FUKUSHIMA, Japón (AP) — En el autobús que traslada a las autoridades olímpicas y a los medios desde el centro de Fukushima al estadio de béisbol Azuma, en las afueras, se proyecta un video muy bien producido que presume de la recuperación de la región tras el devastador sismo, tsunami y accidente nuclear de 2011.
Incluye imágenes de ruinas y de reconstrucción, el reconocimiento a las más de 30.000 personas que siguen sin poder regresar a sus casas, un elaborado baile y un segmento de anime en el que un científico ayuda a un bulbo de ajos a convencer a un extraterrestre malhumorado de que la comida de la región es deliciosa, y está libre de contaminación nuclear.
El vídeo está íntegramente en inglés. Pero los pasajeros son casi todos japoneses.
Esta es la dificultad que enfrenta Japón a la hora de contar su historia a una audiencia que tiene prohibido traspasar su frontera.
El coronavirus ha dejado los estadios prácticamente vacíos de espectadores y se teme un rebrote de los contagios de COVID-19 a causa del evento deportivo. Pero en las prefecturas del norte de la mayor isla de Japón, Honshu, estos Juegos pandémicos representan una oportunidad perdida para promocionar su recuperación luego del sismo y posterior tsunami, y del desastre nuclear que arrasó la zona hace una década.
“Pensé que los Juegos Olímpicos serían una gran oportunidad para transmitir estas lecciones al mundo”, dijo Yoshinobu Harada, director ejecutivo del programa conmemorativo 3.11 Densho Road, una red de museos, parques y lugares preservados que abarca las regiones de Aomori, Iwate, Miyagi, Fukushima y Sendai. Habló con The Associated Press a través de un traductor.
“Tras el desastre, recibimos generosas donaciones desde todas las partes del mundo, lo que fue un gran estímulo para nuestros esfuerzos de recuperación”, agregó. “Estoy muy decepcionado porque pensé que durante los Juegos podríamos devolver el favor mostrando las zonas del desastre recuperadas y reconstruidas”.
Cerca de 20.000 personas fallecieron y unas 470.000 se vieron obligadas a marcharse por el terremoto de magnitud 9,0, el más potente registrado nunca en Japón. Tres reactores de la planta nuclear de Fukushima Daiichi, a 60 kilometros (36 millas) de la ciudad, entraron en fusión, contaminando el agua y la tierra de la una región especializada en pesca y agricultura. Las zonas próximas a la planta siguen estando cerradas.
La Agencia de Reconstrucción de Japón ha estimado que el costo de recuperar la región se acercará a los 32 billones de yenes (290.000 millones de dólares), y los organizadores de los Juegos programaron algunas competencias en las prefecturas de Fukushima y Miyagi con la esperanza de atraer a turistas para presenciar el renacimiento.
Además, se esperaba que las competiciones en sí fuesen una celebración para quienes sobrevivieron a la catástrofe. Pero sin acceso a los estadios, tampoco ha habido muchas celebraciones.
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