Gabriela Rodríguez, de UNESCO: “Nadie puede plantear la posibilidad de que la inteligencia artificial sustituya al maestro”

Gabriela Rodríguez Blanco coordina y diseña proyectos educativos vinculados con el 4º Objetivo de Desarrollo Sostenible en UNESCO
Gabriela Rodríguez Blanco coordina y diseña proyectos educativos vinculados con el 4º Objetivo de Desarrollo Sostenible en UNESCO

La tecnología se ha convertido en una presencia ubicua en nuestras vidas. La notebook sobre el escritorio tiene abierto el Word; a su lado, el smartphone zumba con los nuevos mensajes de WhatsApp, y un poco más allá Alexa pasa el último single de Dua Lipa mientras las luces del módem pestañean con la señal de internet. La tecnología nos rodea. ¿También nos moldea?

Una de las grandes preocupaciones de la educación es la relación que se da con la tecnología en el salón de clases, especialmente con aquellos desarrollos que no fueron originalmente pensados para ser usados en la escuela. Hace unos días, la UNESCO publicó el informe “Seguimiento de la Educación en el Mundo 2023″ con un capítulo dedicado especialmente a la tecnología educativa. Evitando los extremos y maniqueísmos, UNESCO destaca la necesidad de un análisis no ingenuo sobre su uso, pero asumiendo que ya no hay vuelta atrás: la tecnología entró en el aula como entró en cualquier otro ámbito de la vida moderna.

Gabriela Rodríguez Blanco trabaja en UNESCO, donde coordina y diseña proyectos educativos vinculados con el 4º Objetivo de Desarrollo Sostenible, que busca garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, promoviendo oportunidades de aprendizaje durante toda la vida. Ella, además, es miembro de la red de Mujeres Unidas por la Educación, MuxED.

“El informe es muy relevante”, dice Rodríguez Blanco en diálogo con Infobae, “porque plantea que ya no podemos cuestionarnos si hay que incorporar o no la tecnología, sino cómo hacer para que se incorpore a la mayor cantidad de la población”. Y continúa: “Hoy hay que prestar atención a las grandes brechas educativas, de formación, de acceso y digitales que se van generando por un uso inequitativo”.

estudiantes, alumnos, teléfonos celulares en escuela, jóvenes con teléfonos celulares, (Imagen ilustrativa Infobae)
Cómo se puede hacer una educación más equitativa en relación con el acceso a la tecnología (Imagen ilustrativa Infobae)

Una de las cuestiones que destaca el informe es que aún no hay grandes evidencias sobre el impacto de la tecnología en la educación: ¿por qué?

—Son varias razones de fondo. Primero, por el origen de los recursos. Muchas evaluaciones son financiadas por la propia industria, lo que obviamente implica que parten de un sesgo: hay una idea previa de lo que se está buscando. Otra razón es por lo poco que duran los desarrollos tecnológicos, que no permiten hacer largos estudios de impacto.

¿Qué significa que duren poco?

—El tiempo de vida de una tecnología puede ser de entre seis y siete años, cuando mucho. En relación costo-beneficio, la vigencia de las tecnologías es breve en comparación con la inversión que requiere una evaluación de impacto real, que es muy costosa tanto desde el diseño como desde la implementación. Si lo pensamos a nivel país, los recursos se invierten en la dotación, en la formación, en la generación de contenido digital y queda poco para la evaluación.

¿Es posible diseñar un protocolo para traer la tecnología al salón de clases?

—La incorporación no es única ni hay un solo modelo. Esto es muy importante: los modelos deben contextualizarse para las poblaciones que se quieren atender, y el punto de partida tiene que ser la identificación de las problemáticas educativas del momento. Los retos del sistema educativo son la pérdida de aprendizajes, el acceso desigual a los dispositivos tecnológicos, la falta de conectividad. En América Latina, el 40% de las poblaciones de más bajos ingresos no tiene acceso a la tecnología. Y, por otro lado, hay otra gran problemática que es la formación de los docentes: en las poblaciones desfavorecidas, los docentes replican el esquema de sus estudiantes.

¿Lo dice en relación con el poco contacto con la tecnología?

Tienen bajas capacidades digitales. Un rubro del informe habla de la calidad y el uso didáctico y pedagógico que se hace de la tecnología. Si hiciéramos un mapeo digital, hay mucho que se concentra en la ejercitación, la repetición, la presentación de contenido que podría ser contenido de un libro, y hay un porcentaje muy bajo de simuladores. Ahora, con la inteligencia artificial, esperamos que el sistema pueda hacer trayectorias personalizadas y se adapte al aprendizaje de las niñas y de los niños. Eso antes no se podía hacer.

