con esta opción, se podría conectar la segunda línea del metro, desde la calle 72 hasta localidad de Suba, sin hacer transbordos, explicado en una diferencia de altura en la construcción.
“Prometí en financiar en un 100% la primera línea del metro de Bogotá (…) tenemos una oportunidad única, aquí y ahora”, puntualizó.
En desarrollo…
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