Vida estudiantil
Estudiantes universitarios
Experiencia universitaria
Compañerismo estudiantil
Encuentros en el campus
Estudios académicos
Juventud universitaria
Diversidad estudiantil
Desafíos académicos
Futuro educativo

Esta imagen capta la diversidad y el compañerismo de la vida estudiantil, donde jóvenes universitarios se entregan a sus estudios y amistades. - (Imagen ilustrativa Infobae)
Nadie puede plantear la posibilidad de que la inteligencia artificial sustituya al maestro (Imagen ilustrativa Infobae)

¿Cómo impacta la trayectoria personalizada en la escuela?

—Hablar de una personalización de las trayectorias de aprendizaje no significa dejar de lado la escuela. No es una sustitución. Nadie puede plantear la posibilidad de que la inteligencia artificial sustituya al maestro. La pregunta es qué puede hacer la tecnología para cubrir ciertas áreas que no le permiten al maestro ser más diverso. ¿A qué me refiero? Uno de los grandes retos de la docencia sin tecnología es el salón diverso y ahora, con la pérdida de aprendizajes, un mismo salón puede ser multigrado. Quiero decir que el maestro de cuarto grado tiene alumnos que están en el nivel que se espera, hay un pequeño grupo con un poco más porque en la pandemia tuvo un entorno muy favorable, y hay otros niños que no alcanzaron las capacidades y tienen las de tercero, las de segundo, e incluso niños que no saben leer y escribir.

¿Cómo sería el papel de la tecnología en ese salón “multigrado”?

—La inteligencia artificial tendría la posibilidad de ayudar a recuperar a los niños que van más atrasados a la vez que generar actividades para los que van más adelantados. El maestro podría tener un entorno, no digo igualitario, pero sí un poco más equilibrado.

¿Se pueden preservar los datos personales de los estudiantes?

—No tenemos forma. Como tampoco tenemos forma de asegurarnos que se preserven nuestros datos cuando hacemos uso de los dispositivos. No está en nuestras manos. La UNESCO tiene un área que está empujando muy fuerte una serie de lineamientos para trabajar el tema de inteligencia artificial con foco en el manejo de datos personales, que es muy importante y necesario para los adultos, pero que es indispensable para las niñas y los niños. Necesitamos legislaciones fuertes, actualizadas, actualizables. Para preservar los datos, un primer paso es la legislación. Pero se tiene que trabajar junto con la industria.

Podría decirse que el gran tema del año fue la inteligencia artificial. A un año del lanzamiento de ChatGPT, ¿qué aprendizajes se pueden mencionar en cuanto a la educación y la evaluación?

—Desde el punto de vista del docente, ahí hay un gran desafío. Los docentes están muy inquietos porque lo que la IA hace bien son los mecanismos que ellos usan para evaluar. Lo que hace muy bien es esquematizar, escribir ensayos, hacer algún resumen, alguna síntesis. Y, como esas son las formas habituales de evaluación del aprendizaje, impacta en el trabajo de los docentes. Eso nos tiene que llevar a replantearnos qué otras estrategias de aprendizaje auténtico existen para que nos permitan aprovechar la IA. Pero también se puede pensar desde el punto de vista de los manejos de datos personales o desde la identificación de contenido pernicioso que se crea con el fin de generar tendencias peligrosas para los países. Prácticamente en cada tema hay algo que decir a favor como en contra de la inteligencia artificial.

En ese sentido, los estudiantes acceden más rápidamente a la tecnología que los maestros. Pero llegar antes no quiere decir llegar mejor. Entonces, ¿es el docente quien tiene que unir educación y tecnología? ¿No le estamos pidiendo demasiado?

—Pues sí, al docente siempre se le ha pedido mucho. Se le ha pedido que resuelva todos los problemas de esta sociedad y, si hablamos de tecnología, también se le pide que resuelvan situaciones para las que no está formado y de las que va a tener que formarse sobre la marcha. La razón de ser del maestro rebasa la sola transmisión de información. Porque si entendemos la docencia como la transmisión de información quizás la pregunta que haces tenga una respuesta que no nos guste.

¿El docente tiene que ser un mediador?

—¡Claro! La mediación pedagógica es un concepto súper viejo, viene de los 70. En un salón puedes tener conviviendo a chicos con dispositivos de gama alta, gama media o incluso los “cacahuates”, que son los teléfonos más básicos. ¿En cuál te pediríamos a ti como maestro que te hicieras experto? ¿En los tres? El trabajo es más de mediación. Es formar personas que usen la tecnología para encontrar soluciones para el desarrollo sostenible, para buscar una vida libre de violencias, para ir en contra de los discursos de odio. Si pensamos que el maestro tiene que ser experto en el manejo de todas las tecnologías y de todos los dispositivos, evidentemente no estamos entendiendo de qué se trata ni la educación.


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